En Estados Unidos, existe la Red Nacional de Prevención del Suicidio para pedir ayuda; puedes llamar al 1-888-628-9454 o al 1-800-273-8255, la línea del Servicio Nacional de Prevención del Suicidio, para hablar con alguien que te brindará apoyo gratuito y confidencial las 24 horas del día, los siete días de la semana. Los CDC también recomiendan sus propias políticas, programas y prácticas de prevención.
“Solo quiero que nunca lo olviden”, dijo entre lágrimas Sam Teusch, el padre de Sammy Teusch, un niño de 10 años que se suicidó el pasado domingo 5 de mayo tras soportar un bullying constante por parte de sus compañeros cuarto grado en la Greenfield Intermediate School, de Indiana, Estados Unidos.
Según confirmaron sus padres, Sam y Nichole Teusch, en una desgarradora entrevista con la cadena local de televisión WTHR, por lo menos en 20 oportunidades en el último año notificaron a la escuela acerca de las agresiones de las cuales su hijo venía siendo víctima.
“Empezaron burlándose de sus gafas, luego de sus dientes”, explicó el padre al medio. “Le golpearon en el autobús escolar y le rompieron las gafas”, añadió. “Tengo sus gafas rotas aquí en un pequeño altar que mis hijos hicieron”, mencionó.
“Llamé a la escuela y les pregunté: ‘¿Qué están haciendo al respecto? Sigue empeorando y empeorando. No está mejorando; de hecho, está empeorando’”, dijo Sam. A pesar de las repetidas quejas de la familia, los padres aseguran que el personal de la escuela ignoró sus solicitudes de ayuda.
Su ira y frustración son palpables al recordar cómo sostuvo a su hijo después de que se quitara la vida. “Lo sostuve en mis brazos. Hice algo que ningún padre debería tener que hacer, y cada vez que cierro los ojos, eso es todo lo que puedo ver”, lamentó Sam. “¿Cómo pudo Dios quitarme a mi hijo? Claro que ese pensamiento cruzó mi cabeza. Dios no se llevó a mi hijo; el odio lo hizo”, expresó.
“Él era mi pequeño. Era mi bebé. Era el más chico”, lamentó Nichole por su parte, quien además, denunció que el bullying hacia su hijo no se limitaba a la escuela y el autobús, sino que también se extendía a las plataformas de redes sociales como Snapchat.
Ante las denuncias de los padres, el superintendente del distrito escolar, Dr. Harold Olin, negó haber recibido informes sobre estos incidentes. Sin embargo, admitió que los administradores y el consejero escolar mantuvieron conversaciones regulares con la familia a lo largo del año, sin especificar detalles debido a las normas de confidencialidad.
Las investigaciones
Las Escuelas Públicas de Greenfield-Central están investigando la muerte de Sammy junto con el Departamento de Policía de Greenfield. En una declaración enviada a FOX 59, la escuela manifestó que “la muerte de Sammy Teusch es trágica y ha dejado a nuestra corporación escolar y a la comunidad en general en un inmenso dolor. Estamos trabajando en proporcionar apoyo emocional adicional a nuestros estudiantes y cooperamos plenamente con las autoridades en la investigación”.
El distrito también anunció que activó su equipo de respuesta a la crisis en las escuelas Greenfield Intermediate School y Greenfield Central Junior High School, donde asisten los dos hermanos de Sammy. “Nuestro personal en Greenfield-Central ha trabajado mucho con la familia Teusch durante los últimos 18 meses. El contacto entre el personal de la escuela y los padres fue frecuente. Los padres informaron que la causa de la muerte fue un suicidio, y estamos investigando sus denuncias relacionadas con el acoso”.
Charles McMichael, subdirector de la policía de Greenfield, destacó que la investigación sigue activa y que no pueden compartir muchos detalles en este momento. “Padres, ahora es el momento de hablar con sus hijos. No debe haber nada en sus vidas de lo que no estén enterados”, aconsejó. También advirtió que estar cerca de alguien que haya fallecido por suicidio es un factor de riesgo y proporcionó recursos como la Línea Nacional de Prevención del Suicidio, cuyo número es 988, para quienes necesiten apoyo.
Brent Eaton, el fiscal del condado de Hancock, comentó por su parte sobre los peligros de los cambios tecnológicos que contribuyen a este fenómeno: “El mundo es muy diferente ahora de lo que era hace veinte, treinta años. Hay mucha negatividad y no teníamos mensajes de texto hace 20 años ni redes sociales hace 15″ dijo a FOX 59.
El fiscal enfatizó la importancia de la comunicación entre estudiantes, personal y padres para evitar futuras tragedias. “Si creamos un ambiente donde los jóvenes se sientan seguros y puedan expresar sus preocupaciones, incluso si es difícil o vergonzoso, eso ayudará mucho. Queremos empezar ahí y trabajar juntos para lograrlo”, afirmó.
Tomado de https://uh-noticias.com/
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