Ante la epidemia actual de VIH, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) estimó que 37,7 millones de personas vivían con VIH en todo el mundo en el 2020, de los cuales solo 28,2 millones tenían acceso a la terapia antirretroviral y, aproximadamente, 1,5 millones contrajeron la infección ese mismo año.
Aunque se ha avanzado sustancialmente en la investigación del VIH, desde hace 40 años que se reportaron los primeros casos, actualmente no existe una cura; el tratamiento para las personas que cursan por la infección se basa en antirretrovirales que, a grandes rasgos, suprime la replicación del virus en las células del organismo. Esta terapia ha logrado reducir la mortalidad, morbilidad y mejorar la calidad de vida de las personas, sin embargo, la búsqueda de alternativas terapéuticas, podría contribuir a alcanzar los objetivos de ONUSIDA de erradicar el SIDA para el año 2030, que es el progreso de la infección por VIH.
A su vez, los avances en la tecnología permiten a los científicos realizar un mayor número de investigaciones mucho más especializas, en este caso, la edición de genes mediante CRIPSR-Cas9 permitió identificar un gran número de genes del humano relacionados con el desarrollo de la infección por VIH. El reporte fue publicado en Nature Communications por investigadores de Northwestern Medicine.
En general, aunque se conoce gran parte de la biología del virus, desde su estructura hasta el mecanismo por el cual es capaz de invadir a las células del organismo y generar infección, aún existen espacios en blanco en el conocimiento de los mecanismos moleculares que subyacen al ingreso, replicación y patogenia del VIH.
Un componente importante para tal progreso es lo que se conoce como factores de dependencia que se refiere a proteínas y complejos propios del hospedador (el humano) que son irremediablemente necesarios para la infección por el virus, ya que se conoce que estas partículas infecciosas no cuentan propiamente con los requerimientos celulares para replicarse y generar infección, así que los “roba” de las células que invade.
Para rebasar esta limitación en la investigación del VIH, y, con ayuda de la tecnología CRISPR, el estudio descrito identificó un total de 86 genes humanos, de los cuales, aproximadamente la mitad ya se habían analizado con anterioridad en la biología del VIH y el resto son genes nuevos que nunca se habían tomado en cuenta para la progresión del virus en las células.
Esto se logró a través de un gran análisis que implico 426 genes evaluados en células T del sistema inmunológico que son una de las principales que invade el virus. En términos generales lo que se realizó fue “apagar” cada uno de los genes descritos para después infectar a las células con VIH y determinar si la infección era mayor o menor con cada uno de los genes reprimidos, así, mediante este tipo de protocolo se pudo determinar el impacto que tiene cada gen en la progresión de la infección.
Con este estudio se abre un nuevo panorama con un mapa mucho mayor de genes contribuyentes a la infección que son propios del organismo; conocer más la biología del VIH, nos ayuda a determinar potencialmente nuevos blancos terapéuticos, en este caso los 40 genes nuevos descritos, a los cuales apuntar para suprimir la replicación y propagación viral del VIH.
El reporte se encuentra en: Nature Communications
Tomado de https://ensedeciencia.com/
Más historias
Autoridades lanzan advertencia por el uso de este producto en personas diabéticas; NO es seguro
La madera transparente: el material del futuro que combina sostenibilidad y alta tecnología
Tu mamá tenía razón: científico explica por qué el caldo caliente sí quita el calor