WINTER PARK, Florida – Como pediatra, Gil Walker ha visto a padres enfrentarse a la colisión de miedos: pavor a las enfermedades infantiles, ansiedad por las nuevas vacunas diseñadas para prevenirlas.
Pero con la ayuda de científicos y escuelas de confianza, y líderes políticos, Walker guio a los pacientes más allá de eso. Esa guía, repetida durante años por cientos de miles de otros médicos en todo el país, ayudó a los estadounidenses a extinguir el flagelo mortal de la polio y el sarampión, entre otros.
«Simplemente les conté acerca de mis propios familiares y parientes que recibieron la vacuna, y que estaba seguro de que era segura», recuerda Walker, ahora de 97 años y retirado hace mucho tiempo. «Estuvieron de acuerdo con eso. Esta fue la respuesta».
Viajé aquí para aprender de Walker, parte de mi familia mixta tardía, porque la administración de Donald Trump ha asediado cada uno de los elementos responsables de ese progreso. Ha recortado fondos para la investigación de vacunas, destrozado la fuerza laboral de salud pública, socavado la fe en la ciencia médica y alterado las recomendaciones del gobierno, todo para avivar el apoyo de la base MAGA enojada y adicta a la conspiración del presidente.
Trump convirtió a un chiflado antivacunas con un nombre famoso, Robert F. Kennedy Jr., en el principal funcionario de salud del gobierno federal. Fue una medida extraordinariamente cínica y destructiva para un presidente cuya administración anterior ayudó a acelerar el desarrollo de la vacuna COVID-19, y que él mismo la tomó para su propia protección.
Ya, Kennedy ha revocado unilateralmente la recomendación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de que los niños sanos y las mujeres embarazadas reciban la vacuna COVID y ha terminado la financiación para el desarrollo de vacunas de ARNm. Esta semana, un cardiólogo británico aliado con RFK Jr. le dijo a The Daily Beast que, en cuestión de meses, la administración de Trump retirará la vacuna del mercado por completo. El miércoles, la FDA hizo mucho más difícil para los estadounidenses sanos obtener la vacuna cuando aprobó las vacunas COVID actualizadas, pero solo para aquellos mayores de 65 años y personas con alto riesgo de enfermedad grave. Los expertos en salud pública estiman que la vacuna ha salvado al menos 2.5 millones de vidas desde que comenzó la pandemia de COVID en 2020.
Añadiendo al caos, la Casa Blanca dijo a última hora del miércoles que la directora de los CDC, Susan Monarez, había sido despedida, solo un mes después de su confirmación por el Senado. Los abogados de Monarez dijeron que había sido atacada después de que «se negara a aprobar directivas imprudentes y no científicas y a despedir a expertos en salud dedicados». Al menos otros cuatro altos funcionarios de los CDC renunciaron, aparentemente frustrados por la política de vacunas, según el Washington Post. En una carta de renuncia incendiaria publicada en línea, el Dr. Demetre Daskalakis, director del Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias de los CDC, dijo que los cambios de RFK Jr. a las pautas de vacunas «amenazan las vidas de los estadounidenses más jóvenes y las mujeres embarazadas», y agregó que «la eugenesia juega un papel destacado en la retórica que se está generando».
Tomado de https://zeteo.com/
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