Oliver Stone: «La mayor preocupación de Obama fue que le asesinaran»

Oliver Stone regresa a su obsesión favorita en 'JFK Revisited: Through the Looking Glass', un documental empeñado en denunciar el silencio de los medios, la chapuza de la investigación y el poder del ejército Leer#ExpresionSonoraNoticias Tomado de http://estaticos.elmundo.es/elmundo/rss/cultura...

Actualizado Martes,
13
julio
2021

23:12

Oliver Stone regresa a su obsesión favorita en ‘JFK Revisited: Through the Looking Glass’, un documental empeñado en denunciar el silencio de los medios, la chapuza de la investigación y el poder del ejército

Oliver Stone en la presentación de ‘JFK Revisited: Through the Looking Glass’JOHANNA GERONREUTERS

Oliver Stone presume básicamente de dos obsesiones: el asesinato de Kennedy y su propia obsesión por el asesinato de Kennedy. Es decir, no sólo le preocupa el magnicidio más comentado y analizado de la historia de la humanidad sino que le trae por la calle de la amargura que sean tan pocos los que comparten su preocupación. Es más, si se le pregunta por el motivo profundo de su obsesión da un respingo. «Por dios, deberíamos estarlo todos. Su pregunta maliciosa demuestra hasta qué punto es necesaria mi película», dice. Y sigue a lo suyo. Digamos que estamos ante una obsesión elevada al cubo. Como mínimo.

Y para que no quede ni rastro de duda, ahí está JFK Revisited: Through the Looking Glass (JFK revisado: a través del espejo), el documental presentado en la sección Cannes Premier que, muy resumido, vuelve al asunto que ya le ocupó en 1991 en la película que redefinió los límites del montaje. Y lo hace para dejar claro que la autopsia fue una chapuza, que el cerebro analizado y conservado no es en realidad el del cadáver del presidente, que Lee Harvey Oswald no disparó desde el piso que se dijo… Y así hasta confeccionar un documento tan exhaustivo como extenuante que más que descubrir laguna alguna, se sumerge hasta el cuello en cada una de ellas.

«Lo que se nos olvida es que Kennedy fue el último que presidente que luchó por la paz en el mundo. Quería acabar con la Guerra Fría y hacer las paces con Nikita Khrushchev. Quería reconciliarse con Cuba y quería llevarse bien con Asia y África. Desde entonces, no ha habido ningún presidente así y eso obviamente es la razón de todo lo que pasó: del propio asesinato y de todos los infinitos errores que acumula la investigación», comenta a modo de prólogo. Y sigue: «El sector militar es el 30% del presupuesto actual de Estados Unidos. Y eso es intocable. Los militares hacen lo que quieren y su trabajo consiste en dejar al presidente al margen».

Cuenta que todo empezó en 2013, cuando con motivo del aniversario de la muerte, y con el mismo estupor que aún mantiene intacto, cayó en la cuenta de que los medios repetían con una monotonía cómplice la historia oficial sin atender lo más mínimo a las nuevas revelaciones que salían a la luz con cada nueva desclasificación de documentos (a la espera, eso sí, de la definitiva en 2029). Así que, decidido como es él y ha demostrado en cada episodio de una filmografía adicta a la polémica, volvió a revisarlo todo y a contactar de nuevo con las personas involucradas en el caso. Y ahí que aparecen el investigador Mark Lane, el médico forense Cyril Wecht o el comandante John Newman.

«Lo que ha quedado claro es que la censura existe en mi país. Existió en los sesenta y sigue exactamente igual. Nunca escuchamos la visión de los rusos, de los ucranianos o de los chinos», afirma para dejar claro que la suya es la postura del otro lado. Para Stone revisar el pasado es la mejor manera de cobrar distancia con el presente y cobrar consciencia, tal vez, de que los errores siempre son los mismos.

«Estados Unidos ha vivido históricamente de crearse enemigos. Rusia, China, Irán o Venezuela son los nuevos objetivos de la industria del armamento. Aún no hemos comprendido que la única guerra de verdad en la que nos jugamos el futuro es la guerra contra el cambio climático y, para vencer, necesitamos estar unidos», comenta para acto seguido dejar claro que su discurso es por la paz, como el de Kennedy, que no pacifista.

-¿Algún presidente ha estado en disposición de tomar el relevo JFK?

-Quizá Obama. Pero la mayor preocupación de Obama durante la presidencia fue no ser asesinado. Por eso acabó por ser tan conservador.

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