Nord Stream 1 y el suministro de gas: los posibles escenarios

Desde el 11 de julio no circula gas por el Nord Stream 1 procedente de Rusia. El gasoducto está en mantenimiento, como todos los años. Pero esta vez es diferente, hay dudas sobre si se volverá a abrir el grifo del...

Desde el 11 de julio no circula gas por el Nord Stream 1 procedente de Rusia. El gasoducto está en mantenimiento, como todos los años. Pero esta vez es diferente, hay dudas sobre si se volverá a abrir el grifo del gas.

Durante su visita a Teherán, el presidente ruso Vladimir Putin se pronunció sobre el gasoducto Nord Stream 1: debido a los «lentos avances en el mantenimiento», el volumen de entrega podría reducirse aún más, dijo

En total, hay cinco turbinas de Siemens Energy en el Nord Stream 1. Una de ellas está inoperante, y dos en mantenimiento. «Quedan dos funcionando, que bombean 60 millones de metros cúbicos al día… Si una no está, hay otra que bombea 30 millones de metros cúbicos. ¿Qué tiene que ver Gazprom con esto?», dijo Putin.

La turbina ha tardado mucho

El presidente ruso culpa a Occidente y a las sanciones impuestas a Rusia. Siemens mantiene sus turbinas en una fábrica de Canadá, que inicialmente bloqueó su devolución a Rusia debido a las sanciones. En consecuencia, Gazprom, controlado por el Kremlin, redujo las exportaciones de gas a través del Nord Stream 1 a finales de mayo, y hasta el 40 % de su capacidad en junio.

Pero el problema de la repatriación hace tiempo que se resolvió. El gobierno alemán acordó con Canadá que la turbina llegue primero a Alemania y desde ahí se envíe a Rusia.

El periódico ruso Kommersant informó que la turbina había volado a Alemania el fin de semana, y llegaría a Rusia en cinco o siete días.

Una mirada ansiosa hacia el este

En Alemania existe gran preocupación por la posibilidad de que Moscú aproveche los trabajos de mantenimiento para seguir restringiendo el suministro de gas, o incluso interrumpirlo por completo. «Esta turbina ha sido utilizada como pretexto hasta ahora», dijo el portavoz del Ministerio de Economía.

El gobierno alemán se está preparando para que Rusia no aumente el volumen de suministro hasta el nivel normal acordado por contrato. Y es que Rusia no tiene ningún interés político en ello, como subraya también el presidente de la Agencia Federal de Redes (Bundesnetzagentur), Klaus Müller. El dice que Moscú podría aumentar sus volúmenes de suministro en cualquier momento, por ejemplo a través de Ucrania, y no lo ha hecho.

Una imagen de otro tiempo: el gasoducto Nord Stream 1 se inauguró el 8 de noviembre de 2011

¿A quién afectaría un corte de gas?

Es muy probable que el Kremlin retrase las entregas de gas a través de Nord Stream 1. Alemania desconoce por cuánto tiempo, y parte de la base de que entonces habría escasez de gas en el país.

Dado que los hogares, las instituciones sociales y la calefacción urbana están protegidos por la ley, es principalmente la industria la que se vería afectada por un corte de suministro. También dependerá de cómo evolucione el consumo en los hogares, de lo que los socios europeos puedan suministrar a Alemania, y de la rapidez con que se construyan terminales de gas natural licuado (GNL).

Un potencial de ahorro

Según el centro de estudios Bruegel, con sede en Bruselas, una interrupción total del suministro ruso provocaría un déficit del 30 % del gas utilizado en Alemania.

Por su parte, el economista Rüdiger Bachmann, profesor de la Universidad de Notre Dame (Indiana), calcula que cada terminal de GNL podría cubrir aproximadamente el 5% de la demanda de gas. Bachmann también habla de que la generación de energía por gas será sustituida por centrales de carbón. Mientras tanto, el gobierno sigue discutiendo sobre la continuidad del funcionamiento de las centrales nucleares.

Un invierno difícil

Según la empresa alemana BASF, «la industria química ha dicho que podrían arreglárselas con el 50 %». Si Rusia no vuelve a aumentar sus suministros de gas, se encarecería mucho más, lo que provocaría grandes descontentos sociales, porque los hogares de bajos ingresos y la clase media no podrían pagar los costos de calefacción. «Un aumento del precio del gas significa un empobrecimiento de la sociedad”, dice Bachmann.

Los políticos tendrían que determinar quién tendría que soportar esta carga al final.

Sin embargo, la pregunta sigue siendo si Rusia puede permitirse cerrar completamente el flujo de gas. El Kremlin necesita el dinero de las exportaciones para seguir financiando la guerra contra Ucrania. Además, cortar el suministro sería un incumplimiento de contrato y confirmaría que el Kremlin utiliza sus suministros energéticos como arma política.

(ee/ers)

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