El ejército de Corea del Sur se enfrenta a un enemigo temible. Y no está en Pyongyang, Pekín ni ningún otro país. Su gran contrincante son las matemáticas. La matemáticas demográficas, para ser más precisos. Desde hace tiempo en Seúl ven con preocupación creciente cómo las tasas de natalidad, las pirámides de población y su base de ciudadanos susceptibles de ser llamados a filas iban complicándose hasta dar forma a una ecuación de difícil solución.
Ahora, con su tasa de fertilidad por los suelos, y la nación sumida en una «emergencia nacional» por la baja natalidad, se aviva una pregunta: ¿Cómo afectará a su defensa? Al fin y al cabo menos habitantes se traduce en menos trabajadores, menos cotizaciones… y también menos soldados potenciales.
Una cuestión de cifras. A Corea del Sur no le salen las cuentas. O mejor dicho, sí le salen, pero el panorama que dibujan no es halagüeño. Su tasa de fertilidad, a la cola a nivel internacional, cayó el año pasado casi otro 8% hasta situarse en un escuálido 0,72. Y si las previsiones no fallan este año se situará en 0,68.
«La cantidad de recién nacidos en 2023 fue de 230.000, que es 19.200 menos que un año antes, una caída del 7,7%», explicaba hace poco el departamento estadístico surcoreano. Con esos datos sobre la mesa, en 2100 la nación tendrá alrededor de 26,8 millones de habitantes, lejos de los 51,6 millones que suma a día de hoy.
Menos niños… y reclutas. Los malos datos demográficos han llevado a las autoridades a hablar ya de «emergencia nacional», una con implicaciones a nivel económico, que afecta directamente a la estabilidad de su fondo de pensiones… y supone todo un desafío en materia de seguridad. Hace unos meses la CNN sacó la calculadora y realizó unos cálculos que dan una idea del alcance del problema.
En Corea del Sur los hombres tienen que cumplir con un servicio militar obligatorio; pero teniendo en cuenta el número de bebés nacidos en 2022, en cuestión dos solo décadas el país dispondrá de decenas de miles de potenciales reclutas menos de los necesarios para mantener sus tropas en el nivel actual.
«Los informes señalan que en la actualidad el ejército trabaja con una plantilla de alrededor de 590.000 efectivos. Sin embargo, se prevé que para 2039 el número de hombres aptos para el servicio militar obligatorio descenderá de 330.000 al año a unos 180.000 anuales», concuerda un informe publicado en 2022 en The Defence Horizon Journal, e incidía: «Es poco probable que esta tendencia revierta de forma significativa a corto plazo». Otras fuentes apuntan que, con el sistema actual, el país se mantendrá en 470.000 militares de media durante la próxima década.
¿Un horizonte «inevitable»?. «Con nuestra tasa de natalidad actual el futuro está predeterminado. La reducción de fuerzas será inevitable», señalaba a finales de 2023 Choi Byung-ook, experto en seguridad nacional. Sus temores se apoyan en datos. Si la tasa de nacimientos resultaba insuficiente para mantener las tropas ya en 2022, cuando se contabilizaron alrededor de 250.000 bebés; el panorama será todavía más complicada a medida que pasen las años y las décadas: en 2025 se prevé que los recién nacidos bajen a 220.000 y en 2072 sumen 160.000.
Con ese telón de fondo, hace años ya Seúl decidió adelgazar su ejército: de 6740.000 soldados activos en 2006 decidió pasar a 500.000 en 2020. La premisa era que durante ese período Corea del Norte iría representando una amenaza cada vez menor y la propia Corea del Sur se dotaría de una defensa de élite. El tiempo ha demostrado que al menos el primer supuesto no se ha cumplido. A comienzos de este mismo año la península vio cómo se tensionaban las relaciones entre ambos países en un episodio con ensayos militares en la frontera y fuego real.
A la caza de soluciones. El problema no es nuevo. Y buena prueba es que en Seúl han planteado ya diferentes estrategias para paliar la caída de natalidad y sus implicaciones en defensa. Una de las más llamativas planteaba eximir del servicio militar obligatorio a los hombres que tuviesen al menos tres hijos antes de cumplir los 30 años. Otra estrategia, centrada de forma directa en el ejército, pasa por una mayor modernización de las tropas que permita, reducir el número de efectivos.
«Las autoridades han mantenido esa política desde hace tiempo de que pasaríamos de un ejército centrado en el personal a otro orientado en la tecnología», explica a la cadena CNN Chun In-bum, exteniente general de Corea del Sur.
Mirando al norte. Con todo, hay quien insiste en que el personal humano seguirá siendo clave y apuesta por otra estrategia complementaria: renovar el sistema de movilización, que ahora contempla el reclutamiento de los hombres para un servicio obligatorio de al menos 18. Una vez lo terminan se convierten en reservistas durante ocho años. El país se ha planteado incluso extender el servicio obligatorio a las mujeres, que ahora se pueden presentar de forma voluntaria pero suponen un porcentaje ínfimo en el ejército, representando apenas el 3,6%.
En el horizonte, Corea del Sur tiene dos grandes desafíos: una previsiones de natalidad a la baja, que anticipan un nuevo retroceso en 2024 y alejan al país aún más de la tasa de reemplazo; y una Corea del Norte que, si bien tampoco pasa por su mejor momento demográfico, presenta una tasa de fertilidad bastante superior a la de su vecino del sur, al que mantiene como su «enemigo principal». Pese a esos retos, al menos de momento, como recogía hace poco The Diplomat, Seúl sigue contando con uno de los ejércitos «más avanzados y robustos del mundo».
Imagen | USAG- Humphreys (Flickr) 1 y 2
En Xataka | El 25% de las personas de Corea del Sur de más de 70 años aún trabajan. Es un aviso para toda Europa
#Sonora #Expresion-Sonora.com –> Tomado de https://www.xataka.com/index.xml
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