Muere a los 82 años Peter Bogdanovich, autor y sabio del cine

El cineasta, que saltó a la fama por sus películas en los años 70, dejó filmes como 'La última película' y 'Luna de papel'. Leer#ExpresionSonoraNoticias Tomado de http://estaticos.elmundo.es/elmundo/rss/cultura...

Actualizado Jueves,
6
enero
2022

21:24

El cineasta, que saltó a la fama por sus películas en los años 70, dejó filmes como ‘La última película’ y ‘Luna de papel’.

Peter Bogdanovich

Títulos como La última película o Luna de papel lo consolidaron en la industria como uno de los directores más significativos de la camada del Nuevo Hollywood, un cine instalado en la contracultura de los años 70 en Estados Unidos. Peter Bogdanovic, fallecido a los 82 años, fue un cineasta prolífico y respetado en su época pero también afectado por escándalos personales que amenazaron con descarrilar su carrera.

Como François Truffaut una década antes, Bogdanovich comenzó del otro lado de la trinchera, como crítico de cine. Después, en 1964, Roger Corman lo contrató para colaborar como guionista y ayudante en Los ángeles del infierno, de 1966. Dio tan buen resultado su incursión que se lanzó a dirigir en 1968 (Targets) para dar con la tecla precisa tres años más tarde en La última película, un éxito comercial y de crítica que floreció cargado de nominaciones al Oscar, ocho en total.

Es, para muchos críticos, la obra cumbre de un cineasta que llegó a ser considerado como «el nuevo director más emocionante del momento en Estados Unidos», recordado por comedias tan redondas como ¿Qué me pasa, doctor? y por dirigir a Cher con maestría en Máscara.

Bogdanovich fue admirado en la industria del cine no solo por su papel tras las cámaras sino por su haber tocado casi todos los palos: productor, guionista, actor y uno de los historiadores del cine más importantes en su momento. Para David Thomson, el crítico británico, «Bogdanovich fue un valioso crítico de inspiración francesa que insistió en la dirección como autor, tanto que muchos estadounidenses comenzaron a tomar a los directores más en serio por lo que escribía».

Bogdanovich era un obsesivo del séptimo arte, un empollón del género que llegaba a consumir 400 películas al año acomienzos de la década de los 60.Fue también responsable del programa cinematográfico del Museo de Arte Moderno de Nueva York. En esa época rindió homenajes a sus venerados Orson Welles, Howard Hawks o John Ford, de quien después escribió un libro. Europa fue su otra escuela de cine. Influido por la Nouvelle Vague y por la obra de Truffaut, Godard y Chabrol, se lanzó a proponer su propia versión de aquel cine fresco y a la vez intelectual en EEUU.

Así llegó La última película, rodada en blanco y negro y centrada en la vida de un pequeño pueblo de Texas, conectó con el público americano de una forma intensa. «Le dijo mucho a mucha gente», reconoció Bogdanovich en una entrevista años después. Fue la primera de una racha de éxitos, junto con ¿Qué me pasa, doctor? y Luna de papel -interpretada por Ryan O’Neal y su hija Tatum- que le otorgó el cartel de «chico dorado» de Hollywood.

También significó el inicio de su presencia constante en los tabloides estadounidenses. Durante el rodaje de La última película tuvo una aventura adúltera con la actriz protagonista, la debutante y modelo Cybill Shepherd. La relación desembocó en su divorcio de Polly Platt, la muñidora en la sombra de su carrera y madre de sus dos hijos. Bogdanovich recordaba que esa fue una época en la que «irritó a mucha gente».

The Last Picture Show (La última pellícula)

No se corrigió pronto. En 1981,Bogdanovich empezó a salir con Dorothy Stratten, una modelo de Playboy a la que dirigió en Todos rieron. El asunto que terminó en tragedia. A ella la asesinó su marido, Paul Snider, quien a su vez se quitó la vida. El escándalo golpeó de lleno a la película. El mismo director trató de distribuirla con poco éxito, abocado a declararse en bancarrota. Parte de la culpa, dijo, la tuvo Hugh Hefner.

Pero Bogdanovich perseveró en su amor infinito por el cine, aceptando incluso papeles como actor. Fue parte de la serie Los Sopranos de HBO y puso la voz en una cinta de Quentin Tarantino, Kill Bill, entre otros muchos trabajos que continuó haciendo casi hasta el final de sus días.

Nacido el 30 de julio de 1939 en Kingston, Nueva York, Bogdanovich era hijo de un pintor serbio y de una inmigrante austríaca. Su fascinación por el el cine fue muy temprana. Con 12 años comenzó a guardar fichas de cada filme que veía y las guardó hasta los 30, amasando una colección de más de 5.000. A los 16 años se apuntó a clases de interpretación y, con 29, dirigió su primer cinta protagonizada por Boris Karloff y producida por Corman, el hombre que supo entender el enorme talento que tenía delante.

Su infancia no estuvo exenta de drama. Sus recuerdos del hogar familiar estaban cargados de melancolía y de silencio, marcados por la muerte un hermano mayor al que, siendo un bebé, le cayó encima una olla de sopa hirviendo. Su pasión por la gran pantalla le ayudó a superar esa soledad. Sus maestros acabaron por sus amigos. En su disección metódica y constante de los genios de la época entabló relación con Alfred Hitchcock y Orson Wells, de quien grabó horas de entrevistas

Sus últimos trabajos incluyenla comedia Lío en Broadway (2014), y un documental sobre Buster Keaton, The great Buster. Muchos fueron sus tropiezos pero su legado en la historia del cine está muy por encima de ellos.

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