La Inteligencia Artificial (IA) ha llegado al mundo laboral con la promesa de hacer nuestras vidas más fáciles, ahorrándonos tiempo y ayudando a que seamos más productivos. Pero, como en todo, no es oro todo lo que reluce. Aunque la IA, y en especial herramientas como ChatGPT, tiene un montón de ventajas, no todo se le debe confiar, especialmente cuando hablamos de información confidencial o tareas que requieren un criterio más humano.
Para empezar, la IA es increíble cuando se trata de automatizar tareas rutinarias. Cosas que antes nos tomaban horas, ahora se pueden hacer en minutos. De hecho, un estudio reciente sugiere que para el 2025, la IA podría ahorrarnos hasta cuatro horas de trabajo por semana. ¡Eso son 200 horas al año! Imagina lo que podrías hacer con ese tiempo extra. Podrías dedicarlo a proyectos más creativos o simplemente disfrutar de un poco más de tiempo libre.
Pero aquí viene la parte donde hay que tener cuidado. Juan Merodio, un experto en Marketing Digital y IA, nos advierte que no todas las tareas son aptas para que las haga una máquina. Cuando usamos IA como ChatGPT, la información que le damos se almacena en servidores, y eso significa que, si le das datos privados, podrías estar poniendo en riesgo esa información. No es de extrañar que empresas gigantes como Samsung y Apple hayan decidido prohibir el uso de esta tecnología en ciertos contextos, simplemente para proteger la confidencialidad de sus datos.
Entonces, ¿qué deberíamos hacer?
La recomendación de los expertos es usar la IA como una herramienta de apoyo, algo que nos ayude a generar ideas o nos inspire, pero que no le confiemos tareas que involucran información delicada. Es mejor que te tomes el tiempo para crear ese informe importante tú mismo, desde cero, y que solo uses la IA para darte un empujoncito cuando lo necesites. Además, hay que tener en cuenta que la IA, al ser creada y entrenada por humanos, puede tener ciertos sesgos. Así que, si decides usarla, es clave que estés atento a esos posibles errores.
Ahora, ¿qué pasa en el entorno laboral más amplio?
Prohibir la IA por completo no es la solución. De hecho, más del 92% de las empresas de Fortune 500 ya están usando ChatGPT, según Sam Altman, el CEO de OpenAI. Esto significa que muchas empresas ya están sacando provecho de esta tecnología. Y no solo las grandes empresas; un informe del Pew Research Center dice que 64% de los usuarios de IA son jóvenes profesionales entre 18 y 35 años. Esto nos muestra que la generación más joven está bastante cómoda utilizando estas herramientas en su día a día.
Lo que realmente tiene sentido, en lugar de prohibir el uso de la IA, es capacitar a los empleados para que sepan cómo usarla de manera ética y responsable. Establecer normas claras para su uso puede ayudar a las empresas a aprovechar al máximo sus beneficios sin caer en riesgos innecesarios.
Además, la Pontificia Universidad Católica de Chile nos recuerda que la IA tiene un gran potencial para simplificar los procesos empresariales, pero esto solo es posible si nos familiarizamos con la tecnología y la integramos correctamente en nuestro trabajo diario. Esto significa aprender cómo implementarla de manera eficiente y asegurarnos de que se utilice de forma ética y responsable.
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