San Francisco del Rincón, Guanajuato, origen de textiles y calzado ‘pirata’

En el mercado negro de productos falsificados, México es país de origen, tránsito y destino, advierte el economista Manuel Vélez Salas. Como ejemplo, cita el caso de San Francisco del Rincón, Guanajuato, donde se producen artículos textiles y calzado pirata

Actualmente, México se ha posicionado como un país de origen, tránsito y destino de la piratería, señala el especialista Manuel Vélez Salas. El contexto permite la diversidad de actores, las altas ganancias y el poco o nulo riesgo en materia del delito.

El licenciado en economía por el Tec de Monterrey y experto en el estudio de este flagelo, explica que hay productores que se especializan en artículos textiles y calzado pirata, sobre todo en Guanajuato, en la zona de San Francisco del Rincón, Moroleón.

Además, el país concentra el consumo de la piratería en grandes cantidades y ha sido utilizado como plataforma de exportación de productos falsificados con destino a Centroamérica y Sudamérica. Ello, en el caso particular de películas, videogramas y fonogramas.

El economista explica a Contralínea que las redes criminales que operan este tráfico rara vez adquieren relevancia pública similar a la de otros grupos criminales, como el Cártel de Sinaloa y Cártel Jalisco Nueva Generación. Otro factor que los invisibiliza es la poca o nula acción de las autoridades para frenar el ilícito.

FOTO: MOISÉS PABLO/CUARTOSCURO.COM

Vélez Salas señala que la cara visible de la piratería corresponde a los puestos ambulantes –los puestos en Eje Central, en la Ciudad de México, o en el mercado San Juan de Dios, en Jalisco–, sin embargo, agrega, cuando se investiga a fondo a quiénes se están beneficiando realmente de la piratería, “se encuentra con grandes obstáculos que impiden avanzar. Es complicado llegar a las personas que realmente están lucrando y que reciben el mayor porcentaje de las ganancias en la piratería”.

Lo anterior, porque se trata de grandes redes que buscan el anonimato a fin de no ver afectados sus intereses. Al ejemplificar, el experto expone que en los mercados de Guadalajara hay personas de nacionalidad asiática que visitan por única vez México y son ellos quienes mantienen un control en  los inventarios de piratería.

Añade que hay grupos políticos en la Ciudad de México que se benefician del ambulantaje en la zona centro a través del pago de cuotas a cambio de tener un lugar en los mercados.

Respecto de los medicamentos falsificados, Vélez Salas indica que hay testimonios que dan cuenta de que ciertas redes tienen a una sola persona en Estados Unidos “que va por los medicamentos, los cajuelea a la frontera Norte y posteriormente los distribuye en clínicas privadas con doctores y practicantes”.

Por ello, señala que “esto demuestra la diversidad de actores involucrados en la piratería y su habilidad para pasar desapercibidos generando altas ganancias con un delito de muy poco o nulo riesgo”.

FOTO: GALO CAÑAS/CUARTOSCURO.COM

México, país de destino

El país también es destino de productos pirata, advierte el economista. En este tema, apunta la debilidad del sistema aduanero, pues las autoridades no tienen facultades para combatir estos delitos de tráfico de mercancías falsificadas. “Cuando encuentran un cargamento de importación con tintes de piratería,  tienen que avisar a las autoridades competentes y el asunto se sale de sus manos”.

Asimismo, indica que la complicidad entre autoridades se presenta cuando en los municipios, alcaldías y ayuntamientos se permiten transacciones por rentas o beneficios políticos.

El hecho de que en plazas, tiendas formales y centros comerciales se vendan productos falsificados y de contrabando deja ver que “las autoridades no están haciendo lo suficiente para retirar esos productos ilegales del mercado”, señala el experto.

Apunta que los productos ilegales y falsificados como plaguicidas, alimentos, aparatos electrónicos y de uso común ponen en riesgo la salud del consumidor. Asimismo, manifiesta que actualmente el titular de derechos tiene dos vías para hacer frente a la piratería: la vía administrativa y la vía penal; pero, para el consumidor hay pocas opciones legales para enfrentar la piratería.

Por ello, recomienda que al comprar cualquier producto se tenga la certeza de su legalidad, y que un método para ello es desconfiar de todos aquellos precios poco razonables, así como observar e investigar la reputación del artículo antes de adquirirlo, a partir de fotografías y un análisis de sus características físicas. “Como consumidores hay que tomar en serio el problema de la piratería”.

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