Este viernes 17 de noviembre de 2023, la Duma de la Federación Rusa debatirá en tercera lectura el proyecto de presupuesto estatal para 2024. Se prevé que los gastos asciendan a 36,6 billones de rublos y los ingresos a 35 billones. El Gobierno ruso pretende cubrir el déficit de 1,6 billones de rublos (0,9% del PIB) con préstamos y recursos del Fondo Nacional de Bienestar. Para ello se recurrirá a los ingresos del petróleo y el gas.
Según los observadores, el presupuesto para 2024 tendrá un enfoque militar. Alrededor del 30% de los gastos, 10,8 billones de rublos (6% del PIB), se destinarán al ejército. Otros 3,4 billones de rublos se destinarán a la seguridad nacional y a las fuerzas del orden. Las asignaciones para prestaciones sociales aumentarán, de 6,5 billones de rublos en 2023 a 7,7 billones (21% del gasto) en 2024.
Bajará el gasto social, subirá el militar
El ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, declaró en una reunión del comité correspondiente de la Duma Estatal que la «victoria» y el «frente» eran los objetivos del proyecto de presupuesto presentado.
En cifras absolutas, el gasto en el sector social aumenta en 1,4 billones de rublos si se suman varias partidas: educación, sanidad, política social y deporte. Sin embargo, la proporción de este gasto en el presupuesto global caerá del 31,7% este año al 29,9% el próximo.
El aumento del gasto militar en el presupuesto no es ninguna sorpresa dada la guerra en curso contra Ucrania, pero el hecho de que aumente un 68% en 2024 en comparación con 2023 es inesperado para la mayoría de los expertos económicos. Así lo subraya Andrei Yakovlev, uno de los fundadores de la Escuela de Economía de Moscú, que ahora es investigador en el Centro Davis de Estudios Rusos y Euroasiáticos de la Universidad de Harvard.
Probable devaluación del rublo
Según el experto, es muy probable que sea necesaria una devaluación del rublo para cumplir el presupuesto. Esto podría entrañar graves riesgos macroeconómicos en relación con una elevada inflación ya en 2025. La situación recuerda a Yakovlev los años 90, cuando el Estado recurrió a la imprenta para pagar los salarios, pero esto provocó una espiral inflacionaria clásica. «El Kremlin nos asusta con los terribles años 90, pero ahora él mismo está llevando la economía tan lejos», subraya a DW.
Además, es de esperar que las autoridades rusas intenten sustituir con fuentes internas los ingresos que faltan de las exportaciones de petróleo y gas, que están disminuyendo debido a las sanciones y otras razones. «Las autoridades hablan abiertamente de recaudaciones fiscales adicionales. Esto se aplica tanto a las empresas como a la población», dice Yakovlev.
También señala que se prevén recortes presupuestarios en los ámbitos de la sanidad, la educación y la economía nacional. «Lo más probable es que se reduzcan los proyectos de construcción de nuevas carreteras y el desarrollo de programas hipotecarios», afirma.
Rusia ¿una economía de guerra?
El proyecto de presupuesto estatal para 2024 puede calificarse sin duda de «militar», afirma Natalya Zubarevich, de la Universidad Estatal de Moscú, en una entrevista con DW. Sin embargo, según la profesora, experta en el desarrollo socioeconómico de las regiones, sólo se puede hablar de una «economía de guerra» si se produjera una nacionalización masiva y la alineación de todos los sectores con los contratos estatales de defensa. Sin embargo, este no es el caso actualmente.
Según Zubarevich, este año la población superará el descenso de ingresos del año pasado. A ello contribuiría el fuerte aumento de las prestaciones mensuales del Estado para las familias pobres con hijos menores de 17 años, así como la indexación de las pensiones y la subida de los salarios en el sector de la defensa. «Cientos de miles de soldados contratados y personal movilizado reciben prestaciones muy elevadas para los estándares rusos. En general, los ingresos de la población aumentan, pero no para todos», afirma el experto.
Según Zubarevich, un grave problema en Rusia es la creciente escasez de mano de obra, debida en parte al esfuerzo bélico. «Casi un millón de hombres han desaparecido de la economía real, algunos han huido, otros están luchando. Los demógrafos calculan que entre 400.000 y 600.000 de los miembros mejor formados de la clase media han abandonado el país. Sólo unos pocos han regresado después. Rusia está perdiendo «capital humano», que es lo que más impulsa el desarrollo», explica Zubarevich.
(jov/ms)
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