La Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, negó vehementemente las acusaciones de que el Presidente Trump se benefició de su cargo, desestimando las preocupaciones como «ridículas» durante una rueda de prensa. Esto sigue a informes de una lucrativa empresa de monedas meme, supuestamente explotada por entidades extranjeras que buscan influencia, y una oferta de un avión privado de lujo de un gobierno extranjero. Estos eventos han alimentado acusaciones de corrupción presidencial sin precedentes.
La defensa de Leavitt se basó en dos puntos principales: Trump sacrificó una vida de lujo y un exitoso imperio inmobiliario por el servicio público, y en realidad ha *perdido* dinero como presidente. Sin embargo, el artículo refuta estas afirmaciones. Señala que el estilo de vida de Trump sigue siendo opulento, el éxito de su imperio inmobiliario es discutible, y numerosos ejemplos sugieren que ha intentado constantemente beneficiarse de la presidencia.
El artículo cuestiona además las afirmaciones de Leavitt sobre la transparencia financiera de Trump (citando su negativa a publicar declaraciones de impuestos) y el cumplimiento de las leyes de conflicto de intereses (señalando que los presidentes están exentos de algunas regulaciones clave). La afirmación de que Trump perdió dinero en el cargo también se contradice directamente con la evidencia.
El autor reconoce la dificultad de defender tales acusaciones, pero concluye que las respuestas de Leavitt probablemente no calmarán las crecientes preocupaciones sobre la presunta corrupción de Trump. El mero volumen y la audacia de las acusaciones, sugiere el artículo, hacen que una defensa convincente sea casi imposible.
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