Wendy sobrevive a un infierno… y Ninel se hunde en su propio juego

No hablamos de un chisme, sino de la cruda realidad de un país donde la inseguridad no respeta fama, dinero ni millones de seguidores.

Mis queridos lectores de Excélsior, ¡qué semanita nos regaló la televisión mexicana! Mientras unos se desgarran las vestiduras por acaparar rating y otros intentan reinventar la rueda con fórmulas ya probadas, el público dejó muy claro lo que quiere ver… ¡y lo que no!

Ayer tuve en mi programa de YouTube, Gustavo Adolfo Infante TV, una exclusiva que, sinceramente, nos deja un nudo en la garganta. Wendy Guevara, la reina de las redes y de la autenticidad, rompió el silencio sobre el asalto e intento de secuestro que vivió hace apenas un mes en la carretera a León, Guanajuato. Con voz firme, pero con el recuerdo todavía fresco, Wendy relató cómo hombres armados le cerraron el paso, la encañonaron y la bajaron de su vehículo, junto con dos amigas. “Me temblaban las piernas… pensé que no la contaba”, me dijo.

En segundos, la vida de esta mujer pudo terminar en una tragedia. Y ojo: aquí no hablamos de un chisme, sino de la cruda realidad de un país donde la inseguridad no respeta fama, dinero ni millones de seguidores. Wendy está viva de milagro… y con eso lo digo todo. Pero el infierno no terminó ahí, estos lindos sujetos empezaron a extorsionarla con imágenes íntimas de su mismo teléfono y ella cayó en la extorsión, les depositó, pero después sacaron uno de sus videos prohibidos de su cuenta de Instagram. Y es que quien accede una vez, seguirá siendo extorsionado por siempre. Afortunadamente, ya cuenta con seguridad del gobierno mexicano y levantó una denuncia en contra de estos sujetos.

• NINEL CONDE: DEL BOMBÓN… AL ENGAÑO

Ahora vamos con otra historia, pero esta vez de decepción. Ninel Conde llegó a La casa de los famosos como una de las figuras más esperadas. El público quería verla auténtica, carismática, explosiva… y lo que se encontró fue a una mujer calculadora, manipuladora compulsiva y, sí, completamente falsa. No hay nada peor que subestimar al público. Creer que la gente no se da cuenta de las jugadas, las intrigas y el doble discurso es insultar la inteligencia del televidente. Y Ninel lo está haciendo en cada transmisión. De Bombón asesino pasó a Maestra de la manipulación.

El problema es que, en este juego, el precio es alto: se gana rating, pero se pierde credibilidad. Y cuando la máscara se cae, no hay maquillaje ni cuerpazo que tape la verdad.

Por lo pronto, los espero hoy a las 8 de la noche en mi programa El minuto que cambió mi destino sin censura por Imagen Televisión con Pablito Ruiz. No saben qué historia tan estrujante.

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