Una mirada crítica a las teorías pseudocientíficas que desacreditan la creatividad y el ingenio de las culturas precolombinas.
Este artículo surge a raíz de un evento reciente en México, donde el ufólogo Jaime Maussan presentó en la Cámara de Diputados dos cuerpos momificados que afirmó eran “no humanos”. Este acto generó una gran controversia, tanto en México como en el mundo, y fue cuestionado incluso por la NASA. Sin embargo, es importante señalar que, hasta la fecha, no existe ninguna evidencia científica que respalde la existencia de vida extraterrestre, mucho menos la visita de extraterrestres a la Tierra en el pasado antiguo.
En 2017, el descubrimiento de una momia “humanoide” con tres dedos en Nazca, Perú, desató una ola de teorías pseudocientíficas que sugerían la existencia de momias alienígenas. Esta no es la primera vez que se cuestiona la capacidad de las culturas precolombinas para construir civilizaciones complejas. De hecho, esta tendencia tiene sus raíces en el siglo XVIII, cuando los europeos acusaron a los españoles de exagerar los logros de los Incas.
Haremos un repaso de estas teorías desde una perspectiva crítica e informativa, destacando cómo reflejan una falta de comprensión y apreciación por las culturas precolombinas y sus logros. También discutiremos cómo estas teorías pueden perpetuar formas dañinas de “otredad” y racismo hacia estas culturas.
A lo largo de esta nota, nos esforzaremos por desacreditar estos mitos y reconocer la creatividad e ingenio indígena en la construcción de sociedades avanzadas y monumentales. Al hacerlo, esperamos proporcionar una visión más completa y matizada de nuestro pasado.
Esperamos que esta nota te ayude a entender mejor estas teorías y a apreciar la rica historia y cultura de las civilizaciones precolombinas. Te invitamos a unirte a nosotros en este viaje de descubrimiento e introspección.
El racismo hacia el mundo precolombino
El historiador Christopher Heaney argumenta que las teorías que atribuyen los logros de las culturas precolombinas a los extraterrestres reflejan un racismo subyacente hacia el mundo precolombino. Esta perspectiva, aunque incómoda, es esencial para entender cómo las narrativas dominantes pueden distorsionar nuestra comprensión de la historia y negar la agencia y la creatividad de los pueblos indígenas.
Desde una perspectiva antropológica social, estas teorías pueden verse como una forma de “otredad” – una tendencia a ver a los grupos fuera de nuestra propia cultura o sociedad como fundamentalmente diferentes y, a menudo, inferiores. En este caso, la “otredad” se manifiesta en la negación de la capacidad de las culturas precolombinas para construir sociedades avanzadas y monumentales por sí mismas.
La idea de que los logros arquitectónicos y culturales de las civilizaciones precolombinas son el resultado de visitantes extraterrestres no sólo es científicamente infundada, sino que también es profundamente irrespetuosa con las ricas y diversas culturas que florecieron en América antes de la llegada de los europeos. Estas culturas eran capaces de logros asombrosos con los recursos y el conocimiento que tenían a su disposición.
Además, estas teorías ignoran el hecho de que las culturas precolombinas eran increíblemente diversas, con una amplia gama de prácticas sociales, políticas y religiosas. Atribuir sus logros a una única causa externa es simplificar en exceso esta diversidad y complejidad.
Es importante recordar que la historia es escrita por los vencedores. Las narrativas dominantes sobre las culturas precolombinas han sido formadas en gran medida por aquellos que colonizaron sus tierras. Como resultado, estas narrativas a menudo reflejan los prejuicios y suposiciones de los colonizadores más que la realidad vivida por las personas que formaban parte de estas culturas.
Desacreditando a las culturas precolombinas
Desde el siglo XVIII, los europeos han cuestionado la capacidad de las culturas precolombinas para construir civilizaciones complejas. Esta tendencia se refleja en las acusaciones de los europeos hacia los españoles de exagerar los logros de los Incas. Alexander von Humboldt, un geógrafo, naturalista y explorador prusiano, llegó a creer que los primeros incas eran chinos y que el embalsamiento de los muertos practicado en Perú demostraba la difusión del conocimiento egipcio.
Desde una perspectiva arqueológica e histórica, estas afirmaciones son problemáticas. Los Incas, que gobernaron un vasto imperio en lo que hoy es Perú desde el siglo XIII hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI, eran conocidos por su sofisticada arquitectura y su sistema de caminos. Sus logros no necesitan ser atribuidos a influencias externas para ser impresionantes.
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El embalsamiento de los muertos, una práctica común en muchas culturas antiguas, es otro ejemplo de la habilidad y el conocimiento de las culturas precolombinas. Los antiguos peruanos practicaban el embalsamiento miles de años antes que los egipcios. Esta práctica no sólo demuestra su respeto por los muertos, sino también su comprensión de las técnicas de preservación del cuerpo.
La idea de que los primeros incas eran chinos es otra teoría que desacredita a las culturas precolombinas. Aunque es cierto que existen similitudes entre algunas prácticas culturales en Asia y América, no hay evidencia arqueológica o histórica que respalde la teoría de que los incas eran chinos.
Los cráneos moldeados artificialmente
En el siglo XIX, craneólogos y estudiosos angloamericanos y europeos postularon que los cráneos moldeados artificialmente eran restos no deformados de un pueblo perdido y civilizado al que llamaron “los antiguos peruanos”. Esta teoría, aunque fascinante, ignora una práctica cultural común en muchas culturas precolombinas: el moldeado del cráneo.
El moldeado del cráneo es una forma de modificación corporal en la que el cráneo de un niño se deforma intencionalmente. Es realizado por la aplicación de fuerza constante durante un período prolongado, generalmente mediante el uso de dos piezas de madera plana atadas alrededor de la cabeza. Aunque puede parecer extraño para los estándares modernos, esta práctica era común en muchas culturas antiguas y se realizaba por una variedad de razones, incluyendo la estética, la identidad social y la creencia en sus beneficios espirituales o de salud.
Desde una perspectiva antropofísica, los cráneos moldeados artificialmente son un testimonio fascinante de las prácticas culturales del pasado. No son evidencia de una raza perdida o de visitantes extraterrestres, sino ejemplos concretos y tangibles de cómo las culturas humanas han interactuado con sus cuerpos a lo largo del tiempo.
La arqueología ha desempeñado un papel crucial en nuestro entendimiento de estas prácticas. A través del estudio cuidadoso de los restos humanos y los artefactos asociados, los arqueólogos han podido reconstruir las técnicas utilizadas para el moldeado del cráneo y han proporcionado un contexto cultural para entender por qué se realizaba.
Es importante recordar que cada cráneo moldeado artificialmente representa a un individuo único con su propia historia para contar. Cada uno es un recordatorio de las increíbles variaciones en las prácticas culturales humanas y la capacidad de nuestra especie para adaptarse y cambiar.
La ufología y los “alienígenas grises”
Con el auge de la ufología en la segunda mitad del siglo XX, han surgido numerosas teorías que postulan que los cráneos moldeados artificialmente son evidencia de la presencia de “alienígenas grises”. Incluso se ha llegado a afirmar en un conocido programa de televisión – “Alienígenas Ancestrales” – que Machu Picchu fue una obra arquitectónica de seres de otro mundo.
Desde una perspectiva científica, estas afirmaciones carecen de fundamento. La ciencia se basa en la evidencia empírica, y hasta la fecha, no existe ninguna evidencia científica que respalde la existencia de vida extraterrestre, mucho menos la visita de extraterrestres a la Tierra en el pasado antiguo.
Los cráneos moldeados artificialmente son un fenómeno bien documentado en muchas culturas antiguas, incluyendo las culturas precolombinas de América del Sur. Los antropólogos y arqueólogos han estudiado estos cráneos y han encontrado que son el resultado de prácticas culturales, no de visitantes extraterrestres.
En cuanto a Machu Picchu, esta maravilla arquitectónica fue construida por los Incas en el siglo XV. Los arqueólogos han documentado extensamente cómo los Incas cortaban y transportaban las piedras para construir la ciudad, cómo diseñaban y construían sus edificios para resistir los terremotos, y cómo creaban un sistema de agricultura en terrazas para alimentar a la población. Nada de esto requiere la intervención de extraterrestres.
La ufología puede ser un tema fascinante y entretenido para algunos, pero es importante recordar que no es una ciencia. Las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias, y hasta ahora, las pruebas de visitantes extraterrestres en nuestro pasado antiguo simplemente no existen.
El racismo hacia el mundo precolombino
El historiador Christopher Heaney argumenta que las teorías que atribuyen los logros de las culturas precolombinas a los extraterrestres reflejan un racismo subyacente hacia el mundo precolombino. Esta perspectiva, aunque incómoda, es esencial para entender cómo las narrativas dominantes pueden distorsionar nuestra comprensión de la historia y negar la agencia y la creatividad de los pueblos indígenas.
Desde una perspectiva antropológica, estas teorías pueden verse como una forma de “otredad” – una tendencia a ver a los grupos fuera de nuestra propia cultura o sociedad como fundamentalmente diferentes y, a menudo, inferiores. En este caso, la “otredad” se manifiesta en la negación de la capacidad de las culturas precolombinas para construir sociedades avanzadas y monumentales por sí mismas.
La idea de que los logros arquitectónicos y culturales de las civilizaciones precolombinas son el resultado de visitantes extraterrestres no sólo es científicamente infundada, sino que también es profundamente irrespetuosa con las ricas y diversas culturas que florecieron en América antes de la llegada de los europeos. Estas culturas eran capaces de logros asombrosos con los recursos y el conocimiento que tenían a su disposición.
Además, estas teorías ignoran el hecho de que las culturas precolombinas eran increíblemente diversas, con una amplia gama de prácticas sociales, políticas y religiosas. Atribuir sus logros a una única causa externa es simplificar en exceso esta diversidad y complejidad.
Es importante recordar que la historia es escrita por los vencedores. Las narrativas dominantes sobre las culturas precolombinas han sido formadas en gran medida por aquellos que colonizaron sus tierras. Como resultado, estas narrativas a menudo reflejan los prejuicios y suposiciones de los colonizadores más que la realidad vivida por las personas que formaban parte de estas culturas.
Más allá de la ufología
Las teorías que atribuyen los logros de las culturas precolombinas a los extraterrestres reflejan una falta de comprensión y apreciación por estas culturas y sus logros. Estas teorías, aunque fascinantes para algunos, son problemáticas ya que perpetúan una forma de “otredad” y racismo hacia estas culturas.
Es esencial que reconozcamos y celebremos la increíble diversidad cultural humana y la capacidad para alterar nuestro entorno físico en formas significativas. Las culturas precolombinas de América del Sur fueron capaces de logros asombrosos con los recursos y el conocimiento que tenían a su disposición. Estos logros son un testimonio del ingenio humano, no de visitantes de otro mundo.
Debemos esforzarnos por entender estas culturas en sus propios términos, lo que implica reconocer su agencia, creatividad e ingenio. Al hacerlo, podemos comenzar a apreciar plenamente la rica historia humana y las muchas formas que ha tomado.
Es importante recordar que la historia es escrita por los vencedores. Las narrativas dominantes sobre las culturas precolombinas han sido formadas en gran medida por aquellos que colonizaron sus tierras. Como resultado, estas narrativas a menudo reflejan los prejuicios y suposiciones de los colonizadores más que la realidad vivida por las personas que formaban parte de estas culturas. Es nuestro deber como sociedad desafiar estas narrativas y buscar una comprensión más completa y matizada de nuestro pasado.
Esta entrada ha sido publicada el 19/09/2023
Tomado de http://Notaantrpologica.com/
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