WARP Gigs Sen Senra en el Pepsi Center: nuevos mantras

Texto de Enrique Aguilar Robledo (@kikebandini) Fotografías de Daniela Méndez Jaimes (@la.danisela) En realidad las botas no resuenan tanto sobre ningún escenario, pero cuando se trata de Sen Senra lo esencial se vuelve trascendente. Con el aura de serenidad que lo...

Texto de Enrique Aguilar Robledo (@kikebandini)

Fotografías de Daniela Méndez Jaimes (@la.danisela)

En realidad las botas no resuenan tanto sobre ningún escenario, pero cuando se trata de Sen Senra lo esencial se vuelve trascendente. Con el aura de serenidad que lo caracteriza, el natal de Pontevedra apareció en el escenario del Pepsi Center WTC con un elegante retraso de 15 minutos este viernes 3 de noviembre. Pisando fuerte, mirando al público con las manos tras la espalda, recibiendo con el pecho y las mejillas una ovación que se disuelve frente a su perfil. Sonríe. 

Desde el inicio se trató de amor, de pulir hasta la transparencia ese lenguaje que todo el mundo comparte pero nadie ha logrado dominar, amar una guitarra, a un semejante, un lugar, camelar un sonido, un efecto, una voz. 

Desde sus inicios allá por 2015 en Permanent Vacation, su primer álbum, Sen ha logrado transitar este camino con una naturalidad inusitada, por aquellos días con tendencias mucho más referenciales al Rock alternativo noventero pero ya con tintes que se volverían distintivos a la larga, largos punteos ácidos heredados de las guitarras de David Gilmore o rotas y templadas estridencias  salidas del garage distorsionado de Sonic Youth, y al final, lo que terminaría funcionando como su arma secreta al aterrizar en Sensaciones (2019): su exploración vocal. 

De pronto las voces de cientos de personas al unísono, apenas atravesadas por un sintetizador cercano al sonido de un órgano parroquial, la voz de Christian Senra, siempre por lo alto, flotando como un globo de helio rojo y una percusión bien comprimida, llenada de ear candys se logró que Da Igual Lo Que Opine La Gente, se convirtiera en una experiencia estridente y fantasiosa. Se desgarraron gargantas coreando temas como Euforia, Globo, Nada y Nadie, 86.400  y Uno De Eses Gatos  y por si fuera poco un tema inédito y la aparición de Álvaro Díaz en 1000CANCIONES fueron la cereza del pastel. 

Así, entre la nostalgia y la euforia novedosa, vociferando casi en su totalidad canciones que forman parte del último proyecto de Sen, PO2054Z Vol.1,  una exploración de lo que él mismo contempla como “sus raíces”, y se trata de una vuelta a algo más que la nostalgia, un paso más allá de retornar al territorio, algo como volver a casa y repasar el sentimiento, los rasguños al fondo del pecho, hundir el dedo en la propia llaga y sentir la textura de lo que alguna vez estuvo entre las manos y ahora flota sobre el lago calmo de la memoria.

Cruzado de vocales percusivas impregnadas por la cadencia rítmica del funky carioca, samples cargados por el misticismo melódico del portuges brasilero, sintetizadores que se derriten intervenidos por vientos o cuerdas de una calidez entrañable, glitches, adlibs y percs que se mimetizan con el flujo intimista de letras empapadas de una melancolía casi visual y rodeada de mantras. Si la espiritualidad tuviese edad, lo que emana Sen Senra es una espiritualidad jovial, ajustada como traje a una generación que entiende que, se puede llorar de alegría, que lo poco y bien vale por millones, que la excelencia no se mide por gigantescos números, que sentirse vacío es normal y que da igual lo que opine la gente. 

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