A fuerza de ser repetidos, conceptos como «transición ecológica», «transición energética» o «transición justa» han logrado saltar de las páginas impresas de los periódicos económicos al vocabulario cotidiano. Hoy a pocas personas les resulta ajena la existencia del proceso de cambio del modelo energético, cuyo objetivo es descarbonizar la economía para lograr frenar el cambio climático sin perjudicar los intereses de los ciudadanos.
Sin embargo, hay un adjetivo que muy pocas veces acompaña al término «transición» y que sería de gran ayuda a la hora de implicar a la sociedad en este proceso: «visible». Estos son algunos ejemplos palpables de cómo el cambio de energías fósiles a renovables no solo es posible, sino que ya está teniendo un impacto positivo en entornos de la España rural.
Velilla: nueva vida para la antigua central térmica
Cambiar de modelo energético es mucho más que sustituir una tecnología por otra. Desmantelar una industria que lleva treinta o cuarenta años siendo el motor económico y el principal generador de empleo de toda una comarca tiene implicaciones que trascienden las meramente ambientales. De ahí la importancia de que esa transformación energética sea también justa, en el sentido de que proporcione alternativas de empleo al entorno y genere oportunidades para el crecimiento económico de la región.
Proyectos como el desmantelamiento de la central térmica de Velilla, en Palencia, por parte de Iberdrola, que acaba de completarse tras tres años de trabajos ininterrumpidos, son un ejemplo de transición justa. Todo el proceso ha sido diseñado y ejecutado con una mirada a medio/largo plazo y la ambición de convertir el final de una etapa en el comienzo de otra mucho más sostenible. Esta visión comenzó con las labores de demolición, que han dado trabajo a cincuenta personas como vía para amortiguar el impacto laboral del cierre de la central.
Iberdrola ha lanzado una iniciativa para formar gratuitamente a personas desempleadas
La eléctrica también trazó un completo plan de residuos durante todo el proceso con el objetivo de reutilizar la mayor cantidad de materiales posible para nuevos usos y reducir al mínimo los desechos no reutilizables. Esta apuesta circular ha permitido la reutilización de más de 42.000 toneladas de materiales como hierro, acero y otros metales.
En paralelo, Iberdrola está trabajando con la mirada puesta en el desarrollo local para esta nueva etapa. Para ello ha lanzado una iniciativa para formar gratuitamente a personas desempleadas en aquellos territorios en los que históricamente ha estado presente, como la Montaña Palentina. El programa, desarrollado en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid e Ingeus, promueve la preparación de profesionales para empleos verdes de alta calidad. Se espera que tenga unos índices de empleabilidad del 85%.
Langreo: paneles solares made in Spain
Otro ejemplo de transición energética como generadora de oportunidades está en Langreo. La localidad asturiana albergará la primera gran fábrica de módulos fotovoltaicos de España. Con este proyecto, que ha sido impulsado por Iberdrola y Exiom, se aspira a un salto de calidad a la competitividad empresarial española en este sector emergente en Europa.
De este modo, España, que con una media de 1.800 a 2.000 horas anuales de sol es una potencia en cuanto a generación, da un paso adelante a nivel industrial para liderar la cadena de valor de este mercado. En el plano social, la iniciativa permitirá revitalizar áreas rurales y proporcionar nuevas oportunidades económi- cas gracias a la importante cantidad de empleo, tanto directo como indirecto, que generará este nuevo foco de innovación en energías renovables.
Tomado de Ethic.es
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