En todas las historias de fantasmas “reales”, es decir, las que de forma anecdótica nos platican los tíos, las tías, los abuelos o entre amigos, en esas conversaciones íntimas entre los que nos tenemos confianza… Siempre se habla del miedo que provocan esas “anécdotas”. En la casa de don fulano espantan, en la bodega abandonada tal… Se aparecen. Y así nos topamos con miles de historias que las llamamos “de miedo”, Historias de miedo y siempre dichas historias terminan que todo mundo salió corriendo de miedo.
Platicaba en una ocasión con mi esposa sobre este tema, porque recordaba una situación que me tocó vivir en primera persona. Enfrenté en su momento esa situación haciendo a un lado el miedo y jamás volvió a suceder. Entonces, le decía a mi esposa: “Yo creo que esas presencias de las que cuentan las historias de miedo, les es buena o positiva, para ‘ellos’, algo que nosotros emitimos al estar en miedo”. Son más las anécdotas de miedo, que las de muerte.
Al día siguiente de haber platicado esto con mi esposa, me topo con un programa en YouTube, donde quien expone el tema dice: “¿Cree usted que está en el eslabón más alto de la cadena alimenticia?” Obviamente yo pensé “Claro”. Pero me tenían una sorpresa:
“A ver, vamos a analizarlo. En el escalón de menor jerarquía se encontraría el mineral ¿Quién o qué depreda al mineral? Obviamente las plantas, ya que, a través de sus raíces con ayuda del agua, consumen los minerales y químicos en la tierra. ¿Quién depreda a las plantas y vegetales? Los herbívoros, ¿Quién depreda al herbívoro? El carnívoro y ¿Quién depreda al herbívoro y carnívoro? El humano… ¿Existe alguien o algo que deprede al ser humano? Usted debe de estar pensando seguramente dos posibilidades, que el ser humano se depreda a sí mismo o que nada depreda al ser humano. Pero ¿No podría haber seres de otras dimensiones que vengan a esta dimensión y nos depreden? Seguramente cuando pensamos en un depredador, pensamos que come nuestra carne, tal vez no sea nuestra carne, a lo mejor lo que consume es algún tipo de energía que liberamos o emitimos en ciertos estados emocionales… Por ejemplo, el miedo.”
Cuando escuché eso, de inmediato recordé la plática que habíamos tenido mi esposa y yo… Qué casualidad tan grande pensé. En ese mismo día llegó a mis manos una información sobre que hay seres interdimensionales y que tienen aspecto de lo que los antiguos han llamado monstruos o demonios y que consumen la energía que liberamos cuando estamos en miedo, sufrimiento, estrés, incertidumbre, dolor, etc. O sea, sentimientos de baja vibración. Ya que son los que más les gusta. Vaya en términos de nuestra comida, para ellos, esa energía liberada por esos sentimientos, son los que más saborean. Ya son demasiadas coincidencias, pensé. Era como si a mi cuestionamiento respecto a lo de las historias de miedo que comenté con mi esposa, se me diera respuesta.
Pasó el tiempo, meses tal vez, y un buen amigo con el que platicaba sobre lo que en aquel tiempo sólo eran rumores de un supuesto plan para bajar la población de 8 mil millones de personas a quinientos mil personas. Me llamó consternado y me preguntó ¿Cómo es posible que quieran eliminar a tanta gente? No sé, le dije, Se quieren quedar con todo el planeta para ellos solos, le agregué. ¿Pero para qué? ¿De qué les sirve? Me dijo completamente extrañado. Luego me dijo, “estuve leyendo una información de sus planes vienen desde cientos de años en el tiempo, o sea que muchos de ellos nunca van a ver realizados esos planes, entonces ¿De qué les sirve? ¿De qué sirve quedarse con toda la riqueza del mundo si no hay forma ni tiempo para disfrutarla? Entonces me acordé de los seres interdimensionales de los que había escuchado y le dije a mi amigo: “En términos humanos, no tiene ni forma ni lógica ¿Verdad?, y ¿Qué tal si esos megarricos, monarcas, oligarcas, etc. son sólo operadores de un plan que no es para ellos? Ya habíamos platicado de esto él y yo, pero el tema de los seres de otras dimensiones o extraterrestres para él eran puras fantasías. En las informaciones, dichos seres, según esto, podían vivir por miles de años, ya sea por su tecnología o por meros atributos propios de sus especies. Entonces, volviendo a eso de los planes de cientos o miles de años, ciertamente, en términos humanos no tiene coherencia o lógica, pero en términos de seres que viven miles de años sí que aplican ¿no? Mi amigo se queda mudo por unos segundos… Y me dice de pronto: “Es que sería lo único que podría darle lógica” Dijo y volvió a guardar silencio con la mirada perdida en un punto lejano e indeterminado.
¿Será cierto? ¿Entonces por eso siempre andan inventando guerras con pretextos peregrinos y hasta inventados? No sé, pero lo que sí es que es mucha coincidencia de muchas otras coincidencias. Al mes siguiente desataron la plandemia, la medicina de la que no puedo hablar amenos de que la OMS me dé su bendición, la guerra en Ucrania que se dejó venir porque la OTAN nunca hizo caso de las peticiones de Rusia (Desde 12 años antes) de que por favor no se acercaran tanto a sus fronteras por qué no les dejarían opción, todas las variantes del bicho innombrable, las medidas anticambiáticas de lo climatológico que “casualmente” todas llevan la prohibición o pérdida de manera “legal” y emergente de derechos civiles y humanos para que no nos haga daño el clima, de lo cual, nos culpan a nosotros y los pedos de las vacas, cuando quienes realmente han llevado la contaminación a todo el planeta han sido ellos mismos con sus corporaciones, sus modas, sus tendencias, su consumismo monstruoso, etc. Cuando el cambio ese, en realidad es un cambio cíclico que se da cada cierto número de cientos de años, existan o no seres humanos… Por cierto, el carbono es benéfico para las plantas y ellas nos devuelven oxígeno, así que todos sus pretextos no se sostienen por ningún lado. Vivimos en un mundo en el que al parecer la fantasía es la realidad y lo que dicen que es lo real es pura mentira burda. 1CP
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