Y el mensaje es el rugido de un político dominante – Josué Méndez Ruiz*

“El medio es el mensaje”, frase célebre del comunicólogo Marshall McLuhan, refiere a que la vía por la cual se envía información influye en la percepción de la misma; nos confronta con la idea de que la elección del medio es un asunto político, plantea un discurso en sí mismo, una intención de incidir sobre el receptor. Creo que esta es una idea simple, que se puede ejemplificar de muy diversas formas, las marchas son una de ellas.

En su ensayo sobre la próxima marcha encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, el colega sociólogo Mario Bravo Soria parte de una idea similar, sólo que refiriendo a Alberto Melucci y llevada al terreno de los movimientos sociales: “aquello que una movilización social hace, cómo la realiza, cuándo, en dónde y quiénes participan de tal acción colectiva (…) resulta ser una declaración de principios”. Totalmente de acuerdo.

También es fácil entender que el agua a más o menos a 100 grados centígrados se evapora, aunque el fenómeno implica procesos menos evidentes (el movimiento molecular); de la misma forma, el hecho de que una marcha sea un acto político, susceptible de estudiarse desde la praxis, no implica simpleza o unidimensionalidad: en las sociedades los eventos son multifactoriales, muchas veces condensan intenciones grupales o individuales contradictorias y opacas.

Por supuesto, podemos reconocer discursos hegemónicos en los actos y, como sugiriera el influyente Max Weber, sintentizamos los hallazgos en tipos ideales, conceptos. Es necesaria esa maniobra intelectual porque de otra forma no podríamos tomar partido respecto a los asuntos que nos atañen como actores sociales. Ahora, es fundamental no olvidar la complejidad que se encuentra en expresiones sociales como las marchas, sobre todo como científicos sociales.

Mi choro anterior viene al caso porque me parece que a Mario se le olvida ver el mundo de lo social con complejidad: “Los corruptos y los racistas, por ejemplo, cuando marchan lo hacen exponiendo nítidamente su manera peculiar de mirar al mundo. No les basta el espacio virtual de las redes sociales para vomitar pronunciamientos inferiorizadores, sino resulta impostergable airear su clasismo y presumirlo en las calles”. Muy problemática declaración del colega en Domingo 27 de noviembre. La marcha es el mensaje.

Además del medio, otro elemento fundamental en la posición política es el contexto, y en el que escribe Mario es obvio que le llama corruptos y racistas a quienes marcharon el pasado domingo 13 de noviembre en “defensa del INE”. Si tomáramos la idea sin contexto sería obvia: por supuesto que cuando los corruptos y racistas marchan manifiestan una forma de ver el mundo, también lo hace un niño pequeño cuando dice que él es Batman. Si sumamos el contexto, queda claro a quién interpela y su intención de homologar a quienes asistieron a este acto político. ¿Todos eran corruptos y racistas? ¿Al menos la mayoría?

No es obvia tal afirmación. La marcha no era de neonazis, era en “defensa del INE”, ¿cómo se convierte eso automáticamente en ser racista y corrupto o velar por ellos? Sinceramente creo que si el colega tiene una investigación que respalde el posicionamiento debería publicarla. Qué envidia le tendría si puede entrevistar a suficientes informantes, sistematizar la información obtenida y analizarla con solidez tal para aventar tremenda declaración en ¡sólo cinco días!

Compañero Mario, no soy ingenuo. Sé que había racistas y clasistas en esa marcha (y varios políticos presumiblemente corruptos), pero la afirmación es generalizadora y simplista, no se basa en evidencia; hay una alta probabilidad de que se base sólo en las palabras de Andrés Manuel, ya que ha usado esos mismo adjetivos en la mañanera, y disculpe que lo diga, esa no es evidencia. También soy consciente de que mucha gente fue a la marcha porque odia al presidente, entre ella hay personas que le detestan por motivos racistas y clasistas. De ahí a que todos, o la mayoría, sean personas racistas… híjole, nos falta una pieza argumentativa.

Respecto al símil en la imagen de Barros Sierra y el actual mandatario federal creo que sale sobrando. Bien dice Mario que no son equivalentes, las circunstancias y espacios no podrían ser más diferentes. Pero, además, Andrés Manuel no está brindando su apoyo a un movimiento autogestivo, está exhortando desde un pedestal a sus compañeros de partido y a la ciudadanía que lo sigue a expresar en las calles el respaldo a su administración (a él mismo). De manera que la imagen que nos regalará el presi el domingo 27 parecerá más la foto de un mitin político, organizado desde la presidencia, que la de un funcionario respaldando demandas incómodas para la autoridad en turno… porque, bueno, básicamente el líder de la próxima marcha es la autoridad en turno, ¿o no?

Nuevamente veo un problema de complejidad cuando mi colega habla de disputar la calle entre proyectos políticos de izquierda y derecha: Andrés Manuel y Morena no son “la izquierda”, son agentes políticos considerados de izquierda, pero “la izquierda” no está corporalizada en ellos.

Mario, estoy seguro que los comunistas y anarquistas no toman a bien a quien centraliza el poder políticos en un corporativismo gubernamental, alejado de los trabajadores, y cena con Carlos Slim; habrá una parte de la izquierda mexicana que lo acepte, pero es eso, una parte. De manera que, “la batalla” entre las marchas del 13 y la del 27 es más una riña entre los representantes de “izquierda” y “derecha” en la política partidista mexicana que la lucha dicotómica pura que pareces advertir.

Finalmente, y para no abrumar, en verdad quisiera ver el proceso de justicia social que mencionas, lo anhelo, y me haría feliz observar una transformación como la que citas. Sin embargo, lo que veo es un país con una burguesía que se enriquece en un proceso apocalíptico de depredación, que se sigue beneficiando de proyectos industriales ecocidas. Veo a una población trabajadora cada vez más empobrecida, con una inflación que sube tan alto como el jet privado del evasor fiscal zángano Ricardo Salinas Pliego. Aún no observo que las condiciones laborales sean dignas: los días de vacaciones sumados no contrarrestan la explotación generalizada y el salario mínimo es menor al costo de la renta en los grandes centros urbanos, con todo y su aumento tibio.

Muchos de los 10 millones de adultos mayores con pensión continúan en alta vulnerabilidad; los menos de 4 mil pesos bimestrales de la pensión son un alivio, pero no cubren sus necesidades básicas. Mario, ¿tú vives con esa cantidad al bimestre? No estoy en contra de la asistencia social, colega, pero por favor, ten la delicadeza de no vender un curita como el remedio a una hemorragia.

La popularidad de Andrés Manuel no lo hace congruente entre su discurso y sus resultados; compañero sociólogo, tú y yo sabemos que el carisma de un líder se basa en su capacidad para presentarse como extraordinario ante las masas, y no en la justicia que esté propiciando. Y sí Mario, el presidente será arropado con cariño por sus seguidores, pero eso no significa que el mensaje de nuestra cabecita de algodón sea tierno, ni revolucionario: es, ante todo, el rugido de un político dominante marcando su territorio, mientras es arropado por un sistema injusto hasta la médula.

*Josué Méndez Ruiz es sociólogo egresado de la FCPyS de la UNAM

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Last modified: 21 noviembre, 2022Tomado de https://lalupa.mx/