Lecciones de crianza infantil desde el Amazonas

Acompaña a la antropóloga y madre Francesca Mezzenzana en su viaje a la comunidad Runa, donde descubre una perspectiva única sobre la crianza.


Francesca Mezzenzana, una antropóloga italiana con un profundo vínculo con la Amazonía ecuatoriana, nos ofrece una visión única de la crianza en la comunidad Runa. En su ensayo “Amazonian childcare,” Mezzenzana comparte las experiencias que marcaron su vida tanto como académica como madre. Ella nos muestra cómo la cultura Runa desafía las nociones occidentales de crianza, destacando una filosofía centrada en la comunidad y la independencia de los niños.

Un Viaje Extraordinario

La historia de Francesca comienza en 2015, cuando su hijo tenía solo cuatro meses. En ese momento, ella se embarcó en una aventura que la llevaría a una comunidad Runa en el Amazonas ecuatoriano, un poblado indígena con aproximadamente 500 habitantes. Su experiencia no solo la marcó profundamente como antropóloga, sino también como madre. En su ensayo “Amazonian childcare,” compartió las lecciones aprendidas de la comunidad Runa.

Francesca Mezzenzana, con un doctorado en antropología de la London School of Economics, se desempeña como investigadora principal del proyecto LearningNatures en el Centro Rachel Carson para el Medio Ambiente y la Sociedad en Múnich, Alemania. Su conexión con la Amazonía ecuatoriana se remonta a 2011, cuando comenzó a trabajar en la provincia de Pastaza. Sin embargo, su vínculo con la región es aún más profundo, ya que su pareja es de allí.

La decisión de llevar a su hijo a la Amazonía ecuatoriana no fue convencional, pero para Francesca, fue instintiva. La comunidad Runa, a pesar de su remota ubicación, se ha convertido en su hogar, donde viven sus familiares y tienen una choza. Para ella, esta elección era una manera de presentar a su familia a su hijo y permitir que conociera sus raíces.

Una Conexión Especial

Uno de los aspectos más destacados de la experiencia de Francesca fue su relación con Digna, una mujer sabia de la comunidad y abuela de su esposo. Digna, quien lamentablemente falleció hace aproximadamente cuatro años, fue una figura influyente en la vida de Francesca. A pesar de las barreras idiomáticas, ya que Digna solo hablaba kichwa, esta mujer dejó una huella imborrable. Digna creció con una disciplina dura pero hermosa, aprendiendo a curar con plantas, a conocer la selva y a caminar en armonía con su entorno.

El encuentro entre Digna y el bebé de Francesca fue un momento de especial significado. Digna estaba encantada de ver al niño, a quien describía como “de dos mundos”. Su actitud amorosa y deseo de cuidar al niño se mezcló con una curiosidad respetuosa hacia las prácticas de crianza occidentales. El contraste cultural fue evidente cuando Digna vio a Francesca usando un portabebés, una herramienta común en la crianza occidental. Digna, con asombro, preguntó por qué comprimía al bebé en el portabebés, expresando su sorpresa y deseo de entender las diferencias en las prácticas de crianza.

Francesca reflexiona sobre la influencia de la cultura occidental en la crianza de los niños. A menudo, se enfatiza la protección de los bebés de estímulos y ruidos, lo que lleva a prácticas de crianza más aisladas y centradas en el niño. Sin embargo, en la Amazonía ecuatoriana, y en muchas culturas similares, los niños son participantes activos en la vida social desde una edad temprana. No existe la noción de que el mundo sea demasiado grande o abrumador para los bebés. Los niños se unen a las mamás en las festividades, visitan otras casas y participan en la vida cotidiana de la comunidad.

La Resiliencia de los Niños Runa

Esta perspectiva plantea una pregunta fundamental: ¿son realmente los niños tan frágiles como a menudo se retratan en la crianza occidental? Los niños en las comunidades Runa están rodeados de la vida social, participan en diversas actividades y aprenden a vivir en armonía con la naturaleza y sus semejantes desde el principio.

Una de las prácticas más notables en la comunidad Runa es la independencia temprana de los niños. En la cultura occidental, a menudo se considera peligroso dejar a los niños solos o sin supervisión constante. Sin embargo, en la Amazonía ecuatoriana, los niños, desde una edad muy temprana, exploran el entorno circundante por sí mismos. Esto es un reflejo de la confianza que la comunidad tiene en su capacidad para aprender a través de la experiencia directa.

En la comunidad Runa, no hay lugares o espacios exclusivos para niños. Los pequeños están presentes en las actividades cotidianas, desde la preparación de alimentos hasta las tareas agrícolas. Esto fomenta un fuerte sentido de comunidad y colaboración desde una edad temprana. A diferencia de las sociedades occidentales, donde a menudo los niños son separados en entornos exclusivos para ellos, en la Amazonía ecuatoriana, los niños son miembros activos de la comunidad.

Aprendizaje a Través de la Observación

La comunidad Runa también valora la enseñanza a través de la observación y la participación activa. Los niños aprenden viendo y ayudando a los adultos en sus actividades diarias. No hay una separación rígida entre la educación formal y la vida cotidiana. Esta metodología de aprendizaje se ajusta al ritmo natural de desarrollo de los niños y se adapta a sus intereses y habilidades individuales.

La relación de los niños Runa con la naturaleza también es notable. Desde una edad temprana, los niños se involucran en actividades al aire libre y pasan tiempo en la selva. Aprenden a respetar y cuidar el entorno natural que los rodea. Este profundo respeto por la naturaleza es un aspecto fundamental de la cultura Runa y se refleja en la forma en que se crían a los niños.

Lecciones para el Mundo Occidental

La historia de Francesca y su experiencia en la comunidad Runa plantean cuestionamientos importantes sobre cómo se crían a los niños en las sociedades occidentales. La independencia temprana, la participación activa en la comunidad y el aprendizaje a través de la observación pueden ser lecciones valiosas para el mundo occidental.

La crianza en la comunidad Runa demuestra la sabiduría de permitir a los niños explorar, aprender y participar activamente en la vida de la comunidad desde una edad temprana. En lugar de proteger a los niños de todo estímulo, los niños Runa son parte integral de la vida social y natural que los rodea.

Esta historia de Francesca Mezzenzana nos insta a reconsiderar nuestras propias prácticas de crianza y a explorar nuevas formas de criar a nuestros hijos. Tal vez, al tomar una página del libro de la comunidad Runa, podamos ofrecer a nuestros hijos una crianza más enriquecedora, centrada en la comunidad y en armonía con la naturaleza. El ejemplo de los niños Runa nos recuerda que la sabiduría de la crianza compartida y la confianza en el desarrollo natural de los niños son lecciones que podemos aplicar en todo el mundo.

A lo largo de su tiempo en la Amazonía ecuatoriana, Francesca Mezzenzana aprendió que la crianza en la comunidad Runa es un recordatorio poderoso de la importancia de equilibrar la protección con la independencia, la participación y el respeto por la naturaleza. Estas son lecciones que todos podemos apreciar y considerar en el viaje de la crianza de nuestros propios hijos.

(Nota: Este artículo se basa en la historia real de Francesca Mezzenzana y su experiencia en la comunidad Runa en la Amazonía ecuatoriana. Se han utilizado recursos disponibles públicamente para proporcionar información precisa y contextualizar su experiencia. La comunidad Runa es solo un ejemplo de las muchas culturas en todo el mundo que tienen prácticas únicas de crianza. Cada niño es único, y la crianza es una experiencia individual y personal).

Esta entrada ha sido publicada el 22/10/2023

Tomado de http://Notaantrpologica.com/