En una nueva entrega de nuestro especial desde Ribera del Duero, España, hemos tenido la oportunidad de explorar a fondo una de las regiones vinícolas más importantes del mundo. A través de las historias y voces de productores, enólogos y expertos aprendimos sobre el legado, los retos y las innovaciones que hacen de Ribera del Duero una denominación de origen única. Entre las muchas bodegas que destacan, hoy tenemos el placer de conversar con Máximo Gayubo, representante de la bodega Dominio del Águila.
En esta entrevista, Máximo Gayubo nos habla sobre uno de sus vinos más especiales: el clarete ecológico, una apuesta por recuperar los métodos tradicionales de elaboración que han definido la historia vinícola de Ribera del Duero. Acompáñenos en esta fascinante conversación, donde también exploramos los orígenes de Dominio del Águila, su filosofía de trabajo, y su impacto en el mercado mexicano. Sin duda, una charla que celebra el vínculo entre historia, innovación y el amor por el buen vino.
Estamos en una bodega histórica con productos emblemáticos: ¿Qué es un clarete y por qué este vino es tan especial en Ribera del Duero?
”El clarete es el vino más tradicional de Ribera del Duero. Antes de que llegara la denominación de origen en 1982, casi todos los vinos de la región eran claretes, excepto algunas bodegas conocidas como Vega Sicilia o Tinto Pesquera. El clarete es un vino elaborado a partir de una mezcla de uvas tintas y blancas recolectadas al mismo tiempo.
En nuestro caso, usamos en torno al 40-50% de Tempranillo y un 40% de albillo mayor, una variedad blanca permitida desde 2019, además de otras variedades tradicionales. Es un vino del que estamos muy orgullosos porque representa la esencia de lo que bebíamos cuando éramos niños en las fiestas familiares”.
Interesante, y me llama mucho la atención el esfuerzo por recuperar este tipo de vino. También mencionaste que se hace de una manera muy artesanal, ¿cierto?
”Así es. En Dominio del Águila recolectamos las uvas a mano y las pisamos con los pies, tal y como lo hacían nuestros abuelos. Es un proceso muy artesanal que busca preservar la tradición y el respeto por nuestra historia”.
Para el público en México, quizá el clarete no es tan conocido como otros vinos de Ribera del Duero, ¿qué destacarías de él?
”En México seguramente se conocen más los rosados y tintos de Ribera del Duero, pero el clarete es especial porque, aunque su color es más claro, ofrece una complejidad única. Es una reivindicación de un vino tradicional que merece ser reconocido, al igual que ustedes han hecho con bebidas ancestrales como el mezcal o el pulque. Es algo que hemos vivido desde pequeños y que ahora estamos recuperando con mucho orgullo”.
Hablando de Dominio del Águila, ustedes son una bodega relativamente nueva, fundada en 2012, ¿verdad? Cuéntame más sobre el perfil de la bodega y su filosofía.
”Así es, somos una bodega pequeña fundada por Jorge Monzón, un enólogo con experiencia en bodegas de renombre como Romaneé Conti y Vega Sicilia, y su esposa Isabel Rodero. Desde el inicio, queríamos crear algo personal y diferente. Hacemos en torno a 100,000 botellas al año, lo que nos permite centrarnos en la calidad y en el mercado de la alta gastronomía”.
Es impresionante cómo, a pesar de ser una bodega pequeña, han logrado reconocimiento internacional con varios vinos puntuados con 100 puntos Parker. ¿Cómo manejan esa proyección global?
”Es un gran orgullo, pero lo más importante para nosotros es que quien prueba nuestros vinos los disfrute. Nos llena de satisfacción saber que alguien en cualquier parte del mundo, como México, abre una botella de Dominio del Águila y se la termina disfrutándola”.
¿Y cómo ven su presencia en México? ¿Se puede encontrar Dominio del Águila en nuestro país?
”Sí, ahora estamos distribuyendo nuestros vinos en México a través de Vinoteca México. Para nosotros, México es un mercado muy importante, no solo por la afinidad cultural, sino porque sabemos que hay un gran respeto por los vinos de Ribera del Duero. Estamos muy contentos con la evolución de nuestra presencia allí.
Qué bien, Máximo. Ha sido un placer tener esta conversación contigo y conocer más sobre este proyecto tan especial. Te agradezco mucho tu tiempo y esta masterclass de Ribera del Duero.
El placer es mío. Siempre será un honor poder compartir nuestro trabajo con México. Muchas gracias por la invitación”.
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Tomado de https://warp.la/
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