Alemania se hunde cada vez más

Alemania se hunde cada vez más

Tomado de https://rebelion.org/

Como si no se hubiera humillado suficientemente a Alemania con la
destrucción del oleoducto Nord Stream, y las investigaciones e
informes de los medios de comunicación que trataban de acusar a todo
el mundo excepto al culpable obvio, Berlín acaba de recibir con
todos los honores al principal sospechoso. El pasado viernes [18 de
octubre de 2024] el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibió
la máxima condecoración alemana, la Gran Cruz del Orden del Mérito
de la República Federal. El Presidente alemán, Frank-Walter
Steinmeier, entre otros, se deshizo en elogios hacia el “gran
tipo” y le agradeció el haber fortalecido la alianza
transatlántica.

Véase X.

Todo fue bastante surrealista. El punto culminante fue una rueda
de prensa de Biden con el canciller alemán Olaf Scholz en la que
afirmó
lo siguiente: “No sé cómo podemos mantener la estabilidad en
Europa y en todo el mundo sin una estrecha relación
germano-estadounidense…”. A lo que se podría responder “mantener
¿qué estabilidad?”. Para recordarlo solo tenían que hacerse a un
lado.

Vease X

Aparte de poner
al mundo al rojo vivo, la estrecha relación germano-estadounidense
también está resultando desastrosa para Alemania. Es la misma
historia de siempre. La política belicosa del país sigue provocando
una grave crisis energética y una guerra comercial que diezman la
industria alemana.

La economía sigue retrayéndose. A principios de este mes el
ministro de Economía alemán, Robert Habeck, anunció que ahora se
espera que se contraiga un 0,2% este año, tras revisar una
perspectiva más optimista de primavera de un crecimiento del 0,3%.

El Gobierno se da palmaditas en la espalda por haber
“estabilizado” el precio de la energía, pero está mucho
más cara que antes de 2022 y no es competitivo con países como
Estados Unidos y China. Actualmente está considerando
conceder aún más ayudas estatales a los fabricantes en un intento
de evitar que abandonen el país o, al menos, evitar que inviertan
más en sus fábricas en el extranjero que en sus bases
nacionales en Alemania.

Debido al freno del endeudamiento alemán, eso significa que hay
que sacar dinero de otros sitios, lo que implica recortes del gasto
social.

El gobierno cada vez vende más activos estatales, como Schenker,
la rentable filial logística del operador ferroviario nacional
Deutsche
Bahn, que se vendió a su rival danés DSV por 15.300 millones de
dólares (el fondo de cobertura Third Point, con sede en Nueva York y
dirigido por el multimillonario Daniel Loeb, acaba de comprar
una importante participación en DSV).

El país padece también una enorme
crisis de vivienda que no tiene visos de mejorar.

El mayor problema de Alemania es que poner su política exterior
al servicio de los intereses estadounidenses va en contra de los
intereses económicos de la mayoría de la población alemana, aunque
hay que indicar que los
alemanes más ricos se están beneficiando bastante de todo este
caos. No obstante, Alemania en su conjunto está en el bando perdedor
en lo que se refiere a Rusia, China y las guerras en la periferia de
la Unión Europea que provocan millones de personas refugiadas.

El ministro de Economía Robert Habeck declaró recientemente a
los medios en Berlín: “En medio de la crisis, Alemania y Europa
están atrapadas entre China y Estados Unidos, y deben aprender a
hacerse valer”.

No cabe duda. ¿Cuándo y dónde va a empezar a hacerlo Alemania?

¿Replantearse la relación trasatlántica?

Cuando llegó a mi bandeja de entrada un informe del Stiftung
Wissenschaft und Politik (SWP, Instituto Alemán de Asuntos
Internacionales y de Seguridad) titulado “Europe
and the End of Pax Americana” [Europa y el final de la Pax
Americana
], por un momento pensé que quizá la clase dirigente
alemana estaba empezando a imponerse.

Me llevé una enorme decepción.

El SWP es uno de los principales think tanks de Alemania,
si no el más importante, y asesora al Bundestag [Parlamento alemán]
y al gobierno federal sobre cuestiones de política exterior y de
seguridad, de modo que merece la pena prestarle atención, a pesar de
que normalmente elabora unas versiones bastante anodinas y atenuadas
de los informes de la capital imperial en Washington.

La premisa en este documento en concreto es que Alemania se debe
preparar para el resultado de las próximas elecciones
estadounidenses, y empieza bastante bien: “La idea de que el poder
de Estados Unidos sustenta la seguridad internacional sigue estando
profundamente arraigada en la élite política estadounidense actual.
En última instancia, esta idea también es fundamental en las
alianzas lideradas por Estados Unidos, incluida la OTAN. Pero, de
hecho, hace tiempo que se están desmoronando los tres pilares de la
Pax Americana (la fortaleza militar de Estados Unidos, la
apertura económica del país y los fundamentos liberal-democráticos
de la política exterior estadounidense)”.

El informe contiene los habituales puntos principales sobre el
orden internacional basado en normas, como que China, Rusia e Irán
suponen amenazas para las bases estadounidenses que los rodean y que
estos países rechazan los valores democrático-liberales a pesar de
todos los regalos de libre comercio que se les han hecho, pero la
conclusión parece sólida: el poder militar estadounidense tiene
cada vez más límites y Estados Unidos se está volviendo hacia un
planteamiento geoeconómico de “Estados Unidos primero”, con más
sanciones y controles a la exportación (no se menciona el hecho de
que Estados Unidos es cada vez más insultante respecto a sus
“aliados”).

A lo que el autor parece querer llegar es a que Alemania debe
empezar a pensar más en sí misma puesto que Estados Unidos hace lo
mismo. Parece sensato, ¿no?

A partir de ahí todo es más sencillo. Estas son las soluciones
que propone el informe: “El requisito mínimo sería construir
aquellas capacidades específicas respecto a las cuales los europeos
han sido especialmente dependientes de Estados Unidos y que
Washington necesitaría con mayor probabilidad en el Indo-Pacífico
en caso de una crisis que implique a China. Entre estas capacidades
están el reconocimiento, el transporte aéreo estratégico, los
sistemas de defensa aérea, los aviones de combate, las capacidades
navales anfibias y los misiles de largo alcance y de crucero. Pero lo
importante aquí no es solo el armamento, sino también las
verdaderas cuestiones políticas. Por ejemplo, ¿cómo podrían
reaccionar los socios europeos de la OTAN si, bajo un segundo
gobierno Trump, Estados Unidos participara mucho menos en la toma de
decisiones consensuadas en el Consejo de la OTAN o incluso tratara de
enfrentar entre sí a los aliados de la OTAN? ¿Qué harían los
aliados europeos si Estados Unidos finalmente abandonara
su idea «liberal» del liderazgo dentro de la Alianza y se
comportara como una gran potencia «normal»?”.

Por consiguiente, Europa se debe unir en materia de defensa para
hacer frente a Rusia, ¿por qué?: “Lo que mueve sobre todo a la
política rusa bajo el liderazgo de Putin es el deseo de destruir el
orden de paz europeo basado en los valores liberal-democráticos
consagrados en la Carta de París. Moscú considera una amenaza la
emergencia o consolidación de sociedades democráticas liberales en
los países vecinos de Rusia”.

Lo que se propone aquí es lo mismo que proponen todos los
think tanks
, Zeitenwende
de Scholz y los discursos
de la ministra de Asuntos Exteriores, Annelena Baerbock, acerca de
que Alemania liderará la lucha en Europa por el “orden basado en
reglas” mientras Estados Unidos se centra en China. El documento
continúa: “En última instancia, el declive de la Pax Americana
también suscita la cuestión de qué papel pueden y deben desempeñar
los valores liberal-democráticos en la política exterior. Los
partidarios alemanes y europeos de una política exterior basada en
valores podrían perder en los próximos años un importante respaldo
(esto es, Estados Unidos). Por lo que se refiere al orden de
seguridad europeo, la situación está bastante clara: solo
superficialmente, el conflicto con Rusia se debe a reivindicaciones
territoriales y relaciones de poder militar; su verdadera causa
radica en valores irreconciliables sobre el orden interno y externo
de Europa. Por consiguiente, desde la perspectiva de la UE y de los
Estados europeos de la OTAN, la seguridad de Europa está
inextricablemente unida a la defensa de los valores
liberal-democráticos. Por tanto, la defensa de los valores fuera de
Europa se debe centrar en aquellas normas, instituciones y reglas que
afectan directamente a la coexistencia pacífica de los Estados: el
derecho internacional y marítimo, el multilateralismo y, en
consecuencia, el a menudo citado «orden basado en normas» en el
ámbito regional y mundial. Estados autoritarios que no son grandes
potencias y, por tanto, se enfrentan a vecinos más poderosos también
apoyan estos principios por su propio interés. No obstante, nada de
esto cambia el aleccionador hecho de que sin Estados Unidos sería
mucho más difícil proteger lo que queda del orden mundial basado en
normas”.

Y así, el informe concluye reafirmándose en la fracasada
estrategia de un “orden basado en normas” liberal-democrático,
también conocido como hegemonía estadounidense.

En un documento que supuestamente se centra en reformular la
relación de Alemania con Estados Unidos se nos regurgitan argumentos
de organismos como el Atlantic Council que equivalen a seguir con el
sometimiento de Alemania a Washington.

Esto me recordó un comentario de Aurelian en un post
anterior: “[…] Después de la Segunda Guerra mundial Alemania era
poco popular entre sus vecinos inmediatos, lo cual es comprensible.
La generación de Adenauer reconocía que la única forma de
recuperar la respetabilidad internacional era por medio de la
adhesión a instituciones multilaterales y de ceder gran parte de su
soberanía a los demás, para no ser considerada una amenaza. De modo
que Alemania fue miembro de la Comunidad Europea del Carbón y del
Acero desde 1951 y de la CEE desde sus inicios en 1958. La
remilitarización alemana, que otros Estados europeos habían
aceptado a regañadientes, en realidad resultó ser una solución
mejor que la idea original de una Organización del Tratado
Occidental como alianza militar permanente contra Alemania. Todas las
tropas alemanas quedaron bajo el control de la OTAN, y no se permitió
a la Bundeswehr [Ejército alemán] tener su propio cuartel general
operativo, por lo que no podía llevar a cabo misiones nacionales.
Esto, unido a la relación de subordinación a Francia en virtud del
Tratado del Elíseo de 1962, fue una especie de masoquismo
voluntario, que contribuyó a mitigar un temor muy real al
revanchismo alemán (un temor que, por cierto, explica en gran parte
por qué los Estados europeos querían que continuara la OTAN tras el
final de la Guerra Fría). Esta sumisión ciega produjo varias
generaciones de diplomáticos y oficiales militares alemanes (y
conocí a varios de ellos) cuya principal preocupación era ser
considerados «buenos europeos» y «buenos miembros de la OTAN».
Aunque no estuvieran de acuerdo en todo con Estados Unidos, nunca se
podía criticar a un gobierno alemán que siguiera el ejemplo de
Estados Unidos. Por supuesto, las cosas han cambiado mucho desde
entonces con el cambio del equilibrio en la relación franco-alemana
y la completa transformación de la situación de la seguridad
europea. Sobre todo se ha observado que tras décadas de buen
comportamiento, los alemanes no tienen los reflejos diplomáticos que
realmente necesitan y corren el peligro de meterse en un buen lío.
El problema existencial de qué es Alemania, nunca resuelto en su
historia, significa que para muchas personas que tiene posiciones de
autoridad la solución mejor y más fácil es seguir a Estados
Unidos, porque eso funcionó bien en el pasado”.

Ya no funciona.

Como demuestra el informe del SWP, las élites alemanas están
metidas en un lío del que no saben (o no quieren) salir y reaccionan
empeorando las cosas. Como señalaban ayer Alex Merouris y Alex
Christoforou en The
Duran, ahora Alemania trata de culpar directamente a Rusia de la
grave situación económica del país.

El líder de la principal oposición y el candidato que tiene más
posibilidades de ser el próximo canciller, Friedrich Merz, apoya
la idea
de lanzar desde Ucrania misiles alemanes Taurus contra Rusia.

Y Berlín es uno de los mas entusiasta partidarios del genocidio
que está llevando a cabo Israel contra el pueblo palestino y de la
guerra más amplia en Asia Occidental. Por no hablar de la bancarrota
moral o de las violaciones del derecho internacional; esa política
es mala para Alemania en Europa. Más conflictos en la periferia de
la UE ya está agravando la crisis energética europea y puede hacer
que la situación sea mucho peor. También significa millones de
personas refugiadas que se dirigen a Europa, lo que agravará los
problemas de unos servicios sociales que tiene una financiación
insuficiente y están sobrecargados, sin importar cuántos acuerdos
que se firmen con Turquía, Albania y otros países para acoger
refugiados en cárceles.

Aquí tenemos a la ministra de Asuntos Exteriores de Alemania,
Annalena Baerbock, nieta del nazi
Waldemar Baerbock y promotora de lo que ella denomina una
política exterior “feminista”, que sostiene que Israel tiene
derecho a matar a mujeres y niños: :

Véase X.

Su defensa del genocidio me recuerda las advertencias de Diana
Johnstone, que fue secretaria de prensa del Grupo de los Verdes en el
Parlamento Europeo de 1989 a 1996 y vio de primera mano la
transformación de los Verdes alemanes, que pasó de ser un grupo que
se oponía a la Guerra Fría a convertirse en los dementes amantes de
la guerra de hoy. Diana Johnstone decía lo siguiente sobre Annalena
Baerbock en una entrevista publicada en Black
Agenda Report antes de las elecciones alemanas: “Francamente,
espero que no ganen, porque son absolutamente peligroso en lo
referente a las relaciones internacionales. Esta mujer—Annalena
Baerbock—no tiene un verdadero pasado político. Tiene 40 años y
no ha estado mucho tiempo en el partido. Cuenta con muy poca
experiencia, pero tiene muy buena formación en política exterior
estadounidense y de la OTAN. Y se le ha empujado rápidamente a lo
más alto del partido hasta convertirse en candidata a Canciller
simplemente sobre esa base. De modo que, de hecho, quienes
verdaderamente son de izquierda en Alemania consideran que tanto ella
como el Partido Verde alemán son muy peligrosos. Es muy probable que
nos lleven a una importante guerra entre potencias mundiales”.

Por desgracia, los Verdes encajan muy bien con la beligerancia de
los otros grandes partidos y la sabiduría colectiva de las élites
alemanas. El giro dado en las últimas décadas es verdaderamente
notable. Alemania fue uno de los “aliados” de Estados Unidos que
dijo no a [la guerra contra] Irak y vio cómo Washington fracasó
ahí, lo mismo que en Afganistán y con su esfuerzo por cambiar el
régimen de Siria y ahora, antes incluso de que Estados Unidos haya
terminado de retirarse de Ucrania, Alemania sigue a Washington en
otro desastre más horrible en Asia Occidental.

¿Habrá bloqueo de las
alternativas?

Dos partidos insurgentes, que defiende acercarse a Rusia y más
soberanía para Alemania en general, obtuvieron buenos resultados en
las recientes elecciones estatales, pero por ahora luchan por
convertirlas en poder real, y es probable que se enfrenten a
obstáculos similares en el Bundestag tras las elecciones del próximo
año, a pesar de que las encuestas les otorgan una sólida posición.

Alternativa para Alemania (AfD), un partido de derechas
(etnonacionalista, negacionista del cambio climático, escéptico
ante la UE y la OTAN, partidario de la economía del goteo y que
cuenta con algunos admiradores de los nazis por si acaso), permanece
aislado tras un “cordón sanitario” destinado a mantenerlo fuera
del gobierno. AfD ha podido capitalizar el desencanto generalizado
por los niveles récord de inmigración, que se produce al mismo
tiempo que la economía se retrae, desciende el nivel de vida, hay
una crisis energética y de vivienda, y recortes del gasto social.
Otros partidos, como la Unión Cristiano Demócrata, que va a la
cabeza, se inclinan cada vez más hacia las posiciones de la AfD,
excepto, claro está, el escepticismo respecto a la OTAN y la UE, y
la distensión con Rusia.

Tras años de advertir que AfD era una amenaza para la democracia
(una amenaza a la que el Estado respondió poniendo al partido bajo
vigilancia), otros partidos recurren ahora a medidas más
desesperadas para proteger la democracia. Debido al “cordón
sanitario” impuesto a AfD esos partidos se ven obligados a formar
coaliciones con la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW, por sus siglas en
alemán), un partido populista formado esencialmente por una mujer y
creado hace nueve meses con una plataforma contra la guerra y de
clase trabajadora. Con todo, BSW insiste
en que cualquier socio de coalición debe tener una postura clara
contra el despliegue de misiles estadounidenses de medio alcance en
Alemania. Todavía no hay interesados en la coalición. Al menos en
el caso de Sajonia, eso podría significar nuevas elecciones si no se
forma una coalición antes de febrero.

En el estado de Turingia AfD gano las elecciones del 1 de
septiembre con el 32.8 % de los votos. Esto es lo que ocurrió
después, según un informe
de European Conservative del 27 de septiembre: “El partido no
tienen mayoría para formar gobierno y permanecerá en la oposición
debido al cordón sanitario impuesto por los demás partidos. No
obstante, tiene derecho a nombrar candidato a Presidente del
Parlamento, lo que intentó el jueves, en la primera sesión
parlamentaria tras las elecciones. Pero su decisión de proponer
a Wiebke Muhsal como Presidenta de Parlamento fue rechazada por los
demás partidos (la CDU de centro-derecha, la nacionalista de
izquierdas Bündnis Sahra Wagenknecht, el Die Linke de extrema
izquierda y los socialdemócratas), con el argumento de que tenía
pocas posibilidades de conseguir la mayoría. Pero AfD se negó a
considerar cambios en las normas que permitieran a otros partidos
presentar otros candidatos y levantó la sesión”.

CDU acudió entonces al Tribunal Constitucional de Turingia, que
falló en contra de AfD, lo que posibilitó que el candidato de la
CDU se convirtiera en Presidente del Parlamento. CDU está negociando
con el BSW y el centrista Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz,
favorable a la guerra, para tratar de crear una coalición.

A pesar de los medios de comunicación, de los agentes secretos y de todos los resortes del gobierno que se utilizan contra AfD y, en menor medida, contra el BSW, estos siguen avanzando. En el caso del BSW, están recibiendo apoyos debido a que es el único partido importante que se opone a que el Estado apoye el genocidio:

Véase X.

A medida que el BSW vaya teniendo más apoyo entre los votantes,
el gobierno se podría plantear como respuesta tomar medidas contra
el partido. La ministra de Exteriores Baerbock afirmó recientemente
en una
entrevista que el éxito del BSW era “fruto de la propaganda
rusa”. Se supone que, en su condición de ministra de Exteriores,
Baerbock debe permanecer neutral en cuestiones de política interior,
pero no ha mostrado disciplina alguna.

Sus declaraciones se producen en el momento en el que los espías
alemanes, tanto en el exterior como en los servicios internos,
afirman
que necesitan más dinero y poder para hacer frente a las amenazas
de Moscú.

Y así sucesivamente.

En un intento de que parecieran nobles la muerte y la destrucción
que han provocado sus gobiernos, tanto Biden como Steinmeir citaron
lal poeta irlandés Seamus Heaney en su rueda de prensa e Berlín,
Biden citó “The Cure at Troy” y Steinheimer “Republic of
Conscience”.

Puede que el poema “Oysters” de Heaney refleje mejor los regímenes de Berlín y Washington:

Our shells clacked on the plates.
My tongue was a filling estuary,
My palate hung with starlight:
As I tasted the salty Pleiades
Orion dipped his foot into the water.

Alive and violated,
They lay on their bed of ice:
Bivalves: the split bulb
And philandering sigh of ocean
Millions of them ripped and shucked and scattered.

We had driven to that coast
Through flowers and limestone
And there we were, toasting friendship,
Laying down a perfect memory
In the cool of thatch and crockery.

Over the Alps, packed deep in hay and snow,
The Romans hauled their oysters south to Rome:
I saw damp panniers disgorge
The frond-lipped, brine-stung
Glut of privilege

And was angry that my trust could not repose
In the clear light, like poetry or freedom
Leaning in from sea. I ate the day
Deliberately, that its tang
Might quicken me all into verb, pure verb.

N. de la t.: Véase una traducción del poema https://verseando.com/blog/seamus-heaney-un-inedito-ostras-de-·field-work·-1979/

Texto
original:
https://www.nakedcapitalism.com/2024/10/germany-cant-stop-digging.html

Esta
traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar
su integridad y mencionar a
l
autor, a la
traductora y Rebelión como fuente de la traducción.

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