septiembre 13, 2025
Se aviva la disputa por el poder en Morena

Se aviva la disputa por el poder en Morena

Tomado de https://contralinea.com.mx/feed/

Ante la debilidad de los liderazgos en Morena y los problemas que enfrentan algunos de sus representantes en el Congreso –en especial, el senador Adán Augusto López–, se ha avivado la disputa por el poder en ese partido; ello, sumado a la actual discusión de la reforma electoral impulsada por la Presidencia, que trastoca intereses de grupos acostumbrados a repartir plurinominales, dejan claro el dilema de los morenistas: apartarse de los principios del partido, fracturarse y resquebrajar al movimiento, o profundizar la cuarta transformación y empezar a acompañar a la presidenta Claudia Sheinbaum. Hasta ahora, Morena –el partido político que más dinero público maneja y más arrastre social tiene– está ausente de dos coyunturas fundamentales: la presión del gobierno de Estados Unidos para intervenir en México, y el proceso de renovación del Poder Judicial. De no estar a la altura del momento histórico que vive el país, los cuatro liderazgos más visibles –Luisa María Alcalde, Andrés Manuel López Beltrán, Adán Augusto y Ricardo Monreal– deberían renunciar o ser sustituidos

La iniciativa de reforma electoral que impulsa la Presidencia de la República abrió un nuevo frente al interior del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena): dos liderazgos de la izquierda política en el Congreso –Ricardo Monreal Ávila y Gerardo Fernández Noroña– advirtieron que podría haber divisiones y no llegar a un consenso, sobre todo por el tema de los plurinominales. Por ello, se prevé que esa discusión sea una de las pruebas de fuego para la institución política que más dinero público maneja y más arrastre social tiene.

El dilema de los morenistas no es complejo, en realidad es muy simple: o profundizan la revolución pacífica que comenzó el presidente Andrés Manuel López Obrador y empiezan a acompañar a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en su lucha por consolidar la cuarta transformación, o se apartan de los principios básicos del partido –no mentir, no robar y no traicionar al pueblo– y, con ello, resquebrajan el movimiento de transformación nacional.

Y es que, hasta ahora, Morena está ausente en dos coyunturas fundamentales para el pueblo de México: enfrentar la presión del gobierno de Estados Unidos para intervenir en el país, y el proceso de renovación del Poder Judicial de la Federación. En ambas luchas, el partido ha dejado sola a la presidenta Sheinbaum.

Fricciones internas

Aunque las fricciones entre integrantes de Morena no son nuevas, sí denotan un escenario diferente en el que se aviva la disputa por el poder. Ello, como respuesta a la debilidad de los liderazgos, en particular de la presidenta nacional, Luisa María Alcalde Luján –quien no ha podido consolidarse como la titular de la institución política, con una voz propia y con acciones contundentes–, y del secretario Andrés Manuel López Beltrán, quien ha manifestado su poca madurez política incluso al pedir que no se le llame Andy, o al dar respuesta a los cuestionamientos por su viaje a Japón.

Las pugnas internas arrecian por problemas que enfrentan otros liderazgos. Por ejemplo, el caso de Adán Augusto López Hernández, líder de la bancada de Morena en el Senado, quien enfrenta el escarnio público por su relación con Hernán Bermúdez Requena –exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco cuando el senador gobernaba la entidad, y quien está acusado de encabezar el grupo criminal La Barredora–, y que en vez salir a explicar prefirió el silencio por días. Por este hecho, desde el anonimato algunos de sus propios correligionarios impulsan la campaña para que renuncie.

Los vacíos de poder también han sido provocados por escándalos mediáticos relacionados con viajes al extranjero –el caso de Monreal, por ejemplo–, derroches en lo privado –como las denuncias mediáticas contra el diputado Sergio Gutiérrez Luna– y en lo público –como los presuntos actos anticipados de campaña de la senadora Andrea Chávez­–.

FOTO: MARIO JASSO/CUARTOSCURO.COM

Reforma electoral, ¿factor de división?

El 3 de agosto pasado, el diputado Ricardo Monreal indicó en un videomensaje que, con la discusión que se tendrá por la iniciativa de reforma electoral, se desatan los tiempos políticos no sólo para la renovación de la Cámara de Diputados, sino de los gobiernos de 17 entidades y presidencias municipales. Por ello, dijo, “será una etapa muy importante de disputa interna insalvable, en la que, por la fuerza de Morena, por la representatividad mayoritaria, será el partido que sufra más dificultades para mantener la unidad. Ya desde ahora se presentan en la lucha anticipada por lograr ser candidatos o candidatas a gobernadores o gobernadoras, o a la reelección de diputados federales, o a la elección de presidentes municipales, regidores, síndicos y concejales. Va a ser una etapa muy importante en la que Morena necesita cohesión, unidad. En distintas etapas de la historia nacional el país se ha visto dividido y ha perdido importantes batallas, entre otras, la mitad del territorio nacional, por la división interna”.

Agregó que para las organizaciones políticas mayoritarias es siempre muy riesgoso tener facciones moderadas o exaltadas. “Morena no puede caer en esa lucha y en esa narrativa interna de descalificación y de diatriba interna. Sería suicida que a eso acudiera. Ahora se requiere mucha madurez política, mucha disciplina y organización para respaldar el trabajo de la presidenta Sheinbaum y la población siga confiando en nuestro movimiento”.

La declaración de Monreal ya anticipaba que no a todas las y los morenistas les gustaría acompañar una reforma electoral profunda: lo que está en juego es el poder fáctico de repartir curules, pues la integración de las listas de los representantes plurinominales ha dado paso a: cotos de poder, actos corruptos, acuerdos en lo oscurito y beneficios de impunidad a quienes evaden la acción de la justicia.

El esquema de la representación plurinominal debe cambiar, “porque las listas de plurinominales es algo que se ha prestado para muchas cosas. Entonces, me parece que tiene que discutirse de fondo una representación distinta y una reforma electoral profunda”, señaló la presidenta Claudia Sheinbaum, en su conferencia matutina del viernes 8 de agosto.

Otro que se pronunció al respecto fue el presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, quien advirtió sobre un “golpeteo interno” dentro del movimiento de la cuarta transformación. Sin embargo, difirió del diputado Monreal, al considerar como “desproporcionado” el planteamiento de que las diferencias internas son insalvables.

“Me parece desproporcionado que plantee que son insalvables. Yo creo que hay un problema. Si la ofensiva fuese sólo de la derecha, se entiende, pero a mí me parece que sí hay un golpeteo interno. Y me parece que es muy irresponsable ese golpeteo interno. No creo que sea insalvable”.

La reforma electoral es un anhelo social desde años, para evitar los fraudes electorales y la imposición de gobernantes despóticos –como ocurrió con Felipe Calderón, Ernesto Zedillo o Carlos Salinas de Gortari–, y para economizar en las elecciones. El Plan A y el Plan B del presidente López Obrador versaron sobre la reforma electoral de gran calado, por lo que se entiende que forma parte del Plan C y de la llegada de Sheinbaum Pardo a la Presidencia de la República.

FOTO: CUARTOSCURO.COM

Morena, el partido que no ha crecido

Movimiento Regeneración Nacional surgió como un partido de oposición de masas y después pasó a ser un partido en el gobierno, explicó el doctor en ciencia política y en estudios latinoamericanos Pablo Carlos Rojas Gómez. Esa transición, indicó, es fundamental porque reestructura todo el partido: entre 2018, 2020 y 2021 ocurrió una crisis de reconfiguración. “La paradoja: todos pensarían que cuando un partido llega al gobierno, crece, se fortalece y todo eso. Aquí pasó todo lo contrario, luego, luego, llegando al gobierno, el partido entró en crisis”.

Durante su participación en el programa América insumisa del 6 de agosto, el doctor Rojas Gómez detalló que en esos años el pleito lo encabezó Yeidckol Polevnsky, quien intentó dirigir el partido como dirigía la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación: sin consensos, sin proyecto político y sin nuevos parámetros frente al gobierno.

“Al mismo tiempo, tienen un vaciamiento de cuadros y no entienden la autonomía política que deben de construir, es decir, lo que diría Antonio Gramsci: pasar a construir un intelectual colectivo que reforme moral e intelectualmente a la sociedad. Ellos no entienden ese papel y entonces piensan que un partido es simplemente ganar elecciones y punto. López Obrador dio un manotazo, porque empiezan a haber conflictos. La misma Yeidckol revienta el proceso de sucesión interna, no quería que ganara nadie más que ella, y López Obrador tiene que dar un manotazo y él decide, impulsa que la próxima dirigencia llegue por una encuesta. Ojo, una encuesta que no estaba dentro de sus propios estatutos, los estatutos marcaban que tenían que ser por asambleas, pero como los grupos políticos hegemónicos reventaron esas asambleas, entonces se impone la encuesta”.

El investigador del PUEDJS y colaborador de Contralínea recordó que tras la encuesta, quien llegó fue Mario Delgado Carrillo, hoy secretario de Educación Pública, a quien describió como “sumamente pragmático, sin muchos principios, y lo primero que le importa, es simplemente convertir a Morena en una máquina electoral, ganar y ganar cargos”.

Rojas Gómez agregó que, desde entonces a la fecha, lo que ha pasado con Morena es que se ha convertido en un partido subordinado al gobierno, sin autonomía política, y con una única función: ganar elecciones. “Como resultado, lo que vemos es que Morena está concentrada simplemente en esa tarea, pero que no tiene un papel preponderante, por ejemplo, en el debate acerca de reforma judicial o el debate con [Donald] Trump, es un partido completamente ausente de la escena política”.

El politólogo advirtió que Movimiento Regeneración Nacional “no tiene papel en las grandes problemáticas y en los grandes debates nacionales porque, por un lado, no tiene autonomía política, y por el otro, ha perdido autoridad moral entre sus propias bases y militancias y, finalmente porque ha adquirido un pragmatismo que lo lleva a despojarse de estos principios”.

Asimismo, expuso que esta crisis se prolongará si no cambian, pues el debate con quienes han caído en el derroche –como los viajantes al extranjero: López Betrán, Monreal, Delgado, Layda Sansores– no es que vayan a Europa o tomen vacaciones, sino que lo hacen con dispendio. “Aunque viajen con sus propios recursos, están en el marco de contarlo con las propias desigualdades estructurales en las que estamos. El debate no son las vacaciones por sí mismas”.

En ese marco de análisis, el doctor Rojas Gómez agregó que a ello se suma la poca autoridad moral de los propios líderes morenista, con excepción de la presidenta Sheinbaum, a quien han ido dejando sola en las grandes batallas.

“López Obrador tenía una legitimidad enorme, eso lo hacía una persona muy poderosa dentro de Morena, pero una vez que él sale de escena parece que hay un gran hueco de poder. Y obviamente todo el mundo sabe que cuando quedan los huecos, todos los huecos son ocupados por otros poderes. Entonces, digamos, son las luchas de facciones por tratar de darle una conducción y cada quien jalar agua para su molino. Esto es un elemento a considerar, a reflexionar porque mucho del proyecto político de Morena descansó, se recargó exclusivamente en López Obrador; y, ahora, sin López Obrador el proyecto empieza a difuminarse. Quizá ahora recae en Claudia Sheinbaum, pero esos liderazgos empiezan a tener una confrontación, piden una unidad, pero unidad a ciegas, no unidad en torno a un proyecto político que empieza a plantear ahora cuáles son los nuevos retos, porque ya logramos la reforma judicial, ya se lograron los programas sociales, ya se lograron varias cosas, ahora, ¿qué implica a largo plazo el nuevo horizonte que pueda ir más allá de un segundo piso?”

FOTO: CUARTOSCURO.COM

En el mismo programa de América insumisa, la doctora en estudios latinoamericanos Marcela Román consideró que Morena no está en una crisis, sino que hay elementos de pre-crisis. Acerca del pragmatismo, explicó que éste ha surgido por la carrera electoral, pues hay periodos electorales definidos. “Hoy ya sabemos que en 2030 hay elecciones, nos guste o no nos guste, democráticamente o no, eso va a pasar. ¿Qué tiene que haber ante eso? Un plan para ganar, porque un partido político quiere ganar poder, eso sí me parece que es elemental, para eso está”.

La académica de la Universidad Rosario Castellanos y colaboradora de Contralínea explicó que entre los elementos de la pre-crisis está la no resolución de problemas relevantes. Recordó que actualmente Morena gobierna en la mayoría de las entidades federativas y municipios, lo que le ha dado un poder impresionante. “Ahora, ¿qué hacen los partidos en ese ejercicio del poder que hoy sí tienen? Es la pregunta. ¿Por qué teniendo las gubernaturas no pueden controlar muchos de los efectos negativos sociales del capitalismo? Es lo que tenemos que ver hoy, que por eso también mucha gente se decepciona”.

Agregó que el país ha cambiado para mejor en los casi siete años de la cuarta transformación, y que de una generación desesperanzada con el neoliberalismo, se pasó a generaciones con esperanza: “Morena es un respiro importante anti privatizador. Ahora, ¿hasta dónde esta estructura que ya tiene, se sigue planteando como antineoliberal, anticapitalista y con un proyecto alternativo?, es la pregunta. Si nosotros vamos a tener próximos candidatos que respondan a los intereses de la élite que dentro del partido tiene el poder, o vamos a voltear el esquema jerárquico y vamos a poner arriba al pueblo en su interés de que sean representantes con una ética de liderazgo. Este tema del liderazgo en los partidos también es un problema de América Latina: las izquierdas enfrentan una permanente tensión ocasionada desde el exterior”.

La doctora Román explicó que en México se decidió que ese proyecto liderado por López Obrador fuera seguido por Claudia Sheinbaum. Y que “la aspiración futura de 2030 tendría que ser mejorar aún más el liderazgo, siendo capaz de ser un movimiento popular aún más radical, pero es hasta geográfico, parece que esa lucha va hacia arriba, pero en realidad va hacia abajo. O sea, radicalizar es hacia abajo”.

Al respecto, el doctor Rojas Gómez consideró que en este momento lo que Morena se está jugando la capacidad de representación de la esperanza, porque el partido fue elegido por las clases populares porque era algo diferente, no porque fuera lo mismo que el PRIAN.

“Tal vez a nivel federal es distinto, pero a niveles estatales, vas a cada uno de los estados y dicen: ‘a ver, me están poniendo priístas, panistas reciclados a dirigir y me están viniendo a vender un discurso de puros eslóganes donde repiten como loros lo que ya dijeron otros anteriormente’. No hay ni ideas nuevas, ni proyecciones nuevas, ni capacidades transformadoras nuevas, simplemente están reciclando lo mismo que había antes. Una cosa es la intención de ganar el poder, pero ya que pasamos esa etapa, me parece que ya pasamos también el momento de qué tanto hacemos un equilibrio entre el pragmatismo y los principios”.

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