El álbum debut Silencio (2023) de Karen Y Los Remedios se presenta como un intrincado tapiz de emociones, influencias y experimentación. A través de la voz evocadora de Karen, el oyente es guiado por un espectro emocional que abarca desde la vulnerabilidad y la contemplación hasta el anhelo profundo.
La banda fusiona hábilmente la rica tradición de la cumbia con los matices vanguardistas de la música electrónica experimental, creando un terreno sonoro ecléctico y expansivo. Las canciones, evocativamente descritas como “bases camaleónicas”, oscilan entre variados géneros musicales.
Desde las vibrantes exploraciones de la cumbia en sus diversas manifestaciones hasta el reggaetón y los matices electrónicos del dream-pop, trip-hop y downtempo, el álbum abraza una diversidad sorprendente. En un acto casi mágico, la música se convierte en un remedio para las voces internas, transportándote a una pista de baile donde el pasado es expulsado y el cuerpo encuentra la liberación en el movimiento.
Una fusión latinavanguardista
El proyecto, encabezado por Ana Karen G Barajas, Jonathan Muriel (Jiony) y Guillermo Berbeyer (Z.A.M.P.A.), se forjó a través de una alineación de estrellas y experiencias compartidas. La amalgama mística y variopinta de influencias encuentra su voz en este trío creativo, cada uno aportando sus propias trayectorias musicales en un viaje hacia la cumbia existencial.
La relación de colaboración entre Karen y Jiony comenzó en 2009, y su unión se consolidó en el proyecto Karen Y Los Remedios, donde cada miembro contribuye a la creación de un sonido distintivo.
La trayectoria musical previa de los miembros también se refleja en el álbum. Desde proyectos anteriores como Internet del Futuro, Perro y Juan, hasta las contribuciones solistas y colaborativas de Jiony, las influencias se entrelazan para formar una sinfonía ecléctica y personal. El viaje creativo se intensificó durante la pandemia, y “Silencio” se erige como un testimonio de introspección y expresión emocional.
Las canciones escritas entre comillas dobles, como ‘Te pido a ti’, ‘Gran dolor’, ‘Silencio’, ‘Cartas Marinas’, ‘Cuando fallas’ y ‘Presagio’, sirven como ventanas a las profundidades de las emociones humanas. Las letras se sumergen en temas de amor, desamor, sanación y rechazo, todo envuelto en un manto melancólico y urgente.
Silencio (2023) invita a una conexión personal con las experiencias compartidas en tiempos de incertidumbre y soledad, brindando un bálsamo musical para el alma.
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Tomado de https://warp.la/
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