Pizarnikas regresan a escenarios con poderoso gozo contestatario

ENTREVISTA: JOSUÉ MÉNDEZ RUIZ/LALUPA.MX

FOTOS: ANTONIO DERIO Y JOSUÉ MÉNDEZ RUIZ/LALUPA.MX

Majo (voz), Ana (guitarra), Isa (bajo) y Pay (batería) forman Pizarnikas, una banda de rock queretana que asume con euforia el propósito de vapulear al patriarcado, formar comunidad con otras chicas y grupos vulnerados, además de divertirse tocando música para brincar y arrojarse sobre la pista.

El pasado fin de semana regresaron a los escenarios tras una pausa por la maternidad de Majo. En el bar Zeppelin, ubicado en el Centro Histórico queretano, se reunieron con su fiel, cálida y apasionada audiencia, durante una velada de cariño explosivo, baile, pero sobre todo convivencia entre personas que no solapan las injusticias de género y clase que son cotidianas en la tierra que habitan.

Foto de Antonio Derio.

El cuarteto de morras se formó semanas antes de la pandemia de Covid. En ese contexto tuvieron la oportunidad de cohesionarse como agrupación, al igual que componer rolas directas, muy llegadoras para las mujeres y otros conjuntos sociales lesionados por pautas morales castrantes y violentas.

La Lupa tuvo el honor de estar presente en su emotivo retorno a los toquines y conversar con ellas antes del show.

Para iniciar la entrevista, asumí que Pizarnikas es una banda de punk, pero rápidamente surgió un problema con dicha generalización. Majo explica “tenemos rolillas punk, pero tenemos rolillas baladas. Experimentamos con un montón, por eso decimos que no tenemos faja de composición, como dice Pay siempre”.

Majo. Foto de Antonio Derio.

Aunque sí encuentran una cercanía a ese movimiento, “por el lado político tal vez, pero género musical no estoy segura”. Prueba de ello es que presentaron una canción nueva con un sonido inspirado en el reggae.

 “La gente normalmente ubica como música punk cuando tienes cierto beat, hay muchas canciones que han pegado de nosotras que sobresale el punk primordialmente. Pero creo que el género en sí no es lo más importante, sino el contenido de las letras”, añade Pay.

Otra característica que se suele asumir por las letras (en canciones como Subversiva, Bruja o Dame mi dinero perro) y la actitud que exaltan es que son una banda feminista, más sus mensajes políticos tampoco caben del todo en ese molde: “Antipatriarcales sí somos”, coinciden todas.

Pay profundiza que asume el feminismo “como una herramienta para salir adelante y no para ‘no cumpliste las leyes del feminismo, serás funada’. Porque en este camino vas aprendiendo desde las interseccionalidades que tenemos… Cuando me dicen ‘qué clase de feminista, ¿radical, anarquista?’. No, yo soy unicornio. O sea, no tengo por qué encasillarme en todos esos vasos, yo ocupó lo que me sirve”.

Comparte también que “no es un dogma, al final del día también respetamos mucho los procesos. Si un día decides rasurarte las axilas y al día siguiente decides ¡estar con un hombre!…”, todas le responden entre carcajadas: “¡a pesar de todo!”.

Pay. Foto de Antonio Derio.

Es innegable que las mujeres y las cuestiones de género son parte de los temas principales en su repertorio musical. Ana comenta que les importa mucho “hablar de feminismo de lo cotidiano, el miedo que tenemos a salir a la calle, que es una cuestión sistemática”. Por su parte, Majo explica, “yo diría también mujeres, pero mujeres y diversidades. Creo que cabe también decir que no somos mujerismas”. Entre risas especifican que no son terfas.

Otras rolas “hablan del cansancio que te ocurre día a día por tener tres chambas, por atender a tu familia, por cuidar tu trabajo, por atender la casa”, dice Pay. Sobre todo, destaca que el motor de su expresión musical es “el amor entre morras, entre amigas, porque al final del día es lo que nos mueve primordialmente, esa parte de buscar este apoyo entre amigas… No estamos para hacer felices a las personas, estamos para hacernos felices a nosotras mismas, para apoyarnos”.

Majo trae a colación el elemento lúdico en el quehacer de las Pizarnikas: “Ese intercambio que hay mucho con el público, que buscamos con las canciones. De ‘sí wey, te vamos a hablar de cosas bien pesadas, pero también te vas a cagar de risa’. Al final creo que tampoco somos un ‘orador político’, porque siempre se imaginan eso, ¿no?, cuando dices político: un pinche presidente municipal todo cuadrado”.

Ana comenta que el tema ambiental de igual forma es de interés para la banda, “por ejemplo, Ratas de ciudad es literalmente sobre el ecocidio, toda la cuestión de vivir en la urbe, el territorio”.

En la entrevista nos acompañó el bebé de Majo y surgió el tema de la pausa que dieron a los escenarios: “Sí interpela, no podemos decir que ‘uy, lo superamos’, y como dice este mundo capitalista ‘ay, podemos con todo’. No, a la verga, necesitamos también tomar nuestras pausas porque todas chambeamos, justo esto lo requiere. Y creo que no únicamente la maternidad, los empleos que son muy demandantes de todas”, explica la joven madre.

Añade que “paralelo a esto también tenemos otros proyectos de maternidades y nos movemos en otras ondas, de justo maternar diferente”.

Sobre un mensaje para las mujeres que viven en carne propia la violencia patriarcal, Majo les aconseja: “Ríanse. Júntense, mírense a los ojos, ríanse”. Todas destacan el valor de la colectividad y el reconocimiento de otras formas de existencia, por ello la solidaridad es una de las razones de ser de Pizarnikas.

Ana dice “creo que también de las cosas más bonitas que ha tenido este trayecto en la música como morras es encontrar resonancias, y que al final la música es una voz que encuentra ecos en otros lados… Una vez llegó una banda de morritas y nos dijeron: ‘es que las vimos y queremos hacer una banda, y cómo le hicieron’. Eran niñas. Y creo que justo es eso, que al final se va creando una red, una colectividad que tiene un reflejo y un impacto. Es una forma de intervención social a través del arte”.

Ana. Foto de Antonio Derio.

Respecto al tamaño de los escenarios, se muestran contentas y muy agradecidas hacia la audiencia fiel, con la que comparten ideas y sentimientos. A su vez, asumen que los grandes foros tienen ventajas: “Me encanta tener cerquita a la banda”, dice Majo y las demás coinciden. “Es bonito ver de pronto un letrerote que dice el nombre de tu banda, pero la calidez que obtienes de la bandita que nos ha seguido desde el principio, ¡wey!, yo los prefiero a ellos en una cochera siempre”.

Pizarnikas tocaron en el Pulso GNP de 2022, uno de los festivales más grandes de Querétaro. Acerca de esa experiencia Ana cuenta: “Una cosa es lo simbólico de estar con gente que resuena contigo. Pero también al final los grandes escenarios son un medio para llegar a otras cosas. Y justo lo vimos, cuando tocamos (en el Pulso GNP) tanto hubo mucho hate, así de vatos de ‘ay, las aborteras ya llegaron’, pero hay una visibilidad”.

Pay complementó: “Yo creo que cuando estuvimos en el GNP tuvimos la oportunidad de ver tal cual cuánta gente nos sigue, cuánta gente fue para comprar boleto y que estuvo al pie y que nos siguió todo el tiempo, y que nos abrazó, nos felicitó. También hubo mucho hate, pero pasa a tercer grado”.

Igualmente tocaron en lo que fue la planta de Bonafont del municipio de Juan C. Bonilla, en Puebla, donde un colectivo de pueblos tomó las instalaciones para evitar que el agua de la zona siguiera siendo saqueada por la embotelladora. En ese sitio se armó un festival cultural del cual formaron parte: “Era una gran potencia lo que estaba pasando, por lo que implicaba, la gente. Se subió una morrita a cantar rap hablando del despojo. Era muy potente estar ahí”, dice Ana.

Pay agregó: “Cuando estábamos en Puebla fue toda esta parte de aprender las redes de conectividad comunitaria. Y también estar en un festival grande fue aprender otras cosas, técnicas de música”.

Isa. Foto de Antonio Derio.

Continuó la conversación con el tema de lo que sienten al plantarse frente a un público a tocar junto con sus amigas. Isa respondió: “Para mí es un sueño, la neta. Yo siempre soñaba con tener una banda de mujeres, crecí teniendo esa idea, pero obviamente no empecé estudiando música al inicio –Isa es la única formada académicamente como música–, pero el hecho de que encontré esta bandita, que encontré estas mujeres para compartir este sueño sí se siente muy bonito. Se siente muy poderoso”. Majo añadió “ojalá que nos pagaran”, lo que desató las risas de todas.

Ana aborda el tema de iniciar un proyecto musical sin preparación previa, por el puro gusto, por el genuino entusiasmo de comunicar a partir del sonido: “Fue animarnos a hacer algo ante lo cual no teníamos mucho contexto, pero teníamos las ganas, y que eso es válido… Y precisamente no tener ese miedo de ‘no, es que yo no le sé mucho’; si tocas dos notas como Dios te dio a entender está cool, con eso es más que suficiente, porque precisamente se volvió todo un monstruo, ¿qué determina qué y qué no es música?”.

Sobre los planes a futuro de la banda, Pay es clara y directa, “yo retomaría unas palabras que dijo Majo algunas entrevistas atrás que me han movido mucho: esperar a que ocurra algo más sería desprendernos del presente. Creo que algo bien importante que nos ha ayudado a entender mucho los procesos de la banda, y de cada una de nosotras, es entender esta parte de ‘ahorita vamos a tocar y vamos a poner todo el corazón para tocar, el día de mañana esperamos seguir pudiendo hacer esto’. Pero entre que son unas u otras, nada más tenemos seguro ahorita, vamos a disfrutar este momento y a darlo todo”.

Ana complementa, “para nosotras ha sido importante precisamente hacer música desde una visión no de producción, no como ‘es que tienes que sacar más canciones en un mes…’”, Majo anotó entonces: “como Bad Bunny”.

Continúa Ana: “Ha sido importante para nosotras también escuchar nuestros tiempos, respetar que los procesos son diversos, y descansar en eso. Tampoco buscar así ‘no, es que ya tenemos un rating así y tenemos que mantenerlo’. Pues ni modo, si de repente la vida exige otras cosas respetamos el proceso, lo escuchamos”.

Minutos después de esta charla, la banda ofreció un tremendo show que convulsionó al Zeppelin. Con su interpretación, Pizarnikas confirmaron a pulso la pasión y compromiso que presumieron en la entrevista, por lo que es un placer para mí recomendarlas.

Están en Facebook, Bandcamp, Spotify, YouTube y iTunes como: @pizarnikas.band

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Last modified: 10 febrero, 2024Tomado de https://lalupa.mx/