Adiós, camarada. Olivier Martin, más conocido como Olive, falleció el sábado 26 de abril tras quince años de lucha contra una terrible enfermedad para permanecer a nuestro lado. Hoy, con su ausencia definitiva, nos damos cuenta del lugar esencial que ocupó a lo largo de toda una vida militante, independientemente de los sectores en los que se involucró y de las numerosas responsabilidades que tuvo la oportunidad de ejercer.
Tuvo una infancia no siempre fácil, entre el divorcio de sus padres y las idas y venidas entre su Charente natal y París. Una escolaridad conflictiva, con una sucesión de centros educativos y una autonomía beneficiosa, aunque quizá demasiado precoz, que en cualquier caso forjaron ese temperamento contestatario, rebelde, cálido y bon vivant que, en mi opinión, le caracterizaba a los ojos de todos quienes tuvieron la oportunidad de recorrer un trecho del camino, o incluso mucho más, a su lado.
Estudiante de secundaria en 1968
Realmente, todo comenzó en 1967, cuando, siendo alumnos del instituto Michelet, nos reunimos para una movilización contra la llegada de un comando de Occidente y, con una mirada cómplice, los echamos rápidamente. Fue el comienzo de una larga amistad y de una magnífica aventura que nunca se ha interrumpido: la creación de los CAL (comités de acción de estudiantes de secundaria) y de los comités Vietnam. Su adhesión a la JCR nos reunió por primera vez con Philippe, mi hermano, Michel Reccanati, Romain Goupil, luego JP y muchos otros. Nace el SO (servicio de orden) de los estudiantes de secundaria y pronto los fascistas comprenden que ya no había lugar para ellos en los institutos parisinos ni en sus alrededores. Por la mañana nos levantábamos cantando, por la noche nos acostábamos (bastante tarde) soñando, y entretanto hacíamos la fiesta, cuando no pensábamos en lo que debíamos y podíamos hacer para apoyar a los combatientes vietnamitas o cubanos, impulsados por los llamamientos del Che, del Tío Ho, que enviaban al cementerio de los elefantes, como diría Schmoll, su cantante favorito, al cuarteto de ancianos que se suponía que encarnaban la revolución mundial.
Arrastrados por la certeza de que un mundo mejor estaba al alcance de la mano, Mayo del 68 nos galvaniza y nos convertimos en militantes las 24 horas del día. Con la JCR, participamos en todas las movilizaciones, en todos los enfrentamientos, convencidos de que el deber de todo revolucionario es hacer la revolución. Nos lo pasamos en grande. Cierto, el final del episodio es más doloroso, pero la sabiduría de la reflexión y la riqueza de nuestros debates nos reconfortan: solo fue un ensayo general. Estábamos listos para un trabajo de largo aliento, de convicción, de formación y de construcción de un verdadero partido revolucionario con prácticas ejemplares de ruptura y confrontación para reunir bajo nuestras banderas a los mejores actores y actrices de los movimientos sociales, para que la próxima cita social sea la buena.
En el corazón de las movilizaciones
La vida social transformó al joven militante impetuoso en un revolucionario profesional que con el tiempo se convirtió en uno de los engranajes esenciales de la Liga. Juntos, en el secretariado estudiantil, con François Sabado, Philippe, Josette y Janine Trat, la Liga se convirtió en la fuerza estructurante de las movilizaciones estudiantiles. Al mismo tiempo, se continuo con la política antifascista, y el SO, del que Olive se convierte en uno de los dirigentes tras la manifestación contra la reunión de Ordre Nouveau en el Palais des Sports con motivo de las elecciones municipales de 1971, se convierte en una herramienta de protección de nuestras acciones, de encuadre de las movilizaciones y de organización de acciones ejemplares, como las pancartas con letras de fuego, las manifestaciones sorpresa organizadas por grupos de diez personas que un día aparecieron en la Place du Tertre para constituir, en el corazón de París durante una noche, una zona liberada en solidaridad con los combatientes vietnamitas. Otro día, esos mismos grupos de 10, repartidos por todos los andenes de la estación de metro en République, irrumpieron en medio de la manifestación de la izquierda y los sindicatos por la paz en Vietnam. Miles de manifestantes detrás del servicio de orden de la Liga, pancartas del Che, del tío Ho y una enorme pancarta con el lema FNL vaincra (el FNL vencerá), luego los tambores, los músicos del Grand Magic Circus con Jérôme Deschamps, y después Jacques Higelin dirigiendo el coro hablado, preparado en el gran anfiteatro de la Sorbona. «Levantaos, hermanos vietnamitas, soldados de primera línea, desde Danang hasta Qang Tri. Desde las llanuras hasta las altas mesetas, ¡viva el pueblo en armas!».
Olive se convirtió en el responsable y animador esencial del SO después de 1973 y de la manifestación contra la reunión del Frente Nacional y la disolución de la Liga, y lo fue durante más de diez años. Fue quien participó activamente en la feminización del SO, tanto en los grupos de base como en su dirección.
En 1974, fue uno de los animadores de los comités de soldados, creados a raíz del Llamamiento de los Cien, firmado por miles de soldados. En 1975, partió con Charles Michaloux a Portugal para ayudar a los militantes de la sección portuguesa durante la Revolución de los Claveles. A su regreso a Francia, entró en el comité central y luego en el buró político, donde permaneció hasta la creación del NPA. Era responsable del sector estudiantil.
Compromiso político y sindical
En 1984, se convirtió en secretario de redacción y responsable de la difusión del periódico Rouge hasta 2007. También fue tesorero de la LCR.
Muy implicado en nuestras acciones de solidaridad con los militantes kanakos, participó regularmente con su amigo Arnaud Nicoladze en la acogida y protección de Jean-Marie Tjibaou durante sus estancias en Francia.
A partir de 1980, Olive es educador en la Protección Judicial de la Juventud, donde yo trabajaba desde hacía cuatro años y donde se reencuentra con Arnaud y muchos otros. Son más de diez años de luchas, de combates sindicales, de debates sobre la recomposición sindical, la escisión de la FEN, la creación de la FSU y, como guinda del pastel, la felicidad de compartir más de seis huelgas renovable [que cada día decide continuar el siguiente] Fran, la mayoría de ellas interprofesionales. La primera, en 1988, marcó la imagen del SNPES, nuestro sindicato. Olive era el representante del Val-de-Marne, Anne Leclerc era la secretaria regional de Île-de-France y yo formo parte de la ejecutiva nacional, que, por primera vez en su historia, tras la intervención de nuestros compañeros y compañeras, decide convocar una huelga renovable para exigir un aumento de 1000 francos para todo el personal. La huelga se extendió rápidamente y se ocuparon numerosas direcciones. Una manifestación nacional reunió en París, frente a la cancillería, a más del 10 % del personal. Ante esta determinación, se abrieron las negociaciones. La dirección nos ofreció 10 francos al mes y afirmó que era un esfuerzo enorme por su parte, ya que para 5000 agentes suponía 60 000 francos al año.
Les respondimos que no debían habernos entendido muy bien, ¡que no íbamos a hacer tres semanas de huelga por 10 francos! La dirección no se dio por enterada. Nos levantamos y decidimos que, a partir de ese momento, las negociaciones estarían directamente bajo el control de los trabajadores y trabajadoras. Establecimos una conexión con todas las asambleas generales que se están celebrando, con el teléfono en la mano y el altavoz abierto para que puedieran oír cómo se recibían sus propuestas: 40 francos, 80, 150, 300 y, hacia las 5 de la mañana, ¡400 francos! Las asambleas generales pensaron que no conseguiremos más y estimaron que con 40 veces más que la primera oferta salimos ganando con creces. Se definieron a favor de la firma, que se haría con el pago de todos los días de huelga. El diálogo social en la PJJ acaba de adquirir un nuevo matiz, ¡y va a durar bastante tiempo!
De la campaña de Juquin a la de Olivier Besancenot
En 1988, Olive se implicó mucho junto con sus amigos Hélène Adam, Christophe Aguiton y Francois Coustal en la campaña presidencial para la candidatura de Pierre Juquin. Al final de la campaña, tras un difícil debate a raíz de los decepcionantes resultados, crearon un grupo de trabajo para abrir un debate sobre la posibilidad de crear un movimiento político de izquierda, amplio y pluralista, así como sobre la necesidad de crear un movimiento de masas para luchar contra el Frente Nacional.
En 1990, participó en la creación de Ras l’Front [Antiracista] junto con Rémi Baroux, Maurice Rajsfus, Gilles Perrault, René Monzat, Didier Daeninckx, Albert Jacquard, Francis Jeanson y una importante participación de militantes de la LCR en los comités de Ras l’Front que se desarrollaron en toda Francia: manifestaciones contra los mítines del FN, pancarta gigante de Ras l’Front «No al fascismo, no al racismo» desplegada en la fachada de un edificio de la plaza de las Pirámides frente a las tropas del FN reunidas alrededor de la estatua de Juana de Arco.
En 1997, Olive ayudó a los amigos de Toulouse a lanza el CD del grupo Zebda, financiado por la LCR, cuyo tema Motivés, con la melodía de la canción de los Partisans, se convertirá en el éxito número uno de todas las manifestaciones durante muchos años.
En 2002, bajo el impacto del FN en la segunda vuelta de las presidenciales y para dar sentido al resultado de Olivier Besancenot, con el apoyo de casi todos los compañeros de la LCR, responsables sindicales y estudiantes, Olive y François Coustal convencen al BP de convocar una manifestación contra el FN y de convertir la segunda vuelta en un referéndum contra Le Pen.
Las últimas luchas
Los años siguientes fueron un camino hacia la creación del NPA, un intento de llevar a cabo el amplio movimiento político que él y sus compañeros del grupo de trabajo habían propuesto unos años antes.
El lugar que ocupaban ciertas corrientes sectarias en el NPA llevó a Olive a hacer balance del fracaso y, junto con otros compañeros, a emprender una nueva iniciativa con la creación de la Gauche alternative (Izquierda Alternativa) y luego de Ensemble (Juntos), a integrarse en el Front de Gauche (Frente de Izquierda) y, finalmente, a crear la GES (Gauche écosocialiste, Izquierda Ecosocialista). Luego, la enfermedad se instaló sigilosamente. Fue la última batalla por la vida: quince años, con Zizou, su compañera, a su lado, que compartió esos momentos dolorosos para ambos y contribuyó a que el final de su vida fuera más feliz y más dulce. ¡Gracias, Zizou!
Unos días antes del final, Olive me dijo en voz baja: «¿Te acuerdas de lo que pensábamos al principio? Queríamos un mundo mejor que parecía estar a nuestro alcance, y ahora nos encontramos con la posibilidad de lo peor». Creo que le enfurecía que ya no tuviéramos tiempo para construir juntos un movimiento de resistencia lo más amplio posible para que lo peor no sucediera. Adiós, compañero, amigo, camarada ¡No pasarán!
l’Anticapitaliste
Tomado de https://vientosur.info/
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