No es necesario ser un académico para entender el pensamiento de Zygmunt Bauman sobre la modernidad. Esta sencilla introducción explica lo que tomó de otros pensadores y cómo sus ideas han influido en ámbitos como la política, la sociedad, la ética y la cultura.
Zygmunt Bauman fue un sociólogo fascinante que tiene una forma muy interesante y sugerente de ver el mundo. Zygmunt Bauman fue uno de los pensadores más importantes de nuestro tiempo. Su obra se centra en la sociedad contemporánea y la modernidad en general y tiene un fuerte enfoque práctico.
Sociólogo polaco nacido en 1925, Zygmunt Bauman dedicó buena parte de su vida a estudiar y escribir sobre la modernidad. Es más famoso por su concepto de modernidad líquida, pero también es conocido por sus interpretaciones del posmodernismo. Sus reflexiones aparecieron por primera vez en el mercado inglés en la segunda mitad de la década de 1980.
El papel del sociólogo en la modernidad
El mundo posmoderno es un mundo de fluidez y cambio, con múltiples identidades y valores. Las personas que viven en él se enfrentan constantemente a nuevos retos y oportunidades. El papel del sociólogo ha cambiado drásticamente desde los años 50, cuando se esperaba que diera respuesta a preguntas complejas como “¿Qué es la sociedad?” y “¿Cuáles son sus principales características?”.
Hoy, sin embargo, no nos interesa tanto averiguar qué es la sociedad como comprender qué hace (Bauman, 2000). Queremos saber cómo nos afectan los procesos sociales a todos los niveles, desde la política hasta la educación y la cultura.
Zygmunt Bauman, sociólogo británico, retrato. (Foto de Leonardo Cendamo/Getty Images)
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Zygmunt Bauman, sociólogo británico, retrato, Pordenone, Italia, 21 de septiembre de 2007. (Foto de Leonardo Cendamo/Getty Images)
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El sociólogo de hoy debe ser capaz de explicar por qué ocurren algunas cosas y otras no; por qué algunas personas tienen éxito y otras fracasan; cómo algunos grupos permanecen unidos y otros se desintegran; cómo algunos individuos afrontan el cambio y otros no pueden gestionarlo en absoluto (Bauman y Sztompka, 2001).
Es útil para los estudiantes de sociología conocer la obra de Bauman porque sus ideas les ayudan a desarrollar un sentido de quiénes son como individuos que viven en la modernidad (posmodernidad).
La separación de la política y el poder
Cuando decimos “poder”, solemos referirnos al poder político. Pero esto es un error. La naturaleza del poder es tal que no puede separarse de la política. Ambos son inseparables, como la hoja y el mango de un cuchillo.
Esto puede parecer una perogrullada, pero no lo es. Es una idea importante que se remonta, al menos, a Aristóteles. Y ha sido confirmada por la sociología moderna, incluido el trabajo de Zygmunt Bauman, del que hablaremos a continuación.
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Bauman sostiene que la concentración en el poder económico ha llevado a una “contaminación” de la política. Cree que la política debería estar separada de la economía, para que los políticos no se vean obligados a tomar decisiones basadas en consideraciones económicas.
Esto ha llevado a la creación de lo que Bauman llama “post-democracia“. En este sistema, la mayoría de la gente ya no siente que pueda influir en la política. Han perdido la fe en los partidos políticos y en los políticos, que parecen distantes y despreocupados por sus problemas. Esto se debe a que los políticos ya no rinden cuentas a los votantes: en su lugar, rinden cuentas a los mercados financieros y a las corporaciones multinacionales.
La única forma en que los ciudadanos pueden influir en la política es a través de movimientos de protesta como Occupy Wall Street o Black Lives Matter. Se trata de intentos de la gente corriente por reclamar su voz política frente a los intereses corporativos y las élites poderosas.
Comunidades extendidas
El tema central de su obra es el concepto de comunidad. Rechaza todas las teorías que la ven como algo estable, evidente o estático. En su opinión, toda comunidad debe ser repensada desde cero cada vez a la luz de su contexto específico y sus necesidades concretas.
Bauman ha utilizado el neologismo “glocal” para indicar la implicación de los valores propios de lo local en una perspectiva transnacional. La primera y más significativa consecuencia de este proceso es la transformación de la idea de comunidad, que sufre una especie de proceso de “estiramiento” de expansión de sus fronteras.
La segunda consecuencia es que hemos pasado de sociedades basadas en la pertenencia común (a través de la lengua, la cultura, la religión o la etnia) a sociedades basadas en el destino o el interés común. Bauman llama a estas nuevas comunidades “modernas líquidas” porque son inestables y temporales; se disuelven fácilmente cuando sus intereses divergen o cuando entra en juego cualquier otro factor que les haga perder su identidad como grupo con características propias.
Reconocimiento de la diversidad
El reconocimiento de la diversidad es un aspecto importante del mundo contemporáneo. Las personas tienen intereses, necesidades, deseos y prioridades diferentes. El reconocimiento de esta diversidad ha llevado a una mayor conciencia de la necesidad de tolerancia, compasión y aceptación.
Zygmunt Bauman utiliza el término modernidad líquida para describir nuestra época actual. Este término se refiere a una época en la que buscamos constantemente cosas nuevas para satisfacer nuestras necesidades y deseos. En este contexto, no hay valores ni normas fijas, ya que todo cambia constantemente.
Bauman sostiene que la vida de las personas es cada vez más inestable e incierta porque no pueden encontrar un “hogar”. Cree que el hogar puede encontrarse tanto en los espacios físicos como en las relaciones con otras personas: “La búsqueda del hogar es esencialmente un intento de encontrar algún tipo de certeza en un mundo incierto”.
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El imperativo progresivo de eliminar el nacionalismo se ha constatado con el devenir de la modernidad, asegura Zygmunt Bauman. Esto significa que la ocupación de una región ya no está justificada por ninguna ley de carácter superior. En la era de la globalización, el derecho de una persona a habitar en un lugar determinado va más allá de las fronteras nacionales, incluso de todo el planeta. Es nuestro derecho a vivir, a existir y a apreciar nuestro entorno.
La visión liquida de la modernidad
En su libro Modernidad líquida, Bauman afirma que la modernidad ha provocado una sensación de desarraigo, ya que los individuos se ven obligados a desplazarse entre diferentes trabajos, casas y comunidades. Afirma que este estilo de vida “líquido” puede considerarse liberador, pero también socava las instituciones humanas, como la vida familiar o la religión, que nos ayudan a dar sentido a nuestras vidas.
La modernidad, según Zygmunt Bauman, es un mundo líquido. En una entrevista concedida a la revista alemana Der Spiegel en 2001, dijo “La vida del hombre moderno es líquida; no es fija, puede fluir y cambiar de dirección en cualquier momento”.
Discurso pronunciado por Zygmunt Bauman, durante la ceremonia de entrega de los premios en Oviedo. (Foto de Dusko Despotovic/Corbis vía Getty Images)
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Discurso pronunciado por Zygmunt Bauman, durante la ceremonia de entrega de los premios en Oviedo. (Foto de Dusko Despotovic/Corbis vía Getty Images)
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La visión de Bauman de la modernidad como “líquida” tiene su origen en la obra del sociólogo alemán Georg Simmel (1858-1918). En su ensayo de 1917 “La metrópolis y la vida mental”, Simmel escribió sobre el modo en que la gente se adapta a la ciudad: “Le guía hacia nuevas formas de experiencia, le entrena para nuevas posibilidades de acción y habituación que son más eficaces precisamente porque no se sienten como tales”.
La obra posterior de Bauman se basa en esta idea de la modernidad como fluida, pero va más allá de Simmel al vincular explícitamente la fluidez con la globalización, un proceso que a menudo se considera una amenaza para la identidad nacional. Según Bauman, la globalización significa que las naciones ya no pueden proteger a sus ciudadanos de las fuerzas del mercado global que moldean sus vidas; no hay vuelta atrás.
Conclusión
En esencia, Bauman sugiere que, en la modernidad y la posmodernidad (después de la industrialización, tanto a nivel micro como macro), todos nos estamos ahogando en lo que él llama “líquido”. La sociedad es cada vez más líquida, lo que altera el orden y las pautas tradicionales. La principal consecuencia de esta alteración de los patrones tradicionales es la reducción de la comunidad.
Zygmunt Bauman nos ofrece una magnífica oportunidad de observar el mundo en el que vivimos, y nos brinda la oportunidad única de descubrir sus carencias. La pregunta es entonces “¿qué podemos hacer al respecto? ¿Cuál es nuestro papel como activistas en este mundo y cómo podemos utilizar la sociología para ayudar?
Tomado de http://Notaantrpologica.com/
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