Los conocedores sabrán que Vincent van Gogh atravesó una dura situación que lo llevó, entre otras cosas, a dejar un increíble legado artístico.
Vincent van Gogh, pintor neerlandés y exponente del postimpresionismo, dejó una gran obra que ha sido objeto de análisis en incontables ocasiones. Uno de sus trabajos más reconocidos es la representación de un campo de lirios, que, sin más, conocemos precisamente con ese nombre: “Lirios”.
Este cuadro, hecho en 1889, es un ejemplo impresionante de la capacidad de Van Gogh para transmitir emociones a través del color y la pincelada enérgica, según el Museo Van Gogh. Pero lo que parece solo un campo de lirios esconde un fondo que, para los más perceptivos, podría traslucirse de alguna forma.
Lirios y algo más
Mateus Guarda, escritor de Medium, comparte la experiencia que tuvo cuando vio por primera vez “Lirios”. Dice, por ejemplo, que, al visitar el museo nombrado en honor al artista, logró reconocer el sello del mismo, ya que su personalidad se hacía patente en el uso de la luz y el color.
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“Sus lienzos cautivaron mi atención y me hipnotizaron; en última instancia, me hicieron preguntarme, ¿cómo ha conseguido Van Gogh crear pinturas tan poderosas que aún resuenan en la generación más joven?”, escribe Guarda.
Sobre todo, Guarda dijo sentirse atraído por “Lirios”, una obra que disimula en la sencillez sus profundas inspiraciones. A partir del encuentro, buscó más detalles sobre la vida del autor y encontró que ese cuadro en específico fue motivado por el jardín del manicomio de Saint Remy, recinto al que Vincent van Gogh ingresó por estar sumido en una profunda depresión.
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El hermano del pintor fue quien pidió apoyo a la institución mental, porque en muchas de las cartas que recibió de él quedaba claro que algo oscuro se estaba agudizando en el interior de Vincent van Gogh.
Vincent van Gogh: desafiando a la oscuridad con el arte
Para el artista la pintura se convirtió en la distracción de sus desafíos interiores, apunta Guarda. En ese periodo, en el mismo año en que se cortó la oreja, hizo su primer trabajo en el hospital psiquiátrico: “Lirios”. De ahí que se asociara con fuerza a la obra con el jardín del lugar.
“La pintura era el mejor remedio para su trastorno psiquiátrico, pero no podía trabajar durante los ataques y, de hecho, no se lo permitían. No hacer nada era insoportable para Vincent. Esto me habló a mí como persona joven. Estoy lleno de energía y, de alguna manera, vivo la emoción de la vida, por lo que me sentí realmente conectado con el derroche de color y el fondo del cuadro de Van Gogh” concluye Guarda.
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Tomado de https://www.ngenespanol.com/
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