Sin fecha de caducidad

Sin fecha de caducidad

“Ese es el fin del arte: hacernos reflexionar y, con suerte, tener una pequeña revelación, un satori, una epifanía. Quizá lleguemos a esa suerte pero todo es más fácil: el más pequeño cambio en la percepción mueve montañas”....Tomado de https://morfemacero.com/

El laberinto del mundo

José Antonio Lugo

Al ver la obra de teatro Sin fecha de caducidad (dramaturgia y creación: Edurne Goded, con las actrices Regina Flores Ribot, Mónica del Carmen y Tae Solana Shimada), pienso, como varón, con cuántas carencias emocionales hemos sido educados los hombres con respecto a la mujer, a las mujeres. Creo, sin embargo, que tengo menos actitudes machistas que mi padre y espero que mi hijo tenga menos que yo.

            La obra, sin embargo, no habla de los hombres, sino de tres mujeres que, en edades diferentes, contemplan la vida, se contemplan, con el fin de comprenderse, perdonarse -si hace falta- y asumirse en su integridad, sus decisiones y su placer.

  1. La tradición

Pienso en las diosas griegas, que personifican las distintas facetas de lo femenino: Artemisa, Palas Atenea, Afrodita, Ceres, Hera y un larguísimo etcétera.

Pienso en Safo, que se atrevió a escribir: “Siento deseo y busco con ardor”.

Pienso en Murasaki Shikibu, la autora de Genghi Monogatari, que en el año 1000 escribió la novela total, que incluye todo lo humano, 600 años antes de que Shakespeare hiciera algo similar.

Pienso en Madame de Lafayette, que en su novela pionera La princesa de Clèves, le confiesa a su marido que ama con pasión a otro hombre -el duque de Nemours-.

Pienso en Virginia Woolf, que escribió Una habitación propia, para exigir el derecho de una mujer a tener su propio mundo.

Pienso en Simone de Beauvoir, que en El segundo sexo nos describe la historia del machismo.

Pienso en Marguerite Yourcenar, que decía “Sea uno el que sea, muere sobre un planeta”. Sí, todos somos seres humanos, pero las mujeres de su obra literaria: Plotina en Memorias de Adriano, la dama de Frösso en Opus Nigrum o la señora d’Ailly en Un hombre oscuro, palidecen ante lo masculino.

Pienso en Chimamanda Ngozi Adichie, la escritora nigeriana que dice: “en Nigeria no soy negra; fue al llegar a Estados Unidos que me hicieron sentir que era negra”.

Pienso en Annie Hernaux, que hace unos años ganó el Premio Nobel de Literatura y nos ha regalado novelas afiladas como un bisturí, mostrando cómo las mujeres están obligadas -o se obligan a sí mismas- a cumplir lo que los demás esperan de ellas.

Pienso en Olga Tokarzuk, que señala que a este mundo le hace falta un poco de ternura.

Pienso en las tres grandes de la literatura latinoamericana: Inés Arredondo, Elena Garro y Clarice Lispector, luminosas, lúcidas, precisas.

Pienso en mi madre, a quien debo, quizás, ser un poco menos torpe ante lo femenino.

Pienso en todas las mujeres geniales que le dieron brillo a sus parejas, que usaron sus ideas como si fueran suyas.

  1. La obra de teatro

Sin fecha de caducidad es un diálogo entre tres mujeres, que habla de la menopausia y del acercamiento a la vejez y a la muerte. Un diálogo de “netas”, de verdades sin maquillaje, pero, también, de reflexiones sin autocompasión, sin victimizarse, aceptando, a la vez, que el erotismo nunca se apaga ni las ganas de vivir.

            Al final de la representación (Teatro Xavier Villaurrutia, Centro Cultural del Bosque, del INBAL) se abrió un diálogo. Varias mujeres en el público agradecieron que Tae, Mónica y Regina le dieran voz a lo que sentían o se habían preguntado.

            Ese es el fin del arte: hacernos reflexionar y, con suerte, tener una pequeña revelación, un satori, una epifanía. Quizá lleguemos a esa suerte pero todo es más fácil: el más pequeño cambio en la percepción mueve montañas. Todavía algunos privilegiados podrán ver la obra en las funciones que restan; los demás, acerquémonos más a lo femenino como una forma de crecimiento personal -seamos hombres o mujeres- y como una defensa ante el machismo egocéntrico e irracional que está arrasando al planeta.

Tomado de https://morfemacero.com/