Dolor crónico de espalda: síntomas que podrían indicar una enfermedad más grave

El dolor de espalda es muy común entre las personas. Hay muchos motivos por los cuales se podría presentar esta afección: mala postura, estar mucho tiempo de pie o sentado, un mal movimiento, etc.

Sin embargo, cuando este sobrepasa un tiempo razonable, es cuando empieza a preocupar a quien lo padece. Pues, es en este momento cuando surgen las dudas sobre si es normal o si se trata de una situación a la que se le tiene que prestar atención.

Justo es lo que sucede con el dolor de espalda crónico, aquel que persiste después de los tres meses y no mejora. O que presenta características muy específicas, por lo que, si tienes un dolor de espalda que no cede o alguno de estos síntomas, podría tratarse de una situación más delicada.

Dolor de espalda crónico: ¿Hay algo de qué preocuparse?

Como te comentamos en un principio, el dolor de espalda no siempre está relacionado con una enfermedad. Pero sí es verdad que hay momentos en los que ya no es normal y deberías prestarle atención, en caso de que lo padezcas.

En caso de que tengas bastante tiempo con dolor de espalda que no mejora, podría tratarse de espondilitis anquilosante. De acuerdo con la Clínica Universidad de Navarra, es el nombre que recibe una enfermedad inflamatoria que afecta principalmente a las articulaciones de la columna vertebral.

Estas se van soldando entre sí, disminuyendo su flexibilidad y produciendo rigidez de la misma, lo que ocasiona un intenso dolor. Pertenece al grupo de enfermedades reumáticas denominadas espondiloartropatías.

Se caracteriza por ser una enfermedad que afecta a las personas jóvenes, y por tener una mayor incidencia en hombres que en mujeres.

Síntomas de la espondilitis anquilosante

De acuerdo con el sitio MedlinePlus, la espondilitis anquilosante puede presentar los siguientes síntomas:

Dolor en la espalda baja que aparece y desaparece, pero que casi siempre está presente conforme la enfermedad progresa.

Dolor y rigidez que aumentan por la noche, la mañana o cuando no hay actividad, llegando a ser tan molesto que incluso interrumpa el sueño.

El dolor a menudo mejora cuando hay actividad física.

El dolor de espalda puede empezar en la articulación entre la pelvis y la columna, pertenecientes a las articulaciones sacroilíacas. Pasando el tiempo, puede comprometer una parte de la columna o incluso toda.

La parte inferior de la columna vertebral se va volviendo menos flexible. Con el tiempo, las personas pueden pararse en una posición jorobada hacia delante.

Fatiga

Y como un síntoma menos común, fiebre leve.

Sin embargo, no son todas las partes del cuerpo que pueden verse afectadas son las siguientes:

Las articulaciones de los hombros, rodillas y tobillos. Las cuales pueden inflamarse y causar dolor.

Las articulaciones intercostales y el esternón, al grado de no poder expandir completamente el tórax.

Asimismo, los ojos pueden presentar inflamación y enrojecimiento, que es conocido como uveítis.

Otros síntomas no tan comunes

En raras ocasiones, también se puede presentar cualquiera de los siguientes síntomas:

Psoriasis

Inflamación ocular

Inflamación del intestino

Ritmo cardíaco anormal

Cicatrización o engrosamiento del tejido pulmonar

Cicatrización o engrosamiento de la válvula aórtica del corazón

Lesión de la médula espinal después de una caída

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