Botarga, esa desconocida

Botarga, esa desconocida

Tomado de https://losamigosdecervantes.com/

Con motivo de la presentación del libro Botarga la larga los pasados 3 y 4 de febrero en Guadalajara y Madrid se incluyen dos textos, una crónica del autor y una reseña de Pedro Plasencia.

Hace solo unos años, cuarenta o poco más, mi amigo Santiago y yo decidimos dedicar los fines de semana a recorrer un territorio próximo pero desconocido para el gran público. Territorio atacado por un proceso de despoblación imparable que había comenzado treinta años antes, cuando el incipiente desarrollo económico había provocado en España el inexorable abandono del campo en beneficio de las grandes ciudades más dinámicas. A finales de los años setenta (S. XX) el campo había sufrido una pérdida irreparable de población dando origen a un nuevo modelo de sociedad que fue lo que ahora se ha dado en llamar España vacía, o, para ser más precisos y fieles a la Historia, España vaciada.

Por aquel entonces de finales de los setenta, alguien, Isidoro Moreno, de Majaelrayo, nos invitó a la fiesta mayor de su pueblo y, sin ser conscientes de ello, nos convirtió en carne de Carnaval.

La fiesta de la botarga es un carnaval, pero pobre, como lo definió Julio Caro Baroja. O empobrecido, como lo vivió él y como lo vivimos nosotros mismos. Es una fiesta de los pueblos de la Sierra y la Campiña de Guadalajara, no mucho más de 100 km. al noroeste de Madrid. Pueblos históricamente pobres, pero guardianes de una festividad peculiar similar a multitud de fiestas carnavalescas repartidas por toda España y por medio mundo. Lo que no podíamos imaginar entonces era que la fiesta haya revivido hasta el extremo de celebrarse hoy en día en más de cuarenta pueblos, mientras que nosotros encontramos apenas una decena con la fiesta viva en aquellos años.

Todo el mundo sabe lo que es el carnaval. No hay nada más que evocar el carnaval de Río de Janeiro para que todo el mundo sepa que se trata de una fiesta (macro) popular cuyo fin primordial es la diversión y el esparcimiento a través de música, desfiles, danzas, bailes y chirigotas. En España han alcanzado gran popularidad los carnavales de Las Palmas, Cádiz y Tenerife, pero raro es el rincón del país donde no se encuentre una manifestación carnavalesca. Y carnavales hay en toda Europa, el más conocido, sin duda, el Venecia y, por supuesto en toda América latina con la significativa inclusión del mardi gras de EEUU.

Pero, ¿de dónde procede esta contagiosa festividad que arrasa en medio mundo y cuál podría ser su significado primordial?

Desde luego nadie, en los pueblos de Guadalajara que vistamos entre 1978 y 1982, supo darnos noticia de su origen ni significado. Se recogen en el libro las opiniones de los auténticos protagonistas de la fiesta, hombres y mujeres de la Sierra y la Campiña, en las que manifiestan su desconcierto ante unas preguntas que parecen sorprenderles y confundirles. En realidad, sabemos tan poco…, nos dice una paisana de Utande.

Lo cierto es que la mano de hierro en guante de seda de la Santa Madre Iglesia contribuyó de forma decisiva al desconocimiento de los orígenes y posible significado de la fiesta. A partir de un momento impreciso de la Edad Media, la Iglesia se esforzó en cristianizar el deseo festivo popular introduciendo a sus santos y ritos en medio del jolgorio popular. Pero cierto también que la Iglesia no prohibió la fiesta. Simplemente la manipuló. Convirtió lo que había sido una innegable ansia de subversión en un acontecimiento social que debía realizarse con un cierto orden permitiendo algunos pequeños desmanes. Es algo así como si hubiese lanzado al pueblo llano una precisa consigna: “Pecad, pecad, que mañana os arrepentiréis, os confesaréis y tendréis que cumplir la penitencia”.

Los estudiosos, historiadores, etnólogos o folkloristas no siempre están de acuerdo, como es lógico, en torno al origen y significado de la fiesta, pero sí parece haber un consenso general en cuanto al significado profundo: se trata de una fiesta cuyo objetivo fundamental es, aunque sea sólo por un día, subvertir el orden y las convenciones sociales. De rico a pobre, de señor a esclavo, de honesto a disoluto, de hombre a mujer, de sexo a sexo y solo sexo…

Estas fiestas paganas, ligadas siempre a los ritos de los dioses más golfos del Olimpo clásico, están muy bien documentadas en la historiografía sobre las antiguas Grecia y Roma. Ignoro por completo lo que podía pasar en los pueblos indígenas de América, pero, si había fiesta tipo carnaval, las motivaciones no podían ser muy distintas.

El libro que escribimos en plena juventud no es una tesis doctoral ni un estudio científico de trazas académicas. Se trata más bien de una cartografía arqueológica de una sociedad que estaba viendo desaparecer no solo una de sus principales señas de identidad cultural, sino comprobando que la sociedad rural misma estaba al borde de la desaparición. El editor ha decidido considerar este libro un ensayo y como tal lo hemos mantenido.

Hoy en día ya nada es igual. El desarrollo económico del país, es decir, la “democratización” de la riqueza, la proximidad a Madrid, a Alcalá de Henares, a Guadalajara y a los pueblos de la Campiña que se han beneficiado del crecimiento del Corredor del Henares, han propiciado que hijos, nietos y biznietos de los pueblos hayan tenido recursos y fuerzas para mantener, recuperar y reconstruir su tierra de origen. Todo ello, unido a la belleza de la región y a la peculiaridad arquitectónica de los pueblos de la Sierra, ha contribuido a crear un flujo turístico continuo que se ha convertido en un pilar básico de la economía local. Que nadie pretenda comer o dormir en uno de los pueblos de la Sierra en un fin de semana si no ha reservado antes.

Con la recuperación general ha renacido la fiesta de la botarga. La administración pública la ha reconocido como un bien de interés cultural (BIC) y ahora la fiesta se extiende por cerca de cuarenta pueblos que superan holgadamente los márgenes del territorio que nosotros exploramos. Es para celebrarlo. Y para que piensen en hermanarse con otras fiestas similares del mundo

Lo que no podemos saber –sería objeto de otro libro- si los protagonistas de hoy son más conscientes del origen y significado de la fiesta que los protagonistas que nosotros conocimos.

ARTURO LORENZO
Madrid, marzo de 2025

Botarga la larga
Viajes y fiestas por la Campiña y la Sierra de Guadalajara (1978-1982)
Santiago de Luxán y Arturo Lorenzo
245 págs.
Huerga & Fierro editores
Madrid, 2024

Botarga la larga

Botarga la Larga es un libro de carretera y manta, o, como dirían los modernos, algo parecido al guion de una road movie hispano mesetaria. En él los autores se adentran hasta las trancas en ese espacio sin tiempo preciso, o, mejor dicho, en ese espacio donde el tiempo dormita en perpetua languidez, que es la Campiña y la Sierra de Guadalajara. A lomos del imprescindible “dos caballos” los viajeros (Santiago de Luxán y Arturo Lorenzo) van en búsqueda de testimonios vivos sobre las máscaras, las danzas y la esencia (el sentir) de una tradición ancestral que Julio Caro Baroja definió como “el Carnaval pobre”. 

Solo conozco otra fiesta casi idéntica en España: el Jarramplás de El Piornal, pueblo situado al norte de la provincia de Cáceres que, con sus 1.175 metros de altitud, es la cota más alta de Extremadura; tan solo siete metros por debajo de Majaelrayo, megalópolis de los Pueblos Negros de la Sierra de Guadalajara con sus nada más y nada menos que 57 habitantes censados en 2024. El Pero Palo de Villanueva de la Vera y el pobre carnaval de Las Hurdes estarían emparentados con ambas, pero son otra cosa.

La publicación del libro más de cuarenta años después de su factura, añade al indudable valor etnológico de la obra el interés de haberse convertido por fuero de antigüedad en un documento histórico. Como han contado los propios autores, los paisanos entrevistados, o, por mejor decir, los contertulios, al principio solían mostrarse reservados, pero a medida que avanzaba la charla, puede que algunos también a medida que trasegaban los vasos de vino, iban perdiendo la vergüenza y contaban animados todo lo que sabían. Intercalaban los contertulios grandes verdades con no menores mentiras expresadas en dichos populares, como que los vecinos de los pueblos cercanos eran todos unos declarados ladrones; y así las tertulias resultaban la mar de entretenidas. 

Si no la totalidad de los entrevistados, casi todos ellos, están hoy criando malvas, y algunas de las localidades entonces visitadas se han despoblado. Sobrecoge pensar que, si Santiago y Arturo viajaran de nuevo a esos lugares, como en la Comala de Pedro Páramo, podrían tal vez, sin necesidad de tomarse un tripi, escuchar sus psicofonías e incluso vislumbrar la alucinación de sus fantasmas desplazándose suspendidos por los aires a unos centímetros del suelo. Es una locura, pero esta idea se me ha pasado por la cabeza después de la lectura del libro.

El caso es que, en el censo de 2024, Palancares contaba con 12 almas, Condemios de Abajo con 14, y en 2016 Aleas solo llegaba a 9, cifra que no creo que haya superado en estos últimos años. Isidoro Moreno, alma y animador de la fiesta de Majaelrayo, se lamentaba en 1979: “No puedo contener la rabia y el descorazonamiento que siento por ver como mi pueblo se ha venido abajo”; y Celedonio Sierra, el más simpático de los protagonistas del libro, zarragón de Galve de Sorbe en 1981 (zarragón es la botarga que dirige el baile), tendrá ahora 97 años, si es que sigue en la nómina de los vivos. Sin embargo, la Fiesta de la Botarga en la provincia de Guadalajara está hoy más viva que nunca.

La estructura de la obra es acertada, y en cuanto a la calidad de los textos, solo decir que el lenguaje de los autores en primera persona es el de un exquisito castellano, pero que resalta para bien la otra voz, la que otorgan a los paisanos, la voz del pueblo.

En cuanto a la edición, la estética, debida a Malika Toumadj, es excelente, si bien el texto adolece de algunos errores en la paginación del índice que, tengo entendido, el editor está en proceso de corregir en una próxima reedición. En definitiva, la lectura de Botarga La Larga es un placer y su publicación un gran acierto.

PEDRO PLACENCIA
Madrid 2024

Tomado de https://losamigosdecervantes.com/