Opinión | El triunfo de Zohran Mamdani encierra lecciones para los demócratas

El triunfo de Zohran Mamdani en la contienda por la alcaldía de la ciudad de Nueva York trasciende una mera improbable victoria electoral local; ofrece un plan para el resurgimiento del Partido Demócrata. Este modelo combina eficazmente políticas socioeconómicas sólidas y mensajes disciplinados con principios morales claros.

La primera vez que hablé con Mamdani fue poco después de que la victoria de Donald Trump sobre Kamala Harris dejara fracturado al Partido Demócrata. Ya un candidato declarado, el franco socialista democrático estaba intensamente centrado en la asequibilidad y la necesidad de redirigir la lealtad del Partido Demócrata de Wall Street a la clase trabajadora. Realicé varias entrevistas más con Mamdani durante el año siguiente, incluso durante una ola de ataques islamófobos en las últimas semanas de su campaña para la alcaldía.

La victoria de Mamdani sirve como un poderoso rechazo al miedo generalizado que ha empañado la política estadounidense. Los votantes resonaron con su mensaje, que vinculaba inextricablemente la dignidad personal y las preocupaciones económicas con cuestiones morales críticas de nuestro tiempo, como las deportaciones de inmigrantes y el conflicto en curso en Gaza.

La plena importancia del éxito de Mamdani y las lecciones que imparte solo pueden comprenderse al entender su telón de fondo político. Su campaña se desarrolló bajo la sombra de la desinformación organizada y la intolerancia manifiesta.

Su campaña se libró bajo la sombra de la desinformación organizada y la intolerancia manifiesta.

Durante meses después de su victoria en las primarias, Mamdani soportó un aluvión de ataques islamófobos y sugerencias apenas veladas de que su fe y sus antecedentes lo hacían no apto para el cargo. Este patrón fue documentado tanto en los principales medios de comunicación como en las plataformas en línea. Estas críticas no fueron accidentales; fueron estratégicamente diseñadas para desviar la atención de los problemas sustantivos que eran el núcleo de su campaña y para socavar el principio fundamental de igualdad de ciudadanía.

Sumado a este entorno desafiante, la Liga Antidifamación (ADL), un grupo de defensa pro-Israel, estableció un «Monitor Mamdani». Este rastreador público sin precedentes tiene como objetivo escudriñar los nombramientos, políticas y decisiones de financiación de la administración entrante.

Jonathan Greenblatt, el director de la ADL, declaró que la organización tiene la intención de asegurar que Mamdani «no cree un ambiente donde las personas judías no estén seguras». Si bien la cobertura legítima de supervisión de agencias y funcionarios públicos es una función democrática vital, el nombre específico del monitor y su enfoque singular en un alcalde electo musulmán plantean preguntas sobre los motivos de la ADL, especialmente cuando cada administración de una ciudad importante toma numerosas decisiones de personal y políticas.

¿Por qué la ADL está colocando la carga del antisemitismo—un problema que existía mucho antes de la victoria de Mamdani y que seguramente persistirá—directamente sobre sus hombros, cuando el grupo nunca ha lanzado tales iniciativas dirigidas individualmente contra otros funcionarios electos, ya sea en Nueva York o en otro lugar?

¿Podría ser porque el alcalde electo ha sido un crítico inquebrantable de las acciones de Israel en Gaza y del primer ministro Benjamin Netanyahu, quien enfrenta acusaciones deTomado de https://feeds.nbcnews.com/msnbc/public/news