Poner en el centro del debate público una obra de infraestructura nunca ha sido sencillo. Desde las críticas a la idoneidad de las construcciones, los costos de los proyectos, el uso de materiales de baja calidad o el incumplimiento de principios de desarrollo sostenible y urbanismo, suele perderse de vista el verdadero objetivo: demostrar la eficiencia e impacto del gasto público.
En Hermosillo, Sonora, tres obras se encuentran actualmente en medio de una intensa discusión: el puente peatonal del bulevar Rodríguez, junto a la Universidad de Sonora; el puente en construcción del bulevar Colosio; y el proyecto de Viviendas para el Bienestar.
Por un lado, el puente peatonal ha recibido críticas de la comunidad estudiantil, ya que incrementa el tiempo y la distancia de los trayectos para los usuarios. Se argumenta que la obra privilegia al automovilista sobre el peatón, en contravención al artículo sexto de la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, que establece la jerarquía de la movilidad.
El caso del puente del bulevar Colosio resulta más opaco. Aunque no ha generado una fuerte oposición vecinal, diversos especialistas advierten que los pasos a desnivel y distribuidores viales, si bien reducen los tiempos de traslado en un inicio, inducen a un mayor flujo de automóviles en la misma zona, lo que termina por anular su efectividad a mediano plazo.
Respecto a las Viviendas para el Bienestar, un programa federal que busca ofrecer acceso a vivienda asequible, el conflicto surgió porque se proyectó su construcción en un sector de ingresos medios y medio-altos de la ciudad. Esto generó la resistencia de vecinos que expresaron preocupación por una posible depreciación de sus propiedades, así como por la seguridad en la zona.
El reto de fondo es cómo comunicarle al ciudadano si una obra de infraestructura específica contribuye realmente a mejorar su calidad de vida. Como lo expresó Lucrecio: “Lo que es alimento para uno, puede ser amargo veneno para otro”. Donde algunos ven largos trayectos bajo el sol, otros perciben pereza; donde unos señalan contaminación e inequidad, otros identifican progreso; y donde unos celebran la oportunidad de un hogar, otros reaccionan con prejuicios y aporofobia. Y así, nace la democracia.
Tomado de http://radiosonora.com.mx/feed
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