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El Centro Histórico de la Ciudad de México está repleto de edificaciones que resisten a los percances del tiempo y que al ser visitados inmediatamente nos trasladan a otras épocas. Tal es la cantidad de vestigios que en ocasiones pasa desapercibido su invaluable patrimonio cultural, pues continúan inmersos en la cotidianidad mexicana. Uno de estos edificios es la Escuela Primaria «Miguel Serrano», un lugar que nos remite a los inicios del mestizaje que nos conforma.
Actualmente, este edificio ubicado la calle República de Cuba 95, en el Centro Histórico, es habitado por decenas de niños que acuden a tomar clases con normalidad. Su pasado es marcado con una pequeña placa que indica que ahí vivió La Malinche, quien fuera conocida como Doña Marina.
De acuerdo con la tradición, en esa casa colonial Doña Marina vivió con su segunda pareja, Juan Jaramillo. El edificio está fechado en 1527.
De acuerdo con los historiadores, La Malinche nació cerca del año 1500 en la región de Coatzacoalcos y era hija de la nobleza regional. Fue vendida como esclava en dos ocasiones tras la muerte de su padre; la primera de ella a caciques mayas, la segunda a los españoles. Una vez en posesión de los europeos, fue bautizada bajo el nombre de Marina.
Entre los españoles permaneció al lado de Cortés como interpreté y le asesoró con respecto a las costumbres prehispánicas. Posteriormente, fue la madre del primogénito del conquistador, así como de uno de los primeros mestizos: Martín Cortés.
La Primaria «Miguel Serrano», la última morada de La Malinche
Inicialmente habitó en la casa que Cortés le dispuso en Coyoacán, para posteriormente casarse con Juan Jaramillo, alcalde de la Ciudad de México, con quien se mudó al Centro Histórico. Se sabe que realizó una expedición con Cortés a Centroamérica, pues además de náhuatl, La Malinche también hablaba maya, sin embargo, hay poca documentación. Se estima que falleció, posiblemente de viruela, entre 1528 y 1530.
La casa de La Malinche, actual Primaria «Miguel Serrano», cuenta con una fachada de tezontle y cantera, típicas de la zona de la Plaza de Santo Domingo. No está abierta al público, aunque pasar por ahí siempre es agradable contemplar el imponente edificio, mientras se reflexiona una vez más si La Malinche fue una villana o una víctima.
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Tomado de https://www.mexicodesconocido.com.mx/
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