¡En los hogares se produce el mayor porcentaje del desperdicio de alimentos! Cada alimento que acaba en la basura es dinero que “se pierde” y que daña al medio ambiente.
Cuestiones clave para reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos
- Revisar periódicamente los alimentos de la despensa, frigorífico y congelador. Seguir el sistema FIFO para los perecederos (“Primero en entrar, primero en salir”) y el sistema LIFO para los no perecederos (“Último en entrar, primero en salir”).
- Planificar el menú semanal.
- Llevar la lista de la compra a la tienda.
- Acudir a la tienda con mayor frecuencia y disminuir el volumen de compra.
- En la tienda, no descartar productos en buenas condiciones por ser más “imperfectos” (color, calibre, tamaño, envase defectuoso…). Además, ser conscientes de que pedir que las estanterías estén siempre llenas puede dar lugar a que se tengan que tirar más alimentos, especialmente los frescos y perecederos.
- Apostar por los productos de proximidad y de temporada y por los canales cortos de comercialización (compra directa al productor o con menor número de intermediarios).
- Los canales cortos de comercialización reducen el número de intermediarios entre la producción y el consumidor (la Estrategia considera un máximo de un intermediario). Al acortarse la cadena de distribución, se contribuye a reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos al ser necesaria una menor manipulación de los alimentos, por disminuir el tiempo que deben mantenerse en condiciones controladas y por conservarse durante más tiempo una vez llegan a los hogares. Se trata de un modelo de comercialización en alza que debe adaptarse a las necesidades y exigencias cambiantes de nuestra sociedad, contribuyendo a un consumo responsable y respetuoso con el medio ambiente.
- Conservar adecuadamente los alimentos.
- Leer la información de las etiquetas y aprender a interpretarlas si es necesario.
- Recordar: la fecha de caducidad indica la fecha a partir de la cual no se puede consumir un alimento, mientras que a partir de la fecha de consumo preferente puede disminuir su calidad pero sigue siendo comestible.
- Ajustar las raciones a la hora de cocinar y servir.
- Aprovechar las sobras con recetas de cocina imaginativas.
- En el restaurante, pedir un recipiente para llevar las sobras.
- Aprovechar las nuevas tecnologías: existen muchas apps para dispositivos móviles que ayudan a controlar las existencias, hacer la lista de la compra o preparar recetas con los ingredientes disponibles.
- Reciclar los alimentos que no se pueden aprovechar: generación de compost.
Trucos y consejos de conservación de los alimentos.
Aprender a usar bien los distintos envases y sistemas para almacenar los alimentos te ayudará a conservarlos mejor, manteniendo por más tiempo su frescura y reduciendo el riesgo de intoxicaciones alimentarias.
¡Qué no se te olvide fijarte en la información de los envases originales!
- Tuppers y botes de cristal con tapa herméticos: ideales para el almacenamiento de alimentos en la despensa, así como para guardar en la nevera líquidos sobrantes o alimentos semisólidos.
- Envases de frutas y verduras: están diseñados para mantener la frescura del producto durante más tiempo, por lo que no es recomendable abrirlos hasta que vayan a ser consumidos.
- Envasado al vacío: la extracción de aire de los envases favorece que los alimentos se mantengan durante más tiempo sin alterar sus características. Puedes probar con carnes, hortalizas, embutidos…
- Bolsas de plástico: muy útiles para conservar los alimentos, aprovechando al máximo el espacio. También son muy adecuadas para mantener frescas las frutas y verduras, como zanahorias, pimientos y manzanas, siendo especialmente cómodas si disponen de sistema de apertura y cierre.
- Film transparente: protege de la humedad y los olores. Es apto para la congelación y algunos son también aptos para el microondas.
- Papel de aluminio: se recomienda que sea resistente a la congelación, y que es menos probable que se desgarre. ¡Recuerda que no se debe introducir en el microondas!
Otros consejos de interés.
- Cuando llegues a casa, coloca el pescado ya limpio, lavado y sin vísceras encima de un plato o fuente con un trapo ligeramente humedecido. De esta manera evitarás su posible alteración por contacto con el oxígeno, y su contaminación bacteriana con otros alimentos.
- Ciertas frutas (manzanas, plátanos, melocotones, fresas…) y verduras, como los tomates, producen etileno, sustancia natural que acelera el proceso de maduración de numerosas verduras (espinacas, coles, brócoli, judías verdes…) y algunas frutas (como kiwi verde o sandía). Por tanto, se deben almacenar separados del resto de productos salvo que se quiera favorecer su maduración.
- Congelar purés o compotas de frutas, por ejemplo de manzanas, en lugar de congelarlos en su estado original, te permitirá ahorrar espacio en tu congelador y guardarlos en las porciones adecuadas.
- ¡Todas las verduras se pueden congelar! En su mayor parte necesitan ser “blanquedas” antes: sumérgelas en agua hirviendo durante varios minutos y después pásalas por agua fría. Sécalas bien con un paño o papel absorbente y para terminar, guárdalas en una bolsa para congelados. ¡Además, no es necesario que las descongeles antes de cocinarlas!
- ¿Te animas a deshidratar las verduras? Los alimentos no perderán su sabor ni su valor nutricional. Para ello necesitarás un deshidratador o simplemente usar tu horno: seca las verduras muy lentamente entre 30 y 40°C después de haber sido blanqueadas. Esta opción te permitirá disfrutar de verduras de temporada durante todo el año si las guardas en frascos en un lugar seco, fresco y oscuro.
- Las hierbas aromáticas y algunas verduras como la albahaca o el apio, se pueden mantener frescas por más tiempo si se cortan las puntas y se ponen en un vaso con un poco de agua en posición vertical.
Sigue una dieta nutritiva y saludable
Conoce y anímate a seguir la Dieta Mediterránea, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, cuya base son los alimentos de origen vegetal, sin olvidar el consumo de agua y el ejercicio diario.
En la página web de la Fundación Dieta Mediterránea encontrarás una propuesta de menú semanal.
- Consumo ocasional: Bollos, refrescos, aperitivos salados o chucherias.
- Varias raciones por semana: Huevos, carnes, frutos secos, pescados blancos y azules, legumbres, embutidos.
- A diario: Frutas, verduras, hortalizas, pan, y cereales, productos lácteos, aceite de oliva, arroz y pasta.
- Bebe entre 1 y 2 litros de agua al día.
- Practica algún deporte habitualmente.
Sensibilizar y concienciar a los hijos
Los niños toman como ejemplo a su familia y, por eso, es imprescindible que aprendan a valorar los alimentos que forman parte de su alimentación y las consecuencias que tiene sobre el medio ambiente que esos alimentos acaben en la basura.
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#Sonora #Expresion-Sonora.com Tomado de http://ecoinventos.com/
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