Es probable que las elecciones en Estados Unidos sean las únicas en generar el interés de todo el mundo dado lo definitorias que pueden ser para el panorama global. Para los comicios del 2024, no será la excepción. Más aún cuando, en la contienda, se encuentran dos personajes tan contrastantes y polarizados como Donald Trump del Partido Republicano y Kamala Harris del Partido Demócrata.
Para ponernos un poco en contexto, recordemos que este es el tercer proceso electoral de Donald Trump tras salir victorioso en el de 2016 -mismo que le dio la presidencia- y después perder el de 2020 ante Joe Biden.
Ya a casi diez años desde que Donald Trump mostró su interés por pelear la presidencia de los Estados Unidos, el también empresario no solo ha mantenido su discurso hostil contra los derechos humanos de las minorías y proteccionista respecto a su plan económico, sino que lo ha acentuado a niveles de violencia insospechados, lo que -al menos desde el exterior- levanta expectativas preocupantes.
Por su parte, Kamala Harris tuvo que entrar al quite para suplir a un Joe Biden que en el verano se mostraba dubitativo, errático y débil. Ella, incluso desde su posición como mujer joven y afroamericana, es la contraparte de Trump.
Con un discurso más moderado en todos sentidos pero manteniendo el énfasis en problemáticas como la migración, la recesión económica y el conflicto en Gaza, la partida demócrata muestra al menos más apertura a negociar.
¿Qué necesita cada candidato para ganar?
Como siempre, el ‘’DÍA D’’ será el primer martes de noviembre. En esta ocasión, en el ámbito federal, se elegirá la Presidencia y Vicepresidencia; 34 de los 100 miembros del Senado, y los 435 miembros de la Cámara de Representantes. Asimismo, once estados y dos territorios también elegirán la Gubernatura.
En Estados Unidos, los resultados no son definidos por voto popular sino por el número de votos del Colegio Electoral que obtiene cada candidatura.
El colegio electoral está dividido por 538 electores: 435 corresponden al número de escaños de la Cámara de Representantes. 100 corresponden al número de senadores (dos por cada estado) y 3 corresponden al Distrito de Columbia.
El número de votos colegiados por estado se define en proporción a su número de habitantes.
Aunque en la boleta electoral aparece el nombre de los candidatos a la Presidencia (demócrata, republicano o independiente), el voto está dirigido a los partidos, quienes, a su vez, después votarán por el candidato a la Presidencia que quieren que los represente como institución en una reunión el 17 de diciembre.
Lo cual, en realidad, solo sería una formalidad para elegir a Kamala o a Trump según sea el caso.
¿Se puede obtener mayor porcentaje de voto popular directo y aún así perder la elección?
Sí, y es importante hacer énfasis en esto porque, por ejemplo, en las últimas seis elecciones presidenciales, las candidaturas demócratas obtuvieron más voto popular que las republicanas; sin embargo, en dos de estas elecciones los republicanos obtuvieron la presidencia: en el año 2000 cuando Al Gore superó en votos a G.W Bush pero fue estr segundo quien se quedó con la presidencia, y en el ya mencionado 2016 cuando Hillary Clinton no pudo vencer a Trump.
La mayoría de los estados, salvo Maine y Nebraska, tienen una política de winner-takes-all, que significa que la lista de electores del partido que haya obtenido la mayoría entra completa. En Maine y Nebraska, se utiliza un sistema de representación proporcional, en el que los primeros nombres de la lista entran según la proporción de votos obtenidos por cada partido. Para que un candidato resulte ganador de la contienda electoral, necesita alcanzar por lo menos 270 votos electorales.
En el panorama existen estados seguros para cada partido y 7, digamos, indecisos, que son los que realmente definirán el resultado.
Para los demócratas, se estiman 226 estados colegiados en la bolsa, mientras que para los republicanos, el número está en 219. Esos siete estados indecisos representan los 93 votos restantes, lo que nos hace pensar que el resultado se definirá por muy poco.
Esos siete estados son: Georgia, Carolina del Norte, Michigan, Pensilvania, Arizona, Wisconsin y Nevada.
¿Es posible un empate?
Sí, lo cual -además- implicaría que ninguno de los candidatos logró los 270 votos colegiados mínimos para ser declarado ganador.
De ser ese el caso, la cámara de representantes elegirá al presidente y la de senadores al vicepresidente. La cámara de representantes elegirá entre los 3 candidatos con más votos. Cada estado tiene un solo voto; o sea, si son 50 estados y el del distrito de Columbia, entonces son 51 votos en disputa.
Para ganar, cualquier candidato requiere un mínimo de 26 votos, lo que significa que el proceso se puede definir hasta por porcentajes 51% vs 49%.
Si para el 19 de enero del 2025 la cámara de representantes no ha podido reconocer a un ganador, se nombra como presidente al vicepresidente electo hasta que las cámaras logren ponerse de acuerdo.
¿Se pueden impugnar los resultados?
Aún con todo ese protocolo explicado, sí:
Como resultado del proceso posterior al 5 de noviembre, numerosos congresistas demócratas consideran “prácticamente inevitable” que Trump buscará impugnar la elección en caso de perder, por lo que los protocolos de seguridad, así como el número de elementos de seguridad, han sido reforzados con vistas a evitar una situación similar a la ocurrida el 6 de enero de 2021.
Particularmente, la Policía del Capitolio ha realizado diversos simulacros masivos de seguridad, tanto dentro como fuera del recinto. De igual manera, tanto congresistas demócratas como republicanos tienen la expectativa de que el periodo postelectoral estará plagado de litigios –particularmente en estados bisagra– por parte del equipo legal de Trump y el Comité Nacional Republicano con vistas a, por lo menos, retrasar la certificación de la elección en los estados y evitar que se cumpla la fecha límite de certificación en los estados del 11 de diciembre.
Es posible realizar un recuento de votos o impugnar la elección en EE. UU. Un recuento es definido como “un conteo adicional de los votos emitidos en una elección que se usa para determinar la precisión de los resultados reportados en una elección”. En este sentido, un recuento puede ser solicitado por el candidato perdedor, un votante, un grupo de votantes u “otra parte preocupada” en 43 estados, por lo que cada estado tiene sus respectivas normas y leyes para solicitar un recuento.
Por otro lado, una impugnación es definida como una “disputa legal de un resultado electoral”, la cual se resuelve a través de litigios en cortes estatales o federales. Al igual que los recuentos, cada estado tiene sus reglas particulares para realizar una impugnación. Ambos candidatos tienen derecho a impugnar los resultados en diferentes estados si consideran que hay anomalías en el sufragio.
Para ello, los candidatos deben presentar pruebas o declaraciones que aleguen irregularidades en el proceso. Cada tribunal estatal es el encargado de emitir una resolución al respecto y dar luz verde a un nuevo recuento. Si bien, la batalla legal puede llegar a la Corte Suprema de los EE. UU., esta sería la última instancia, que emitiría un veredicto y, por tanto, determinaría al ganador de las elecciones.
Fechas clave
Después de este martes 5 de noviembre, hay cinco fechas clave:
Diciembre 11. Certificado de Comprobación de Nombramiento de Electores.
Diciembre 17. Voto de los electores.
Diciembre 25. Votos electorales recibidos. El presidente del Senado o el Archivista de EE. UU. reciben los certificados de los electores.
Enero 3. Se convoca al 119° Congreso. Los representantes y senadores electos juran sus cargos en el nuevo Congreso.
Enero 6. El Congreso certifica los resultados de las elecciones presidenciales.
Enero 20. Día de toma de protesta del presidente o Inauguration Day.
Pronósticos
En la contienda presidencial, si bien los analistas auguran una victoria muy cerrada de Kamala Harris, el antecedente de la elección de 2016 hace que todos los especialistas prefieran decir que el pronóstico es reservado.
Sin embargo, en el legislativo hay un poco más de claridad de lo que puede pasar:
En la cámara de senadores, los demócratas cuentan con 47 asientos + 4 independientes a quienes consideran aliados asegurados; mientras que los repúblicanos cuentan con 49 escaños.
Tras la elección se preveen posturas más diversas:
-28 demócratas asegurados
-14 demócrata negociables
-1 independiente con tendencia marcada demócrata (Maryland)
-5 independientes con tendencia ligera demócrata (Arizona, Nevada, Wisconsin, Pensilvania, Michigan)
-38 Republicanos
-9 republicano negociables
-2 independientes con tendencia marcada republicana (Florida y Nebraska)
-2 independientes con tendencia ligera republicana (Texas y Montana)
.1 indeciso
La tendencia de la diversidad se mantiene en la cámara de representantes, en donde pasarán de: 212 asientos demócratas, 220 republicanos y 3 indecisos a:
-174 Demócratas innegociables
-21 demócratas negociables
-11 independientes con tendencia demócrata
-184 Republicanos innegociables
-15 republicanos negociables
-7 independientes con tendencia republicana
-23 indecisos
A nivel local, también se disputarán 11 gubernaturas: Delaware, Washington y Carolina del Norte con tendencia a victoria demócrata, New Hampshire e Indiana de pronóstico reservado y Montana, Dakota del Norte, Utah, Musuri, Virginia Occidental y Vermont con tendencia repúblicana.
Se espera que se tengan resultados preliminares para la noche del 6 de noviembre.
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Tomado de https://warp.la/
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