Tesla se enfrenta a una tormenta perfecta de prensa negativa, caída de precios de las acciones y tasas de intercambio récord, lo que deja a la empresa buscando soluciones. Los datos de Edmunds revelan que los intercambios de Tesla en las dos primeras semanas de marzo representaron el 1,4% de todos los vehículos intercambiados a nivel nacional, un aumento del 0,2% respecto a febrero y potencialmente la participación mensual más alta registrada si la tendencia continúa. Este aumento en los intercambios se produce en un contexto de importantes desafíos.
La empresa emitió recientemente su octava retirada desde el lanzamiento de la Cybertruck, que afecta a más de 46.000 vehículos debido a un pegamento defectuoso que podría provocar el desprendimiento de los paneles exteriores. Las acciones de Tesla también han ido disminuyendo constantemente desde diciembre, lo que alimenta la ansiedad entre inversores y empleados por igual. En un intento por calmar las preocupaciones internas, Elon Musk instó a los empleados en una reunión de toda la empresa a que se aferraran a sus acciones, desestimando la cobertura de noticias negativas como «Armagedón».
La publicidad negativa que rodea a Tesla parece estar relacionada con la creciente desaprobación pública de las acciones de Musk, que se extiende más allá de la esfera empresarial. Los concesionarios y estaciones de carga de Tesla han sido objeto de vandalismo y protestas, lo que refleja la mayor impopularidad del propio Musk. La situación ha provocado una respuesta mixta por parte del gobierno. Mientras que la fiscal general Pam Bondi anunció cargos criminales contra personas acusadas de vandalizar propiedades de Tesla, el presidente Donald Trump organizó un evento en la Casa Blanca para promocionar los vehículos Tesla, y el respaldo en antena del secretario de Comercio Howard Lutnick a las acciones de Tesla parece haber resultado contraproducente, lo que podría llevar a una investigación ética del Congreso.
Esta confluencia de factores: retiradas, caída de los precios de las acciones, aumento de los intercambios y reacción pública contra Musk, presenta un panorama preocupante para el futuro de Tesla. Queda por ver la capacidad de la empresa para superar estos desafíos y recuperar la confianza del público.
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