Hay partidos que tienen el poder de sentenciar proyectos, y el de este jueves por la noche, en Miami, parece una condena para Mike McDaniel. Los Dolphins firmaron una nueva actuación lamentable, ahora ante los Ravens, al caer con un contundente 28-6. Un choque en el que Lamar Jackson regresó a lo grande al lanzar cuatro pases de touchdown y demostrar que cuando él está, Baltimore es otro. Incluso un equipo que aún puede pelear por un lugar en los playoffs.
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Se sabía que la vuelta del mariscal de campo representaba una inyección no solo anímica, sino también un incremento en el nivel. Lamar comenzó algo lento, incluso limitó lo más que pudo su peligroso juego por tierra, pero volvió a utilizar el brazo de manera brillante.
El quarterback repartió el ovoide con maestría y terminó la noche con cuatro pases de anotación, dos de ellos al ala cerrada Mark Andrews. La conexión entre ambos, cuando nada interfiere, es de las más peligrosas en la NFL y así lo demostraron.
Con el partido bien encaminado, Lamar Jackson se soltó en la segunda mitad y si en los dos primeros cuartos se vio algo dubitativo, logró aumentar la renta con otros dos touchdowns, uno a su ala cerrada Charlie Kolar y otro más a Bateman. El quarterback se movió con oficio en la bolsa de protección y solo fue capturado en dos ocasiones. Por el contrario, compró tiempo para que sus receptores terminaran sus rutas.
Los Ravens tuvieron una gran actuación de Derrick Hendry
La actuación de Baltimore contó con un Derrick Henry estelar. El corredor registró 119 yardas por la vía terrestre y se terminó el tiempo en el último cuarto, cuando el partido ya estaba por demás decidido.
Del otro lado, la actuación de los Dolphins fue lamentable. Tua Tagovailoa demostró que la brillante actuación ante los Falcons, al lanzar cuatro touchdowns, fue un espejismo y frente a Ravens volvió a quedar a deber. Los abucheos que cayeron desde la grada son el reflejo de una afición que ya no confía ni en su quarterback ni en su entrenador en jefe.
Miami solo pudo anotar dos goles de campo, en una noche para el olvido en la que regalaron tres balones, dos fumbles y una intercepción, y completaron apenas dos de 12 terceras oportunidades. Ni siquiera la urgencia pudo enfocar a Miami, al desperdiciar una cuarta oportunidad con un pase totalmente inatrapable de Tua.
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El entrenador en jefe Mike McDaniel no ocultó su frustración en la banca, incluso por su gesto sabe que el tiempo se ha agotado y que en la lista de coaches despedidos las posibilidades de que sea el siguiente son sumamente elevadas.
Tomado de https://www.esto.com.mx/
 
 
 





 
                   
                   
                   
                  
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