Por José Alfredo Gutiérrez Falcón

En la Conferencia mañanera del 26 de marzo, del 2019, Andrés Manuel López Obrador se comprometió a pedir perdón a los pueblos yaquis, en representación del Estado mexicano.

El 26 de octubre de 2019, AMLO visitó Pótam, un poblado yaqui que forma parte del municipio de Guaymas, Sonora. La gira tuvo como objetivo iniciar un diálogo directo con sus ocho gobernadores, comandantes, y con el pueblo en general. Acompañando al Presidente de la República en este acto Adelfo Regino Montes, director del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), destacó el inicio de un diálogo respetuoso, horizontal y directo, para tratar cinco temas principales: tierra, territorio, agua, medio ambiente y desarrollo. En su discurso, López Obrador expresó que no era suficiente pedir perdón, y señaló la pertinencia de iniciar un plan de justicia para los pueblos yaquis.

El 6 de agosto de 2020, el presidente de México volvió a la tierra yaqui. Dando muestra de seriedad y compromiso, AMLO se hizo acompañar de María Luisa Albores, entonces secretaria de Bienestar; Blanca Elena Jiménez, antes directora de la Comisión Nacional del Agua; Adelfo Regino Montes, director del INPI; Román Meyer Falcón, director de Desarrollo, Agrario, Territorial y Urbano, así como por el coordinador de asesores, Lázaro Cárdenas Batel. En este acto, López Obrador creó la Comisión de justicia para los pueblos yaquis, la cual está presidida por el mismo jefe del ejecutivo, y como su suplente se encuentra el licenciado Adelfo Regino. Los titulares de las secretarías antes mencionadas también forman parte de este organismo.

Todos los pueblos indígenas de México, son ejemplo de resistencia. Particularmente los yaquis son un referente muy elevado en este tema. Las atrocidades contra ellos van desde la época de La Conquista, hasta el más reciente gobierno panista. Entre los años 1870 y 1910, durante el gobierno de Porfirio Díaz, sufrieron el conflicto armado más largo y cruento en la historia de México. La intención de las autoridades, siempre fue quitarles su tierra y su agua. El trato del dictador hacia los yaquis fue tan inhumano, que deportó a una gran cantidad de ellos al estado de Yucatán, en calidad de esclavos, para obligarlos a trabajar en las haciendas henequeneras.

El 8 de diciembre de 2010, durante el sexenio de Felipe Calderón, el exgobernador de Sonora, Guillermo Padrés, dio el banderazo de inicio, al Acueducto “Independencia”, el cual ahora lleva agua desde la presa “El Novillo”, hasta la ciudad de Hermosillo. Esta obra, fue construida bajo un sinnúmero de irregularidades, y terminó por arrebatarle el agua a los yaquis. Quizá lo más grave fue la violación a un decreto presidencial de 1940, por medio del cual, el general Lázaro Cárdenas, otorgó a estos pueblos el 50% del caudal del río Yaqui.

En un hecho histórico, el pasado 23 de agosto, los pueblos yaquis aprobaron por unanimidad, la creación del Distrito de Riego 018, para irrigar 60 mil hectáreas. Por primera vez en México, un pueblo indígena administrará, y operará su agua para uso agrícola, de manera sustentable, a través de un inédito organismo comunitario. Para contar con agua de consumo humano en esta zona, el Gobierno de México está invirtiendo, 1,800 millones de pesos, en un nuevo acueducto. Por si esto fuera poco, habrá un caudal ecológico, para reabastecer el lecho del Río Yaqui.

De esta manera, Andrés Manuel López Obrador, reavivó la fe de los yaquis, evocando al Generalísimo Lázaro Cárdenas. Seguramente, estos pueblos originarios encontrarán mucho apoyo también en el nuevo gobierno de Alfonso Durazo.

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Tomado de https://regeneracion.mx/feed