Texto: Fabiola Álvarez (@soyphaps) y Ernesto Cruz Yáñez (@joernie9607)
Fotografías: David Barajas (@daviddbarajas) y Daniela Méndez (@ladanisela)
Asistencia de fotografía: Fabián Mecate )@_mecate)
Coordinación de locación: Valac (@valac_dj_)
Locación: Motolinia 33
Al ganar el reality show La Más Draga en su edición de Las Más, la chilena C-Pher se erige como la drag queen más importante de América Latina, por lo que hoy recordamos la conversación que tuvimos hace un año sobre su historia y su percepción general del Drag Queen en México para nuestro especial por la celebración del Pride en 2023.
Originaria de Chile, C-Pher se dio a conocer mediante el show de La Más Draga, con lo que se convirtió en la primera contendiente internacional del concurso.
Con una visión del drag guiada por el cosplay, C-Pher tuvo que enfrentarse al reto de buscar oportunidades en México, país que -apunta- como el epicentro del Drag en el mundo.
En casi tres años de historia en nuestras tierras, C-Pher se ha consolidado como un artista total, emblema del Drag en todo el mundo; sin embargo, también ha conocido las vicisitudes que el drag enfrenta en México.
Esta es la visión de C-Pher:
¿Cómo definirías tu Drag?
‘’Siempre he intentado que C-PHER sea una mezcla de dos mundos: el cosplay y el drag; y aunque muchas veces la gente piensa que son diferentes, en realidad tienen bastante en común. Yo empecé en el cosplay que sabemos deriva directamente de las caricaturas, las series, el anime, los cómics… Y ahora trato de llevar esas mismas influencias a mis drag, con la libertad de que ya no debo seguir los parámetros de un personaje y así puedo crear los míos. Es como jugar a los Sims y hacer tu avatar desde cero. Mi drag es muy camaleónico: no me centro ni me enfoco en un solo estilo, prefiero mutar en distintos corrientes. De lo contrario siento que me aburriría.
Me dejo influenciar por mis propias emociones y con eso darme la oportunidad de ser la princesa, la villana, el superhéroe; ser muy rosa o muy oscura, muy fashion o muy camp. Me tomo cada look como un desafío. Creo que es la mejor manera de no tener límites y más bien disfruto las posibilidades infinitas’’.
¿Recuerdas cuál fue el momento exacto en el que te diste cuenta que querías hacer drag?
Como te comento: yo vengo del cosplay. Tenía 15 años cuando empecé y ahora tengo 31; pero siempre tuve muy claro que lo que yo quería era hacer Arte y vivir la fantasía de la caracterización. En la escuela o en los eventos con mis amigos aprovechaba cada oportunidad para disfrazarme, así que después el cosplay y eventualmente el drag se dieron muy naturales en mi.
Yo vengo de una familia muy conservadora, de esas que pretenden que seas ingeniero, doctor, minero o alguna de esas cosas; pero yo me aferré a que quería hacer algo artístico y a los 18 años me fui de casa. En realidad no fue un episodio tan traumático como es para muchos porque en realidad siempre me he llevado maravilloso con ellos; sin embargo sabía que para cumplir mis sueños necesitaba independizarme.
Tenía que vivir mi vida como yo la quería y no como otros querían. Si me querían apoyar, estaba increíble; y si no, también. Me mudé a la capital de Chile y empecé a vivir del cosplay, luego apareció el drag en mi vida y bueno, aquí estamos.
A pesar de esa condición camaleónica que mencionas: ¿cuál dirías que es la característica esencial de C-PHER que prevalece entre todos esos cambios y mutaciones de tu personaje?
‘’Creo que ese rasgo de identidad que se ve en todas mis facetas sería algo técnico: el maquillaje. En ese rubro mi propuesta no es tan gráfica ni escandalosa como otro tipo de maquillajes drag. La mayoría del tiempo mi maquillaje siempre va a estar conformado por labios grandes, mucho rubor y cejas muy rectas, porque yo uso mis propias cejas’’.
En estos momentos de la escena Drag en México y con toda la exposición que han tenido durante los últimos años, ¿consideras que ha cambiado la manera que interaccionan ustedes entre sí?
‘’Creo que existen dos actitudes muy reconocibles: una sobre el escenario, en la que puedes hacer de diva y es muy entretenido como parte del show; pero que al bajarte ya no funciona porque por mucho poder que te brinde el maquillaje o la peluca o tu vestuario, la soberbia nunca es bien recibida. Yo por eso desde el principio decidí que jamás olvidaría de dónde vengo y que, en consecuencia, siempre sería muy abierta con cualquier persona que se acerque de manera respetuosa; y en este momento abundan de los dos tipos de comportamientos entre las personas que nos dedicamos a esto’’.
Sabemos que al final el drag es una actividad multidisciplinaria. ¿Qué otro tipo de artistas has visto que se acerquen a este mundo que tal vez antes no tenían presencia?
‘’Uff, es que la diversidad de personas que hacen Drag en México actualmente es enorme, ¿sabes? Están quienes son muy enfocados en el vestuario por su formación en moda, quien manipula pelucas por su pasado como estilista, quien hace zapatos, carpintería, Artes Plásticas… Y al final todo esto termina por influenciar actividades específicas del drag. Porque puede ser que tus otros campos de expertis te hagan abordar de una mejor manera el maquillaje, la armonía del color en tus looks, tus poses, tu performance dramático y hasta la manera de entender la música como parte de tu show. Por eso es tan increíble el Drag.
Y eso también eleva el nivel de todas porque nos obliga a aprender y mejorar nuestra propuesta’’.
Se habla mucho del enorme crecimiento mediático y comercial del draga en México pero, para ustedes que lo viven y son el sostén de este movimiento: ¿cuál consideras que es la realidad laboral para las personas que hacen drag aquí?
‘’Como alguien que afortunadamente ha podido trabajar mucho de esto y de diferentes maneras, puedo decir que existe una dualidad muy obvia:
Por una lado, creo que México es el epicentro del drag en el mundo. Más que Europa, Asia, América Latina y que el mismo Estados Unidos. El nivel de lo que se propone y ejecuta aquí no existe en otro lado.
Yo por ejemplo: me mudé de Chile para acá porque allá los espacios eran contados con los dedos de una mano y su exposición era básicamente nula. Al llegar aquí vi oportunidades en la vida nocturna, con marcas para hacer publicidad, en activaciones en eventos o centros comerciales… Las opciones son muchas, pues; y eso no se ve en todos lados. El problema son los sueldos, la formalidad para pagarlos, la ausencia total de seguridad social… Básicamente no está profesionalizado, al menos en lo legal y lo administrativo.
Tú puedes romperte una pierna y antes de preguntar si necesitas algo o antes de brindarte atención de algún tipo, primero te preguntarán si te puedes reponer rápido para presentarte mañana.
Piensan que la exposición o unos cuantos pesos son suficientes para vivir dignamente.
Aunque también es necesaria la autocrítica: porque así como la gente que nos emplea carece de profesionalismo, a nosotros también: de asumirlo como un trabajo que requiere tiempo y disciplina como cualquier otro, y a veces esa posición de diva que te comentaba impide que nos comportemos como debemos y eso de alguna manera incita que los centros nocturnos, las marcas y cualquiera que nos contrate le reste importancia y por ende, que se entienda como algo informal’’.
Como una drag queen que ha logrado muchas cosas y que ha tenido acceso a tantas grandes oportunidades, ¿consideras que ha cambiado tu percepción del éxito y de lo que buscas para CYPHER?
“Creo que para mi el éxito es poder hacer lo que me apasiona y vivir de eso; pero va de la mano con lo que te decía: es consecuencia de ser responsable y congruente con lo que quiero que se perciba de mi.
Por ejemplo: yo no tomo y aunque no prohibo que las dragas de mi casa lo hagan, insisto con que primero cumplan con el compromiso laboral que tenemos y después hagan lo que quieran. Una es drag queen arriba y abajo del escenario y es algo que se debe reflejar: el respeto por tu profesión, que también abarca el respeto por todos los que hacen posible que tus presentaciones se vean bien.
El éxito es que tu equipo y las otras drags te respeten porque tú también respetas lo que hacen: saludar, decir gracias, buenas noches… Todo eso eso es básico, o debería serlo al manos.
Y es algo que la gente pierde cuando su único símbolo de éxito es la popularidad, porque sientes que si alguien no tiene esa misma relevancia mediática, entonces no merece tu saludo o tus agradecimientos.
Todo es un círculo, una consecuencia: que la gente confíe en mi trabajo por lo que hago en el escenario y por mi comportamiento debajo de él es mi manera de medir que soy exitosa. Y eso a su vez permite que yo sea sólida con mis convicciones, porque así como no olvido de dónde vengo, tampoco olvido lo que soy ahora y todo lo que costó y lo que implica.
Esa seguridad es éxito pero también una responsabilidad: porque me interesa que las siguientes generaciones digan ‘hey, si ella puede, yo también’. Y que sepan que el presupuesto es importante pero no lo define todo. Que un buen drag se puede hacer con la tela más fina y la más barata también.
Cuando entiendes que tu trabajo ya no solo es para ti sino para todo el movimiento, también es otra clase de éxito y además te da paz: porque dejas de competir y dejas de mirar siempre a las otras para enfocarte en ti.
Mi tiempo es para mi drag y para las personas que amo. Tener la libertad de manejarlo así es éxito también”.
Partiendo de eso que mencionas sobre los riesgos que atrae el ego: ¿cuál es tu postura respecto al papel que ocupan las redes sociales en el drag?
“Creo que no hay manera de restarles importancia porque al final funcionan básicamente como tu portafolio, como tu contacto de trabajo y básicamente como el puente para volver público tu trabajo.
De nada sirve tener el mejor concepto, la mejor ejecución o el mayor presupuesto si se queda encerrado en las cuatro paredes de tu casa.
También creo que como canales de comunicación afectiva son muy importantes: da la posibilidad de interaccionar de manera directa con el público y si no puedes responder a todos, una historia o un Tik Tok para desear un buen día puede tener impacto a niveles que ni imaginas.
Somos inspiración y paz para mucha gente y eso no sería posible sin las redes sociales”.
Para nuestra última pregunta: hace no mucho tiempo se volvió viral el video de una niña del Estado de México que quiso una fiesta con temática de La Más Draga y su mamá y su papá se la cumplieron. Al partir de este ejemplo me pongo a pensar en lo siguiente: ¿qué tanto influye en la aceptación del público casual -ese que no consume drag de manera continua- la existencia de estos reality shows o concurso donde ustedes alcanzan mucha exposición?
“Creo que definitivamente influye para bien, nos normaliza como parte de la vida pública. Ya no nos perciben con morbo o extrañeza; al contrario: te ven así en la calle y se te acercan para decirte algo lindo sobre tu look. Y eventualmente llegan fans de sectores que ni imaginas. El otro día -por ejemplo- a la salida de un evento en un antro una señora de 70 años fue y me dijo que le daba mucho gusto conocerme porque me había visto en el programa y admira todo lo que hago; o cuando hago convivencias en hoteles y llegan niños y sus papás no se extrañan de que admiren a una drag.
También tiene qué ver con que está de moda y hoy en día no sabemos cuánto durará; pero al menos ya dejó un precedente en el que nuestra profesión será vista como cualquier otra expresión artística. Ese es el impacto cultural más grande al que podríamos aspirar y es maravilloso”.
#Expresion-Sonora.com #Sonora
Tomado de https://warp.la/
Más historias
Ana Blandiana, la poeta de la resistencia
La sensibilidad de Quincy Jones
La sensibilidad de Quincy Jones