La apuesta de 20 millones de dólares de Elon Musk en la Corte Suprema de Wisconsin
La intervención sin precedentes de Elon Musk en la elección de la Corte Suprema de Wisconsin ha transformado una carrera judicial típicamente discreta en un campo de batalla de alto riesgo, con la posibilidad de moldear el futuro de los derechos al aborto y la redistribución en el estado. Musk, prácticamente sin conexión previa con Wisconsin, ha invertido al menos 20 millones de dólares —la mayor suma jamás gastada en una campaña judicial— en apoyar al candidato conservador Brad Schimel, un firme aliado de Trump. Esta inversión masiva, entregada en parte a través de cheques de 1 millón de dólares directamente a los votantes (a pesar de los desafíos legales), posiciona a Musk como un poderoso hacedor de reyes en el movimiento MAGA.
El resultado de la elección determinará el control de la Corte Suprema del estado, que actualmente tiene una mayoría liberal de 4-3. Una victoria de Schimel cambiaría este equilibrio, con implicaciones significativas para el acceso al aborto y la redistribución de los distritos electorales. Para Musk, la carrera es un referéndum sobre su influencia y su promoción de Dogecoin (DOGE). En un mitin en Green Bay, enmarcó la elección como un momento crucial que afecta «el curso de la civilización occidental», una afirmación dramática que refleja las altas apuestas que ha colocado en el resultado.
La estrategia de Musk implica un enfoque multifacético: inundar el estado con dinero en efectivo, desplegar voluntarios pagados para dirigirse a los votantes de Trump de baja propensión y emplear un Super PAC para difundir materiales de campaña con muchas imágenes de Trump, a pesar de la naturaleza técnicamente no partidista de la carrera. Un correo directo afirma explícitamente que Schimel «apoyará la agenda del presidente Trump», destacando la naturaleza profundamente partidista del concurso. Además, un grupo respaldado por Musk ha sido acusado de publicar anuncios engañosos que retratan a la candidata liberal Susan Crawford de manera negativa.
Los demócratas han contrarrestado enmarcando la participación de Musk como un intento de «comprar la elección», criticando la aparente disposición de Schimel de estar en deuda con el multimillonario. Las propias declaraciones de Schimel, como sus comentarios a los activistas de Turning Point USA sobre la necesidad de una «red de apoyo» alrededor de Trump y la necesidad de que los tribunales contrarresten la «guerra jurídica» contra el expresidente, subrayan aún más la naturaleza altamente politizada de la carrera.
La votación anticipada ya ha batido récords, lo que sugiere una contienda cerrada. Si bien una encuesta de la Facultad de Derecho de Marquette indicó que muchos votantes no estaban familiarizados con los candidatos, también reveló escepticismo hacia el gasto de Musk y una visión menos que favorable del propio multimillonario (41% favorable, 53% desfavorable). La importancia de la carrera se extiende más allá de la votación del martes; Wisconsin celebrará elecciones para la Corte Suprema anualmente durante los próximos seis años, lo que convierte a esta en solo una batalla en una guerra política prolongada. Independientemente del resultado, la intervención sin precedentes de Elon Musk marca un punto de inflexión significativo en la intersección del dinero, la política y las elecciones judiciales.
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