El Secretario de Defensa Pete Hegseth, en una entrevista reciente con su antiguo colega de Fox News, Will Cain, reconoció las significativas críticas que ha enfrentado desde que se unió al gabinete de la Casa Blanca, incluso sugiriendo en broma que merece una medalla por la cantidad de cobertura de prensa negativa. Sin embargo, sus comentarios sobre la controversia de «Signalgate» revelaron una preocupante falta de autoconciencia.
Hegseth expresó ofensa ante la sugerencia de que no se toma en serio la clasificación y las autorizaciones de seguridad, afirmando: «Nadie se lo toma más en serio que yo». Esta defensa, sin embargo, suena hueca a la luz de los hechos establecidos.
El escándalo de «Signalgate» involucró a Hegseth y otros altos funcionarios de seguridad nacional de la administración Trump que utilizaron un chat grupal de Signal no seguro para discutir detalles altamente sensibles de un ataque militar planeado contra objetivos hutíes. Incluirón inadvertidamente al periodista Jeffrey Goldberg en la conversación. El relato de Goldberg en *The Atlantic* detallaba las propias garantías de seguridad operativa (OPSEC) de Hegseth, afirmando: «‘Actualmente estamos limpios en OPSEC’», una afirmación demostrablemente falsa.
El chat incluía detalles precisos como las horas de lanzamiento y las ubicaciones de los objetivos, con Hegseth declarando explícitamente: «AHORA ES CUANDO CAERÁN DEFINITIVAMENTE LAS PRIMERAS BOMBAS». Este flagrante desprecio por los protocolos de seguridad se ve agravado por revelaciones posteriores.
El *Wall Street Journal* informó que Hegseth llevó a su esposa, que carecía de autorización de seguridad, a reuniones que involucraban discusiones sensibles con funcionarios militares extranjeros. Además, el Journal reveló que Hegseth participó en al menos una docena de chats de Signal para asuntos oficiales del Pentágono y que el inspector general del Pentágono está investigando su intercambio de planes militares con un segundo grupo de Signal que incluye a su esposa y hermano.
La afirmación de Hegseth de priorizar la protección de la información clasificada, pronunciada con seriedad en la televisión nacional, contrasta con estas violaciones documentadas de seguridad. Sus intentos de desviar las críticas solo sirven para resaltar la gravedad de sus acciones y las inquietantes implicaciones para la seguridad nacional.
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