Xabier Armendariz (“Jula”)

Xabier Armendariz (“Jula”)

Tomado de https://vientosur.info/


Dicen que a quienes hemos pasado por las cárceles franquistas nos han quedado algunas “marcas” de por vida, y posiblemente será verdad. Pero a Xabier, “Jula” para los colegas de prisión, a pesar de sus siete años de encierro por las cárceles de Iruñea, Soria, Jaén, Segovia… no creo que le quedaron muchas…

Xabier nació en Iruñea, en una familia de ascendiente requeté y con un padre militar que apoyó el golpe de Franco. Pero en su juventud estudiantil, pudo escapar de esa ascendencia ideológica y arrimarse a las reivindicaciones nacionalistas vascas que empezaban a pulular por Iruñea. Terminó encuadrado en grupos de EGI, las juventudes del PNV, mientras conseguía plazas de maestro en Etxarri-Aranaz y también en Lesaka. Para entonces, el inspector Prieto de la BPS franquista lo tenía ya bajo sus ojitos, y de vez en cuando lo llevaba a comisaría a dejarlo bien “acariciado”…

Fue detenido a finales de los años 60, cuando formaba parte de ese grupo de EGI que por Iruñea andaba ya en claras actividades antifranquistas desde 1967-68, y que terminó en 1969 bastante escorado ya hacia posiciones radicales que les acercaban a ETA. La muerte de Artajo y Asurmendi en la primavera de 1969 al hacerles explosión el artefacto que manipulaban y las posteriores detenciones le llevaron a ser detenido por la guardia civil, donde el conocido sargento López asumió la dirección represiva dejando a un lado al hasta entonces inspector Prieto de la BPS. Con la consiguiente andanada de “caricias” en el cuartel, fue ingresado en la prisión de Iruñea, e inició su periplo carcelario hasta que salió en libertad en la primavera de 1976.

Como tanto otros prisioneros del franquismo, aprovechó mucho los años de cárcel para su formación política y social, terminando encuadrado en el grupo de militantes de ETA VI, hasta su salida. Junto a actividades de lucha carcelaria, con protestas y huelgas de hambre varias, participó también en los preparativos de los dos intentos de fuga de la cárcel de Segovia. En el de 1975 formaba parte de los 54 presos que íbamos a escapar y que fue abortado por la infiltración del “Lobo” en el grupo exterior de ETApm que participaba en los preparativos. En el de 1976 colaboró también, aunque por su menor condena y proximidad de salida que ofrecían los indultos que fueron decretándose tras la muerte del dictador, no se integró en el grupo de fugados. Como todo el mundo conoce, este intento también fue abortado en el último momento, consiguiendo fugarse solo cuatro compañeros, de los 29 que salimos y fuimos apresados por la guardia civil, que nos dejó con cuatro heridos y un muerto en aquellos montes navarros de la frontera entre el norte y el sur de Euskal Herria.

“Jula” era socarrón, también juerguista, saferminero que todos los 7 de julio se ponía el pañuelico en su celda y paseaba ufano por galerías y patios. Pero era también un hombre lúcido y ágil de reflejos intelectuales, que se integró en nuestro grupo carcelero y terminó formando parte de un sexteto que resultó ser un tanto especial y continuó siéndolo en los años de libertad: Sabin Arana, Enrique Gesalaga, Chato Galante, Gus Gómez, Xabier Armendariz y Josu Ibargutxi (quien firma estas notas).

Porque la amistad forjada en aquel grupo de Segovia creó una impronta que no se ha roto en los años de libertad que hemos tenido tras nuestra salida de las cárceles. Xabier, junto con su compañera del alma, Pilar, han participado siempre en las reuniones de primavera (semanasanta le llaman…) que durante seis días hemos ido celebrando, año tras año, por toda la geografía de la península ibérica.

Le gustaba también participar en las que cada 20N, aniversario de la desaparición del dictador, seguimos haciendo en Eibar para juntarnos muchos de los presos y presas de aquellos años, charlar mucho, comer y beber en armonía… mientras apreciamos, también, que las leyes de la naturaleza se imponen y algunos años nos dejan sin que pueda venir alguien.

Sus primeros años de libertad los dedicó a retomar la enseñanza pública en su tarea profesional y como miembro del sindicato Steilas, y siguió militando en el área de Iruñea en la organización política que devino en LKI tras la fusión de ETA VI con LCR. En los años 90 abandonó la militancia activa, pero mantuvo contactos con movimientos sociales diversos con los que colaboraba. También participó en la constitución de la Asociación Goldatu Elkartea, que en la primera década de este siglo organizó a varios centenares de vascos presos y presas del franquismo, y continua hoy en la lucha contra la impunidad franquista que pervive aún incrustado en estamentos de poder y aparatos del Estado español.

A pesar de que desde hace unos veinte años su situación física comenzó a empeorar, se ha mantenido firme en su propósito de participar en actividades sociales y, cómo no, en todas las reuniones anuales de nuestro grupo. Pero los años pasan inexorablemente y, para esas reuniones, hoy nos toca recordar aquí que desde hace un tiempo se nos han quedado ya en el camino nuestros queridos Sabin, Chato, Teresa, Pilar…y ahora Xabier.

La muerte de Pilar, hace dos años, lo sumió en un fuerte estado de dolor y soledad que lo ha ido minando vertiginosamente, al tiempo que su situación física fue decayendo con celeridad al reproducirse algunos de los factores clínicos que los médicos consideraban curados… pero se reprodujeron.

A pesar de todo, nuestro grupo, año tras año, ha venido compartiendo con Xabier, hasta este año, la reunión anual de primavera que hacemos junto con nuestras compañeras durante una semana, pero este año no ha podido participar porque ya se encontraba sin fuerzas. Decidimos, en la última semana de abril, juntarnos en la Baldorba, un valle navarro muy próximo a Burlada, donde vivía Xabier y así podíamos visitarlo. Lo hicimos, pero ya con la seguridad de que se nos iba.

Y así lo ha hecho este martes 3 de junio. Ayer lo despedimos en la Sala del cementerio de Pamplona, a donde acudió muchísima gente. Pero en cuanto su familia decida llevar sus restos a Roncal, para juntarlos con los de su muy amada Pilar, aprovecharemos para hacerles a los dos una despedida “más nuestra” … y cantar la que él siempre entonaba a gritos: “…si supieran los curas y frailes la paliza que van a llevar…”

¡ Hasta siempre, camarada!

2025.06.05

Josu Ibargutxi

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