Por qué la representación pública de la maternidad de Beyoncé nos deja a todos asombrados

La gira «Cowboy Carter» de Beyoncé no se trata solo de música country; es una declaración profundamente personal sobre sus raíces: sureñas, texanas y las tradiciones musicales negras que sustentan la música country en sí misma. Pero más que eso, es una poderosa declaración de la importancia de la familia.

Las apariciones de invitados en la gira son exclusivamente miembros de la familia: su madre Tina Knowles, y sus hijas Blue Ivy y Rumi han adornado el escenario. Entre actos se intercalan videos familiares nunca antes vistos, incluyendo a su hijo, Sir Carter. Esta inclusión íntima es sorprendente, dada la conocida privacidad de Beyoncé con respecto a sus hijos.

Esta muestra deliberada de su familia desafía las nociones preconcebidas de lo que puede ser una mujer poderosa y glamorosa. Beyoncé integra a la perfección la maternidad en su imagen ya establecida, demostrando que la mejora, no la disminuye. Se enfrenta directamente a las «imágenes controladoras» que limitan la percepción de las mujeres negras, desafiando las opciones binarias que a menudo se les imponen. Al abrazar abiertamente la maternidad junto con su carrera e imagen icónica, desmantela estos estereotipos restrictivos para todas las mujeres, pero particularmente para las mujeres negras que enfrentan presiones sociales desproporcionadas.

Si bien esta demostración pública de maternidad es empoderadora, también destaca las expectativas poco realistas que se imponen a las mujeres, particularmente la presión de mantener el atractivo físico mientras se equilibran carreras exigentes y la vida familiar. El propio viaje de Beyoncé refleja esta complejidad. Ha sido sincera sobre las dietas y los regímenes de ejercicio extremos del pasado, ahora adoptando una perspectiva más saludable sobre la imagen corporal. Su continuo éxito como artista de gira a sus 40 años, con tres hijos, es un testimonio de su resiliencia y evolución. A pesar de que los precios de las entradas provocaron algunas quejas, sus actuaciones siguen siendo muy solicitadas.

Beyoncé crea magistralmente su imagen pública, combinando a la perfección elementos aparentemente dispares: cabello rubio, música country, feminismo y maternidad, en una marca cohesiva y poderosa. Hace que el trabajo duro parezca fácil, presentando una versión natural y relatable de la mujer negra que sutilmente socava los estereotipos limitantes que históricamente la han definido.

Sin embargo, sus elecciones no han estado exentas de críticas. Algunos cuestionan sus credenciales feministas, su compromiso político e incluso la conveniencia de las apariciones públicas de sus hijos. La infame crítica de Bell Hooks etiquetó a Beyoncé como antifeminista, una opinión que Beyoncé no ha abordado públicamente. Sin embargo, el simple hecho de compartir su viaje de maternidad, por muy curado que esté, demuestra que el feminismo, como la maternidad, es un proceso personal e imperfecto.

La naturaleza pública de la vida de Beyoncé significa que su marca, que abarca el feminismo, la sexualidad y la maternidad, está constantemente abierta a la interpretación y el debate. Surgen preguntas sobre la visibilidad de Sir Carter o la conveniencia del atuendo de Blue Ivy en la alfombra roja. El escrutinio destaca los desafíos inherentes de la crianza de los hijos bajo el ojo público, especialmente para las mujeres que a menudo soportan la peor parte del juicio social.

Compartir detalles personales, incluidas las luchas con el embarazo, solo ha intensificado este escrutinio. A pesar del intenso interés público y las especulaciones, Beyoncé mantiene el control de su imagen, asegurando que se alinee con su marca y continúe rompiendo barreras culturales. Su maternidad pública, como todo lo que hace, está meticulosamente elaborada, pero innegablemente poderosa.

Tomado de https://feeds.nbcnews.com/msnbc/public/news