Rosario Castellanos, la poeta que nunca estuvo «con los ganadores en la vida»

Rosario Castellanos, la poeta que nunca estuvo «con los ganadores en la vida»

Tomado de https://piedepagina.mx/

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En el centenario de Rosario Castellanos, escritoras como Elena Poniatowska recordaron a la literata no solo como un pilar en el pensamiento político, feminista e indigenista mexicano, sino también como un ejemplo de compromiso social, sencillez y humildad

Texto: Camilo Ocampo y Laura Buconi

Foto: Graciela López / Cuartoscuro

CIUDAD DE MÉXICO. – Este 25 de mayo se cumplieron 100 años desde el nacimiento de Rosario Castellanos, filósofa, periodista y poeta que influyó enormemente en el pensamiento feminista y progresista en México.

Poeta, artista, literata, filósofa, periodista, embajadora de México en Israel: Rosario Castellanos fue mucho más que “la poeta que sufrió por amor”, como la recuerdan algunos.

Su pensamiento, sus escritos y su incesante labor política y social hacen de la pensadora un pilar indiscutible en cuanto al pensamiento feminista y a la lucha por los derechos de los pueblos indigenas en México.

En el 76.º aniversario de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, el pasado 28 de mayo en el Centro Cultural Bella Época, en Ciudad de México, se decidió celebrar los 100 años del natalicio de la escritora, recordada como Rosario Castellanos: el eterno femenino.

Una visión indigenista

Rosario Castellanos transcurrió gran parte de su infancia y adolescencia en Comitán, Chiapas, como recuerda la académica Silvia Ruiz Otero: 

“En esas tierras mágica contó con la compañía cotidiana de una nana indígena que la introdujo en una cosmovisión muy distinta a la de sus padres: blancos, acomodados y decentes”.

Estas influencias la llevaron a volver a Chiapas por estancias largas una vez concluidos sus estudios en la Ciudad de México. Su primer libro, Balún Canán, junto con Ciudad Real y Oficio de tinieblas, representan una trilogía indigenista sumamente importante en la literatura mexicana.

La escritora se involucró significativamente en la defensa de los pueblos indigenas de la región a través de su labor en el Instituto de Ciencias y Artes de Tuxtla Gutiérrez, y dirigió el Teatro Guiñol del Centro Coordinador Tzeltal-Tzotzil, promovido por el Instituto Nacional Indigenista.

Escritura al servicio de las causas sociales

Foto: Camilo Ocampo

El poeta y ensayista Carlos Navarrete, amigo de Rosario, la recuerda en una conversación con Elena Poniatowska. Navarrete relata que conoció a Rosario cuando viajó a Chiapas con una beca del Instituto Indigenista. “Algo que siempre se destacó muchísimo en Rosario Castellanos es su sencillez”, comenta.

A este propósito, Poniatowska agrega: 

“En Chiapas, ella se había subido a un caballo al revés, es decir, estaba sentada frente a la cola del caballo y la cabeza le quedaba atrás en el asiento. Era la única mujer que había logrado esa faena de subir al revés a un caballo, y ella hacía muchísimo énfasis en sus errores, siempre en sus errores y nunca en sus aciertos”.

“En ese sentido, yo creo que es una de sus facetas con las que más me he identificado, porque, en general, los escritores suelen tener una idea solemne de sí mismos, y ella jamás la tuvo. Su escritura estaba al servicio de causas políticas y sociales, y su poesía notable al servicio del amor que tenía hacia sus seres queridos”, afirma la periodista.

Memorial de Tlatelolco

Poniatowska recuerda que, justo después de la masacre de los estudiantes de Tlatelolco por parte del Estado, el 2 de octubre de 1968, se dirigió a Rosario para que escribiera un poema al respecto.

“Le dije a Rosario que si podía escribir algo sobre lo que había sucedido en Tlatelolco, y me habló al día siguiente. Ella tenía una voz aguda, una voz como de pájaro. Y me dijo: ‘Ven, ven aquí a Constituyentes (vivía frente al bosque), ya está el poema.’ Ese sí se lo echó a petición. Yo supongo que cuando colgó escribió ese poema. Fue algo importantísimo dentro de su propia vida y dentro de la tragedia de todas las madres y familiares”. Así nació el famosísimo poema Memorial de Tlatelolco.

Sobre la posición política de Castellanos frente a los hechos, recordamos el escrito “El mundo de los jóvenes: entre la tolerancia y la fuerza”, publicado a mediados de noviembre de ese mismo año, a menos de dos meses de los acontecimientos, en el que la autora apoyaba las demandas de los jóvenes, quienes buscaban un cambio profundo en la sociedad, y lamentaba la falta de respuestas políticas a sus peticiones.

Embajadora en Israel

En cuanto a la etapa final de su vida, como embajadora de México en Israel, sus colegas Poniatowska y Navarrete recuerdan que allá también era sumamente querida.

La editora Andrea H. Reyes recopiló sus textos periodísticos en el libro Mujer de palabras, que incluye ensayos en los que Castellanos se expresaba de manera lúcida y adelantada a su tiempo sobre política y feminismo.

En entrevista con La Jornada, Reyes lamenta la ausencia de los escritos de Castellanos durante su etapa diplomática en Israel. “Los busqué pensando que probablemente allí iba a haber algo sobre los palestinos y los conflictos internos en Israel, pero en la carpeta donde deberían estar no había nada”.

Agregó que Emilio Rabasa, entonces secretario de Relaciones Exteriores, dijo que esos informes eran los mejores en toda su experiencia en ese cargo. 

“No tuve tiempo de seguir buscando. Alguien tiene que hacerlo. Castellanos se preocupó tanto por la gente indígena aquí que de ninguna manera podía vivir en Israel sin hablar de los palestinos ni mencionar lo que estaba pasando”.

¿Qué hubiera dicho Rosario Castellanos sobre Palestina?

Elena Poniatowska, en entrevista para Pie de Página, habló sobre cuál hubiera sido, quizá, la postura de Rosario Castellanos frente a la causa palestina.

—¿Si Rosario viviera, hubiera estado con Palestina?

—Bueno, yo creo que ella… yo quiero creer que ella hubiera estado con los palestinos. Porque ella siempre estuvo con la gente, con los indígenas, con la gente que no se daba ínfulas. Ella se burlaba mucho de la gente que se da taco, que se cree importante.

Para hacer énfasis en su respuesta, luego de una pequeña pausa para tomar aire, con una risa pequeña y con la mirada fija, aseguró:

—Yo creo que hubiera estado con… ella nunca estuvo con los ganadores en la vida.

—¿Y sobre lo que pasa en Chiapas? ¿Qué hubiera pensado?

—Ahorita lo que hay que pensar es en lo que es muy valioso de Chiapas: es toda su cultura, y la tenemos que salvar, porque no solo está Rosario, está Jaime Sabines, que es un gran, gran poeta; está Heraclio Cepeda, está Carlos Jurado… En fin, los chiapanecos. Creo que Rulfo decía que en Chiapas había tantos poetas que se barrían con la escoba.

Para finalizar el rápido encuentro que tuvo con estudiantes de la carrera de periodismo, Elena Poniatowska agradeció a las y los estudiantes que se dieron cita para escuchar hablar a la escritora de 93 años.


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