En plena embestida proteccionista de Estados Unidos contra el mundo, el gobierno de Donald Trump ha arremetido contra el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el proyecto estrella del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y prioridad de la Administración de Claudia Sheinbaum cuando aún no termina de despegar. Washington informó este martes que cancelará 13 rutas actuales o planificadas de aerolíneas mexicanas hacia su país por el supuesto incumplimiento de México sobre el acuerdo aéreo binacional, signado en 2015. La orden de Trump, además, cancela todos los servicios combinados —de carga y pasajeros— entre EE UU y el AIFA. Asimismo, se prohíbe la expansión de vuelos entre Estados Unidos y el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM). El veto a destinos como Nueva York, Los Ángeles y Miami afectará a las aerolíneas Aeroméxico, Volaris y VivaAerobus, pero también al AIFA, una terminal aérea en vías de crecimiento y que busca consolidarse como una opción viable frente al AICM, el congestionado aeropuerto capitalino que recibe más de 45 millones de viajeros al año.
Las recientes órdenes de Trump ponen contra las cuerdas los planes del aeródromo localizado en Zumpango, en el Estado de México, cuyas cifras de movilización al cierre de 2024 fueron de 6,3 millones de pasajeros. El gobierno de Trump justifica el veto aéreo contra su vecino del sur por el supuesto incumplimiento de México al acuerdo binacional aéreo desde 2022. Ese año, el entonces gobierno de Andrés Manuel López Obrador ordenó por motivos de seguridad la reducción de slots (franjas horarias de aterrizaje y despegue) en el AICM y obligó a las aerolíneas de carga estadounidenses a reubicar sus operaciones al entonces recién inaugurado AIFA. “México alegó que sus medidas eran temporales para permitir la construcción de infraestructura que aliviara la congestión en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, la cual, tres años después, aún no se ha concretado. México ha incumplido su promesa, ha perturbado el mercado y ha generado costos adicionales millonarios para las empresas estadounidenses”, refirió en su comunicado el Departamento de Transporte.
Trump conoce el peso de la afrenta para México: el mercado estadounidense absorbe alrededor del 70% de los turistas internacionales que viajan hacia o desde México. En particular, Viva Aerobus será la aerolínea más afectada por la decisión de Trump. La compañía planeaba arrancar en los próximos meses un puñado de rutas desde el AIFA a las ciudades de Los Ángeles, Chicago, Orlando, Austin, Dallas, Denver, Houston, Miami y Nueva York. “La decisión unilateral anunciada por el gobierno de EE UU y la poca antelación con la que emiten esta orden tendrá un impacto en miles de pasajeros norteamericanos y mexicanos en plena temporada vacacional”, reconoció la empresa este miércoles por escrito.
La cancelación de rutas supone un nuevo capítulo en una serie de desencuentros entre México y su vecino del norte. En septiembre pasado, el Gobierno de Trump ordenó el fin de la alianza entre Aeroméxico y Delta después de considerar que su convenio comercial no promovía la competencia y perjudicaba a las aerolíneas de su país. El caso se encuentra en tribunales debido a que las firmas implicadas impugnaron la decisión. Con este telón de fondo, la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA) reprochó que las decisiones adoptadas en el país han derivado en un escenario de incertidumbre laboral y económica. “ASPA exhorta al gobierno federal a actuar con responsabilidad, urgencia y visión para restablecer las condiciones de equidad previstas en el Acuerdo Bilateral de Transporte Aéreo de 2015”, zanja.
En la escalada de este conflicto, el Departamento de Transporte de EE UU cuestiona a México por la persistente incertidumbre y falta de información sobre la asignación de slots, lo que juega en perjuicio de las aerolíneas estadounidenses y genera “una situación competitiva inestable”. Washington abre la puerta a revertir el veto de vuelos si México cumple con lo estipulado en el acuerdo binacional de 2015. Sin embargo, el panorama de negociaciones no luce muy prometedor. Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum defendió este miércoles la política aeronáutica nacional y aseguró que las quejas del Departamento de Transporte no tienen fundamento: “No estamos de acuerdo con esta decisión. México no es piñata de nadie, a México se le respeta”, declaró Sheinbaum.
En vísperas de la temporada decembrina y a menos de un año del próximo mundial de fútbol, las medidas de Estados Unidos supondrán una turbulencia más en el horizonte del AIFA. La magna obra, valorada en 75.000 millones de pesos, fue inaugurada en marzo de 2022 como uno de los proyectos estrella de la Administración de López Obrador. En ese entonces, el mandatario aseguró que, en su primera fase, este aeródromo recibiría 20 millones de pasajeros. No obstante, a tres años de distancia, el despegue de la terminal aérea a su máxima capacidad sigue siendo una promesa. El AIFA movilizó en 2024 poco más de seis millones de pasajeros, mientras su vecino aeródromo, el AICM, aún concentra el tráfico aéreo con 40 millones de viajeros nacionales e internacionales al año. Una brecha que peligra en agudizarse más si se concretan las medidas restrictivas de EE UU.
Rogelio Rodríguez, experto en Derecho Aeronáutico por la Universidad Nacional Autónoma de México, indica que el impacto para el AICM es mínimo debido a su congestionamiento y que no se prevén planes de expansión ni a EE UU ni a otro país, una situación completamente distinta en el AIFA, que aún cuenta con un amplio margen de maniobra para crecer. De consolidarse en el tiempo la restricción, esta terminal aérea solo quedaría con los vuelos internacionales a Colombia, Venezuela, entre otros. “La afectación mayor es para el proyecto aeronáutico gubernamental, el AIFA. Estados Unidos está tratando de pegarle al corazón de lo que más le afecta a México, en específico al impedir el crecimiento del AIFA, en una medida que va al corazón político, no al fondo técnico-operativo”, concluye.
El especialista Fernando Gómez señala que estas rutas mexicanas se han convertido en una moneda de cambio entre los distintos frentes abiertos entre ambos países en materia de seguridad, migración y comercio. “La cancelación de estas rutas es una reconfiguración estratégica como parte de la nueva geoeconomía que plantea imponer EE UU y conlleva que las aerolíneas estadounidenses puedan cubrir estas rutas canceladas”, abunda.
En el arranque del AIFA, en 2022, las proyecciones gubernamentales alzaban el vuelo hasta 2050, año en que se preveía que la obra alcanzase su expansión máxima al movilizar más de 85 millones de pasajeros y tres millones de toneladas de carga por año. Metas ambiciosas que ahora se antojan muy lejanas, más aún ante este nuevo roce binacional, donde el vecino país del norte mantiene como eje rector el llamado America first y la protección de su industria nacional.
Tomado de https://feeds.elpais.com/





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