El estudio de arquitectura Grimshaw y la Universidad de East London se unieron para crear un ladrillo fabricado a partir de bagazo, un subproducto de la caña de azúcar.
Conocido como Sugarcrete, este componente bioconstructivo puede funcionar como ladrillo, panel aislante o elemento de carga. Además, fue desarrollado como una alternativa ecológica y económica a los ladrillos y el concreto tradicionales.
A pesar del objetivo global de mantener el calentamiento global por debajo de 1.5 grados Celsius, se estima que la superficie construida a nivel mundial se duplicará para el año 2060. Por lo tanto, debemos desarrollar alternativas a los métodos constructivos actuales.
Armor Gutierrez Rivas, profesor titular de la UEL
Los bloques se fabrican usando tecnología de robótica y realidad aumentada. Para facilitar su uso en diversos proyectos, son extremadamente fáciles de ensamblar y desmontar.
Desafiando la idea errónea de que los materiales basados en residuos son inferiores en resistencia estructural, el Sugarcrete puede ofrecer aplicaciones estructurales autoportantes más allá del relleno.
La industria del cemento es responsable de aproximadamente el 8% de la contaminación por carbono, lo cual es considerablemente peor que la industria de la aviación. Sin embargo, el Sugarcrete solo genera entre un 15% y un 20% de la huella de carbono de los ladrillos tradicionales, y su huella de carbono es 20 veces menor que la del concreto, además de ser, según informes, de cuatro a cinco veces más ligero.
El Sugarcrete también reutiliza los desechos de la caña de azúcar.
Según la compañía, la caña de azúcar es el cultivo más producido en volumen en el mundo. Al utilizar el bagazo para desarrollar nuevos materiales de construcción y otros productos que retienen el carbono secuestrado en las fibras, las empresas productoras de caña de azúcar pueden compensar algunos de los impactos ambientales negativos del cultivo.
Esta es una de las muchas razones por las cuales el Sugarcrete también ha sido nominado para el premio Earthshot del año, que reconoce cinco categorías de proyectos excepcionales de sostenibilidad de todo el mundo.
Los próximos pasos de la investigación implicarán el desarrollo y la co-diseño de herramientas digitales vinculadas a la disponibilidad de subproductos de diversos cultivos y regiones, y criterios de rendimiento que mapeen el potencial para implementar el Sugarcrete a nivel global.
Más información: uel.ac.uk
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