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Jorge Pech Casanova
El 21 de mayo de 1590 Miguel de Cervantes Saavedra dirigió una solicitud al emperador de España Carlos V para que le concediera “un oficio en las Indias de los tres a cuatro que al presente están vacantes”. Proponía el entonces desconocido poeta y dramaturgo que su soberano le concediese, o bien “la contaduría del nuevo reino de Granada, o la Gobernación de la Provincia de Soconusco en Guatemala”, o al menos lo nombrase “contador de las galeras de Cartagena o Corregidor de la ciudad de La Paz”.
En apenas dieciséis días el soldado que había perdido una mano en Lepanto y sufrido cautiverio en Argel, recibió una respuesta negativa el 6 de junio de 1590: “Busque por acá en que se le haga merced”. Por ello, el escritor se mantuvo en su empleo de comisario del rey, y si bien llegó a adquirir una categoría mayor, la de juez ejecutor de impuestos, en septiembre de 1597 lo encarcelaron a causa de la quiebra del banco en el cual depositó los caudales requisados. Su prisión duró tres meses y se cree que en ella comenzó la escritura de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Cuatro siglos después de aquel fallido sueño con América, a Cervantes se le celebra en todo lugar, y a estas celebraciones no es ajeno el istmo de Tehuantepec, territorio vecino de aquel Soconusco que el autor pretendía gobernar.
Así, pues, en los últimos días de noviembre de este año un grupo de escritoras, escritores, artistas de la plástica y de la música se congregaron en la comunidad istmeña de San Francisco Ixhuatán para celebrar al autor del Quijote y a su emblemático héroe, en tres jornadas en las que los hechos quijotescos fueron exaltados.
El 28 de noviembre los festejos comenzaron con una calenda, una procesión en la que la efigie del Quijote, montada sobre un triciclo en vez de un rocín, se paseó en triunfo por las calles de Ixhuatán, deteniéndose en ciertas casas del tórrido pueblo para que ante su imagen fuesen leídas evocaciones de sus aventuras.
Al día siguiente, 29 de noviembre, las autoras y los autores convocados al Otoño de la Palabra de Ixhuatán por el escritor Manuel Matus Manzo y su hija Irlanda Matus Martínez, se distribuyeron por las escuelas del pueblo y de otras comunidades vecinas para hacer lecturas cervantinas ante niños de primarias y secundarias, así como ante jóvenes de preparatorias.
Por la tarde escritoras y escritores se congregaron en la plaza central de Ixhuatán para efectuar mesas de lecturas de poesía, cuento y presentaciones de libros, entre ellos la compilación Frases del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, seleccionadas por Manuel Matus Manzo, Ana Rodelo, Víctor García Vázquez, Alfredo Saynes, Víctor Armando Cruz Chávez, Jorge Pech Casanova y Jorge Magariño.
Al día siguiente, 30 de noviembre, continuaron las actividades con lecturas literarias en escuelas y presentaciones de libros y conferencias. Entre los libros presentados destacaron La musa del mezcal, relatos de Manuel Matus Manzo; Un mundo entero de inquietud, poemas de Víctor García Vázquez; La edad terrible, de Enna Osorio Montejo; Hermoso mundo de pecado, poemas de Jorge Pech Casanova; Isaías el flojo, cuentos de Juan Carlos Cruz Rosas; He aquí al hombre, poemas de Gustavo López; Natmas / Confesiones, de Bertha Cenobio; y La caída de Tenochtitlan, ensayo histórico de Pedro Salmerón Sanginés.
Siendo la sede de todas estas actividades la comunidad de Ixhuatán, no faltaron los homenajes al escritor Andrés Henestrosa, nacido en 1906 en esta población de origen zapoteca. Inclusive, se presentó una edición estatal muy modesta de textos para niños del escritor y político. Sin embargo, como hizo notar el escritor Víctor Armando Cruz Chávez, en este 2024 el principal trabajo de promoción de autores oaxaqueños lo hicieron editoriales independientes como 1450 Ediciones, FR Editor, Almácigo Ediciones, Casa Yaza Ediciones y Tres Ciervos Ediciones.
En las actividades no faltaron las exposiciones de artes plásticas: una, de losas de cerámica roturadas con poemas por varios autores participantes en el Otoño de la Palabra, que curó el artista Shinzaburo Takeda con la ayuda de sus discípulos. Y otra, de la colección de obras de Arte de la Fundación Pascual Trabajadores por la Cultura y el Arte.
Al culminar las actividades del Otoño de la Palabra en Ixhuatán, como parte de los compromisos quedó la realización del séptimo encuentro de escritores en Ixhuatán para el otoño de 2025, y una nueva tarea: recuperar la Primavera de la Palabra con que comenzaron estos intercambios en 2018, ahora en la ciudad de Juchitán de Zaragoza. Así quedó resonando en el trópico oaxaqueño la memoria de Cervantes y del Quijote.
No faltó en este encuentro literario una feria del libro que, pese a su modestia, no dejó de lucir en la comunidad, sobre todo si se la compara con la menesterosa aunque pomposa Feria Internacional del Libro de Oaxaca, la cual, al verse privada de los millonarios recursos del gobierno estatal de otros años, volvió a sus formatos de feria aldeana, pese a la publicidad pretenciosa de que se rodea.
En Ixhuatán, con el magro apoyo del Instituto Estatal de Educación Pública, de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, del ayuntamiento de Ixhuatán y, sobre todo, con el empeñoso esfuerzo del centro cultural Casa Yaza y de altruistas vecinos ixhuatecos, el modesto Otoño de la Palabra superó sus anteriores ediciones. Acaso fue el aliento del mensaje cervantino el que ayudó a vencer las limitaciones económicas en estos festejos por la literatura, el arte y la lectura.
Tomado de https://morfemacero.com/
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