Sonora cuenta con 40 áreas protegidas, pudiera pensarse que son muchas, pero la realidad es que se trata sólo del 10.6% de la superficie terrestre estatal, es decir, se cuenta con un déficit de casi un 20% para poder cumplir con la recomendación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Lo que se busca es que para el año 2030 el 30% de la superficie del planeta esté bajo un esquema de protección legal, a fin de preservarla, por lo que Sonora tendría solamente 7 años para cumplir la meta ambiental.
Juan Carlos Bravo, director de Programas de Conservación de Wildlands Network (WN), señaló que “no es descabellado proteger 30% del territorio en siete años, más bien es imperativo que el Gobierno del Estado destine recursos y alinee su estrategia con las metas expuestas por el Ejecutivo federal a nivel internacional. Sólo así se podrá empezar a garantizar el Derecho Humano a un Medio Ambiente Sano para todas las y los sonorenses”.
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Consideró que Sonora puede alcanzar la llamada meta 30×30 (30% de zonas protegidas en el 2030), ya que se cuenta con territorios interesantes, pero para lograrlo, reiteró, debe existir voluntad política, porque se cuenta con el conocimiento y la capacidad técnica.
El ambientalista explicó que se necesita que tanto el gobierno estatal como el federal muestren liderazgo y convoquen a especialistas, universidades y organizaciones ciudadanas a fin de determinar cuáles son las áreas a proteger para alcanzar la meta, así como determinar cómo se protegerían las mismas.
“Estamos en una situación donde tenemos que ponernos las pilas en 7 años y proteger el 19% restante del rstado, para ello, se tiene que hacer un estudio multidisciplinario para determinar cuáles zonas serían las prioritarias”, comentó.
Para ello, la asociación ambientalista internacional Wildlands Network presentó un reporte a las autoridades estatales y federales.
“Hay un movimiento global para proteger el 30% del planeta para 2030, al que la Presidencia de México se ha sumado en papel y en foros internacionales, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Nos preguntamos ¿cómo está contribuyendo Sonora a dicha meta? y por eso realizamos un inventario y análisis de las áreas protegidas del Estado para determinar la superficie que cada una contribuye y puede ser”, informó.
Por lo que, tanto el director de Programas de Conservación de WN, como el biólogo Carlos Castillo, trabajaron en realizar un reporte y ponerlo a disposición de las autoridades y público en general, el cual incluye un mapa interactivo donde se puede consultar cuáles son las áreas protegidas del estado en cinco categorías: federales, estatales, municipal, voluntarias y sitios Ramsar.
En total estas áreas protegen una superficie de un millón 926 mil hectáreas, aunque el reporte alerta que esta protección es sólo nominal, pues además faltan recursos para su manejo y vigilancia; dicho reporte puede ser consultado en la página wnmexico.org.
Sonora podría ser líder
Ante este panorama que se podría ver devastador y no cumplir la meta debido a que sólo faltan siete años, los ecologistas coincidieron que Sonora puede lograrlo debido al hábitat con el que se cuenta.
“Sonora ya antes mostró este tipo de liderazgo cuando en los noventas del siglo pasado se diseñó el Sistema de Áreas Naturales Protegidas del Estado de Sonora (Sanpes), que contemplaba la creación de varias reservas naturales nuevas”, agregó el biólogo Carlos Castillo, coautor del reporte.
Pero, lamentablemente, dijo, “hoy en día nos hemos quedado atrás. En esta administración federal ya se han decretado tres nuevas Áreas Naturales Protegidas y ninguna en nuestro Estado, Sinaloa ha avanzado en crear nuevas áreas estatales en años recientes, pero en Sonora la última fue decretada en 2015. No sabemos de ninguna que esté en proceso de ser establecida, a pesar de que es clara la necesidad de proteger espacios naturales de los impactos del desarrollo”.
Mientras que la primera área natural protegida del Estado data de 1936 y fue establecida por el presidente Lázaro Cardenas, se trata de la que hoy se conoce como el área de protección de flora y fauna Bavispe.
Por su parte, Juan Carlos Bravo indicó que “No es descabellado proteger 30% del territorio en siete años, más bien es imperativo que el Gobierno del Estado destine recursos y alinee su estrategia con las metas expuestas por el ejecutivo federal a nivel internacional”.
De esta manera y sólo así, agregó, podemos empezar a garantizar el Derecho Humano a un Medio Ambiente Sano para todos los sonorenses.
Aun cuando señaló que el análisis del casi 20% de áreas a proteger debe hacerse en conjunto entre gobierno, ambientalistas y especialistas, el director de Programas de Conservación de WN, enlistó algunos lugares que desde su visión podrían estar incluídos.
La cuenca alta del Río Mayo y la de Bavispe; la sierra de Huachinera, de Aconchi o de Mazatán; Mesa Tres Ríos, la playa El Himalaya y los alrededores de las zonas donde se junta el Río Bavispe y Yaqui.
En sí, agregó, Sonora cuenta con territorios interesantes, pero recalcó que se tiene que hacer un estudio multidisciplinario para determinar cuáles zonas deben ser protegidas.
Beneficios del 30×30 en Sonora
Para la organización ambientalista Wildlands Network México el que existan áreas naturales protegidas es una oportunidad de un desarrollo más ordenado de las comunidades y sin que existan conflictos como los que trae la minería o algún otro tipo de desarrollo.
De manera contraria, se podría atraer turismo, mejorar las condiciones de cosecha del agua y climáticas locales, así como aumentar las oportunidades de empleo regionales; siempre y cuando exista la voluntad política, consideró Juan Carlos Bravo.
“Hay la necesidad de hacerlo, estamos viendo una crisis a nivel global que parece que muchos gobiernos quieren ignorar; tenemos crisis de especies en peligro de extinción, crisis climática y nos están impactando”, mencionó.
Si se destinaran los recursos adecuados y suficientes para su manejo, describió, se podrían generar las oportunidades de desarrollo rural que reinvierta la tendencia de migración hacía los sitios urbanos, además de reactivar el turismo rural y de aventura, así como el ecoturismo.
Asimismo, agregó, se podría detonar las economías sustentables en regiones que han sido tradicionalmente olvidadas, al igual que proteger las especies en peligro de extinción del Estado y fomentar una cultura de biorrespeto.
Los beneficios son muchos que ayudarían a mitigar los impactos del cambio climático , dijo, pero además se daría oportunidad a la gente para que tenga esparcimiento y contacto con la naturaleza que es tan necesario para el bienestar psicológico.
“Todas estas cuestiones se podrían estar logrando si hubiera una visión de desarrollo a partir de las áreas naturales protegidas que han demostrado ser unas muy buena inversión. Sin duda, cuando hay voluntad política realmente de proteger la naturaleza el camino es claro. Por lo que tenemos que establecer estas áreas naturales protegidas y estamos para apoyar a los gobiernos que decidan a tomar este camino.
“Sonora podría liderar a México en la protección de sus ecosistemas, dada la riqueza y diversidad de vida en el que es el segundo Estado más grande de la República”, concluyó.
¿Cuál es el 10.6% que está protegido?
8 áreas naturales protegidas federales
14 sitios Ramsar
10 áreas destinadas voluntariamente a la conservación
7 áreas naturales protegidas estatales
1 área natural protegida municipal
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