La administración Trump denegó la solicitud de Washington de $34 millones en ayuda para desastres para recuperarse de una «ciclogénesis explosiva» en noviembre de 2024 que mató al menos a dos personas y dañó cientos de hogares y negocios. Una carta al exgobernador Jay Inslee, quien presentó la solicitud antes de dejar el cargo, declaró que la asistencia federal suplementaria en virtud de la Ley Stafford no estaba justificada, sin ofrecer ninguna justificación específica. Esto, a pesar de los informes de la filial de Fox de Seattle que detallan daños generalizados a la infraestructura y miles de informes de daños.
El actual gobernador Bob Ferguson planea apelar la decisión, citando el cumplimiento de Washington de todos los criterios de elegibilidad. Criticó al gobierno federal por retener los fondos de recuperación necesarios y causar más retrasos para las comunidades afectadas.
Esta denegación sigue un patrón de la administración Trump de retener la ayuda para desastres de los estados dirigidos por demócratas. Acciones similares incluyen:
- Reembolso parcial para la recuperación del huracán Helene en Carolina del Norte: La administración ya no reembolsará completamente a Carolina del Norte los costos de recuperación del huracán, una decisión denunciada por el gobernador Josh Stein y actualmente en apelación. Esto es particularmente irónico dadas las afirmaciones pasadas de Trump sobre la ayuda federal insuficiente al estado. La administración bloqueó previamente los fondos para Asheville a menos que se eliminaran las referencias a un programa que ayuda a las empresas propiedad de mujeres y minorías.
- Ayuda condicional para los incendios forestales de California: Trump ha declarado públicamente que retendrá la ayuda para la recuperación de los incendios forestales del condado de Los Ángeles a menos que California implemente leyes de identificación de votantes más estrictas.
- Denegación pasada de ayuda a Puerto Rico: La administración Trump previamente retuvo la ayuda a Puerto Rico después del huracán María.
Las acciones de la administración, junto con el deseo previamente expresado por Trump de cerrar FEMA por completo, sugieren un patrón de uso político de la ayuda para desastres al negar fondos a los estados dirigidos por demócratas, dejando a las comunidades afectadas sin recursos de recuperación cruciales.
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