¿Qué haces cuando tienes ganas de una bebida fresca? Te diriges a la cocina, abres el refrigerador, conectado a la corriente eléctrica, y disfrutas de tu bebida. En 2024, casi todos los hogares europeos tienen un refrigerador. Los que no tienen, utilizan otras técnicas de refrigeración de alimentos. Los Yakhchals son una de esas técnicas, se refiere a una estructura de refrigeración muy antigua aparecida en Irán y Afganistán hace más de 2.450 años, en el año 440 a.C. Los historiadores creen que incluso podrían ser más antiguos. Hablaremos de los yakhchals, y verás que no tienen mucho en común con nuestros frigoríficos domésticos.
Los Yakhchals: Refrigeradores gigantes
Mientras que nuestros refrigeradores actuales son individuales y a menudo demasiado pequeños para almacenar todo, los yakhchals son inmensas estructuras en forma de cúpula.
Cuando se instalaban en un pueblo, eran utilizados por todos los habitantes de forma comunitaria, como si fueran una fuente de agua potable.
Algunos yakhchals aún se conservan en Irán.
Estructuralmente, los yakhchals generalmente tienen una forma cónica, similar a una cúpula, con una base amplia y una cima estrecha.
Este diseño particular ayuda a minimizar la superficie expuesta al sol, reduciendo así la cantidad de calor absorbido.
En términos de materiales, estaban hechos de una mezcla llamada «sarooj», compuesta por arcilla, arena, cenizas, madreselva y clara de huevo, un aislante térmico excepcional. Para alcanzar un nivel de aislamiento extremo, estos muros de sarooj tenían dos metros de espesor, impidiendo que el calor los atravesara.
Un «Frigo» que funciona sin electricidad
En Irán, se usaron hasta la década de 1960, antes de que la mayoría de los hogares pudieran estar equipados con refrigeradores eléctricos.
Este testimonio de la ingeniosidad iraní es notable, considerando que el país tiene temperaturas bastante similares a las de España, de -7 °C a 40 °C. La cúpula coronaba una sala llena de hielo.
Para alimentarla, había dos soluciones posibles. O bien el agua llegaba de las laderas más sombreadas de las montañas cercanas, congelándose naturalmente en la sala de refrigeración, o los habitantes transportaban hielo desde las montañas, luego lo rompían y lo almacenaban en la sala del yakhchal.
La profundidad de la sala permitía conservar el hielo, y en consecuencia, mantenía el aire fresco en la superficie. Finalmente, aberturas en la parte superior de la estructura permitían que el aire caliente escapara, mientras que canales subterráneos traían aire fresco, ayudando así a mantener una baja temperatura interna.
Conservando alimentos frescos todo el año
Es fascinante saber que esta sala, llena de hielo en invierno, aseguraba la conservación de los alimentos frescos durante todo el año, incluso cuando las temperaturas rozaban los 40 °C.
Los refrigeradores, inventados en Irán, eran espacios públicos y comunitarios. Las estructuras, algunas de las cuales podían alcanzar más de 5.000 m² de superficie, estaban destinadas a conservar los alimentos de todos los habitantes. Hoy en día, podríamos preguntarnos si los bienes de cada uno serían respetados, pero aparentemente eso no representaba un problema antes.
Actualmente, muchos yakhchals todavía son visibles en Irán y Afganistán, algunos siendo restaurados y mantenidos como lugares históricos.
Los yakhchals siguen siendo un tema de estudio para historiadores e ingenieros, fascinados por la eficacia y durabilidad de estas antiguas tecnologías de refrigeración. Además, interesan a los arquitectos, quienes ven en ellos una solución de climatización original y virtuosa. Los yakhchals probablemente seguirán dando que hablar, a pesar de que existen desde hace más de 2.450 años.
En Irán, también se conservan unas torres conocidas como Badgirs, son sistemas de aire acondicionado ecológicos inventados hace más de 3000 años.
El funcionamiento de un Badgir se basa en un principio simple pero efectivo. Consiste en una torre vertical en forma de chimenea rematada por una cúpula. El edificio al que está conectado el Badgir cuenta con conductos o túneles que conducen a la base de la torre. Cuando el aire caliente del exterior ingresa a la torre, se enfría al pasar por los conductos subterráneos, que se encuentran a una temperatura más fresca. El aire caliente y ligero asciende naturalmente a través de la torre, creando una succión que genera una corriente de aire fresco dirigida hacia el interior del edificio a través de aberturas en el suelo o las paredes. Este sistema permite llevar aire fresco al interior de los edificios, creando una sensación de frescura y comodidad, incluso en climas extremadamente cálidos.
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#Sonora #Expresion-Sonora.com Tomado de http://ecoinventos.com/
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