Que una idea funcione sobre el papel no significa que lo haga también en la práctica. En Japón acaban de comprobarlo. Hace unos días las autoridades de Fujikawaguchiko, una ciudad situada a una hora y media en coche de Tokio muy popular por sus vistas del Fuji, montaron una gran valla negra para evitar que los turistas colapsaran un barrio con una perspectiva particularmente pintoresca de la montaña. No hace de aquello ni diez días y la verja en cuestión parece ya un queso gruyer. Las autoridades locales han contado una decena de orificios en la malla lo suficientemente grandes como para colar una cámara a través de ellos.
Si es que hecha la ley…
El codiciadísimo «Fuji Lawson». No, «Fuji Lawson» no es una ladera de la icónica montaña de Japón, ni un sendero para ascender al volcán, ni nada que se le parezca. El término es la suma de «Fuji» y «Lawson», una cadena nipona de tiendas de conveniencia, y en los últimos meses ha empezado a utilizarse para designar una imagen muy popular en las redes sociales: la foto de un establecimiento de Lawson con el imponente Fuji al fondo, como si reposase sobre su tejado.
La estampa en cuestión se obtiene desde un punto muy concreto de Fujikawaguchiko, una ciudad situada a menos de una hora y media en coche de Tokio y que, precisamente por eso, ha acabado convirtiéndose en un lugar muy concurrido por los turistas amantes de la fotografía. Acuden allí cámara en mano para subir a Instagram, X o TikTok su versión personal del «Fuji Lawson».
Gran imagen, gran problema… El problema es que esa imagen se ha hecho tan popular, sobre todo desde 2022, después de que un influencer la compartiera en redes, que ha acabado atrayendo una legión de turistas a Fujikawaguchiko. Y no todos se conforman con sacar su cámara y tomar la codiciada foto. En su búsqueda del selfie ideal hay quien salta a la calle, entorpece el tráfico o incluso se encarama a lugares prohibidos, como el tejado de una clínica dental situada en la zona. Eso sin contar con que hay quien arroja basura al suelo o aparca sin permiso.
… Gran problema, gran valla. Así las cosas, las autoridades de Fujikawaguchiko adoptaron una decisión peculiar. Mientras en otras ciudades se construyen miradores y escaleras para poner en valor sus paisajes, allí han optado por «borrar» sus vistas. Al menos las que se habían hecho tan populares en redes sociales, con la tienda de Lawson en primer plano y el Fuji nevado al fondo.
Hace unos días un grupo de obreros instaló varas metálicas y una amplia malla negra para montar una pantalla de 20 metros de largo y 2,5 de alto que bloqueara la imagen del celebérrimo Fuji Lawson. El objetivo: acabar con las aglomeraciones en ese barrio en concreto del Fujikawaguchiko, que cuenta con otros lugares con vistas impresionantes al icónico volcán japonés. La obra no fue compleja, ni cara —costó 1,3 millones de yenes, unos 8.300 dólares—, pero se esperaba que la malla negra y las vallas adicionales instaladas en las aceras surtiesen efecto.
El factor picaresca. La semana pasada, con los obreros trabajando aún en la malla, la cadena BBC hablaba con un turista de la zona que ya advertía de los más que previsibles agujeros en el plan nipón. Literalmente. «Puede que funcione unos días, pero estoy seguro de que en algún momento alguien hará un orificio y tomará una foto», confesaba el visitante. Dio en el clavo. Y con una precisión y una rapidez pasmosas. La verja «anti turistas» de Fujikawaguchiko no ha aguantado de una pieza ni 10 días. Las autoridades han encontrado ya una decena de agujeros.
Una pantalla «apolillada». De la noticia se ha hecho eco la agencia Associated Press (AP) y medios como Sky News o Time. Si la pantalla se instaló el martes 21 de mayo, ayer, justo una semana después, las autoridades de Fujikawaguchiko reconocían que la malla «anti turistas» tiene ya una decena de orificios.
Se trata de agujeros no muy grandes, pero sí lo suficiente como para que alguien pueda asomar un móvil a través de ellos y fotografiar la tienda Lawson con el Fuji al fondo. «Se trata de educación, es una pena», reconocía un funcionario local a la agencia France-Presse. Con todo, aclara, los orificios no tienen el tamaño necesario para tomar buenas fotos. Él mismo intentó sacar una foto del Fuji con una cámara y comprobó que en el encuadre se colaba parte de la malograda malla negra.
¿Un fracaso absoluto? No. Los funcionarios aseguran que la pantalla ha aliviado en parte la congestión que sufría la zona y Time precisa incluso que hay turistas que han buscado otros puntos de Fujikawaguchiko desde los que retratar el Fuji. Incluso han localizado una tienda de Lawson diferente con buenas vistas. La ciudad se encargará además de reparar la pantalla para tapar los orificios.
Tampoco Fujikawaguchiko es la única localidad de Japón que lidia con la saturación turística. En Kioto han tenido que aplicar ciertos límites en el barrio de las geishas y las autoridades niponas han decidido también aplicar restricciones, como el pago de una tasa, a quienes asciendan al Fuji por el sendero Yoshida.
Imagen | Domenico Convertini (Flickr)
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